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El momento en el que reciben la lluvia de disparos.

Segundos de pánico en la discoteca Pantera de Alcantarilla

Las cámaras de seguridad captan el momento en el que Rachid B. cose a tiros a dos porteros del local

Lunes, 4 de marzo 2024, 01:26

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Son apenas unos segundos pero consiguen desatar el pánico. Las cámaras de seguridad de la discoteca Pantera del Polígono Industrial Oeste de Alcantarilla captaron, en la madrugada del pasado 6 de enero, el tiroteo en el que dos porteros de este local de ocio resultaron gravemente malheridos. Las imágenes, a las que LA VERDAD ha tenido acceso, muestran cómo los disparos sorprendieron de súbito a los vigilantes de seguridad, uno de los cuales fue alcanzado de lleno en un brazo. Las puertas de la discoteca a esas horas de la madrugada eran un hervidero de jóvenes que asistieron atónitos a los siete tiros que el joven Rachid B. supuestamente descerrajó contra los porteros que, apenas cincuenta minutos antes le habían impedido la entrada al local.

Son las 4.24 minutos de la madrugada del Día de Reyes. La oscuridad reina en la puerta y el aparcamiento de la discoteca Pantera. Tres porteros de gran corpulencia custodian el acceso al local mientras varios grupos de amigos entran y salen del establecimiento. Un muro blanco y varias palmeras separa este pasillo de entrada de otro espacio de la misma discoteca que los clientes utilizan para tomar el aire y fumar. Apenas un minuto después la calma se ve interrumpida de golpe por un coche que avanza a toda velocidad y que aminora la marcha al llegar a la altura de los tres porteros. El sonido de varios disparos –la Policía sostiene que hasta siete– cruzan la madrugada y el Polígono Industrial Oeste hace honor a su nombre.

El primero de los tiros alcanza de lleno a uno de los porteros, que acierta a refugiarse tras una pared antes de escapar a la carrera. Ese disparo va precedido de una lluvia de tiros en el que dos de los vigilantes resultan malheridos.

Las cámaras del local captan la llegada poco después de varios coches de la Policía Nacional, que clausura la discoteca y arranca la investigación que acabaría poco después con la detención del presunto autor del tiroteo, Rachid B; su primo, Abdelmonaim B. y un amigo, Cristian O. –que afronta un presunto delito de encubrimiento y está siendo defendido por el letrado Jorge Novella–.

Le impidieron la entrada

Apenas cincuenta minutos antes, la puerta de esta discoteca de Alcantarilla había sido escenario de un rifirrafe que acabaría cambiando el curso de la noche. Rachid, su primo, su amigo Cristian y una chica que les acompañaba trataron de entrar a la discoteca pero los dos porteros les impidieron el paso porque los dos primos iban en chándal. Los jóvenes fueron al coche y se pusieron unos vaqueros pero al llegar a la puerta tropezaron de nuevo con el no de los vigilantes, lo que provocó un cabreo mayúsculo en los dos jóvenes.

Conforme a la reconstrucción de los hechos que ha esbozado la Policía Nacional, los cuatro amigos volvieron a subirse al coche y Rachid, en ese momento, propuso embestir a los porteros. Una mala idea que, al parecer, su amigo Cristian le pidió que no ejecutase con él y la chica dentro del coche. Rachid y su primo dejaron entonces a sus amigos en la cercana discoteca Bogue, también en el Polígono Industrial Oeste, y se encaminaron hasta Cabezo de Torres, donde, al parecer, recogieron en casa de otro amigo el arma con el que ejecutaron los disparos. «Hermano, dame un beso», le dijo Rachid a ese conocido cuando se marchaba, «que no me vas a ver en mucho tiempo». El joven, con un amplio historial delictivo, dirigió entonces el automóvil robado que conducía hasta la puerta de la Pantera, donde desató el pánico.

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