La Princesa Leonor aterriza en la AGA de San Javier «con muchas ganas de volar, pero poco a poco»
La heredera inicia el curso en San Javier, donde será frecuente verla por sus calles en tardes de paseo con cadetes y escoltada
La alférez Borbón Ortiz despierta este martes en la Academia General del Aire (AGA). Así ha elegido la heredera de la Corona identificarse en la 'galleta' que luce en el pecho de su flamante uniforme azul del Ejército del Aire y del Espacio. También ha personalizado así su mono verde de entrenamiento de vuelo. Serán su segunda piel en el tercer año de su vida militar, que pasará en la base militar de Santiago de la Ribera tras completar dos años de formación, uno en el Ejército de Tierra y otro en la Armada.
Poco antes de las 12 de la mañana, la Princesa aterrizó en un Falcon en la pista murciana. En un coche oficial se trasladó hasta el edificio de Dirección de la AGA, donde la esperaba el coronel director, Luis Felipe González Asenjo. En la línea de saludo, altos mandos de la base militar, entre ellos el capitán Abel Marín Rodríguez, jefe de la Escuadrilla de cuarto curso, por tanto su tutor académico.
Dedicó un gesto más cordial al coronel González Asenjo, pero después un sobrio saludo a los que serán sus profesores. La nueva alumna firmó en el libro de honor de la AGA, que suma ya 82 años de historia.
Doña Leonor entró ayer como Princesa de Asturias en la Academia para convertirse en una alumna más, por lo que tendrá que cuadrarse ante sus superiores y acatar órdenes. Su trayectoria de dos años en el estamento militar le ha proporcionado un rodaje en la vida castrense. En la escuela de pilotos del Ejército del Aire y del Espacio quieren normalizar la estancia de la heredera al trono de España para que nada perturbe la concentración en un periodo de formación con alta exigencia para los 482 cadetes que se forman en San Javier, un 9,3% más que el año anterior. Solo 74 son mujeres, lo que representa un 18,1% del alumnado. En el curso de Doña Leonor hay un porcentaje algo mayor de alumnas. De los 75 integrantes del cuarto curso, figuran 15 futuras oficiales, un 20% del total.
Compartirá camareta con otras dos compañeras, horas de estudio y esfuerzo en los simuladores de vuelo, como el que ya probó ayer, guiada por el comandante Alberto Guzmán, uno de los primeros instructores que conoció a fondo el sistema de enseñanza suizo. El piloto asturiano ya fue elegido el pasado 14 de junio para dirigir los mandos del Pilatus PC-21 en el que quiso volar el Rey Felipe VI durante su visita al festival Aire25. Como en un traspaso simbólico, ayer impartió la primera clase a la heredera al trono. Primero en el simulador, donde la Princesa Leonor tendrá que asimilar las habilidades de vuelo, y después, ya en el hangar donde guardan los Pilatus -este año se ampliarán nuevas unidades hasta completar una flota de 38 turbohélices-, en la cabina.
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Trabajo en los simuladores
Con atención siguió las indicaciones que le dio el comandante Guzmán sobre las aplicaciones tecnológicas a bordo del PC-21.
«Con muchas ganas de volar, pero poco a poco», fue el único comentario de la Princesa en su primera jornada en la AGA. Antes de tocar los mandos del Pilatus, la heredera deberá completar cincuenta horas de formación en simuladores. Primero en el CBT, luego en el FTD, que ofrece visión de 180 grados y escenarios de emergencia. Solo cuando el instructor lo autorice, llegará la llamada 'suelta': el primer vuelo en solitario. Una de las áreas temáticas más interesantes en la formación de la Princesa será la del espacio. Conocerá los proyectos para lanzar un satélite propio de la AGA con fines de investigación y estudiará asignaturas relacionadas con las ciencias aeroespaciales. También se formará en ensayos de vuelo y en el dominio de vehículos no tripulados.
Tras el toque de diana a las 6,30 de la mañana, tendrá que compatibilizar las clases y el entrenamiento con su agenda oficial. Tendrá personal adscrito a su actividad que le facilitarán la vertiente protocolaria. No será raro verla por los alrededores de la Academia, o por las calles de San Javier, con el resto de sus compañeros en las horas de paseo, pero siempre rodeada de agentes de seguridad que se adelantarán a inspeccionar los locales que visitará para garantizar la protección de la heredera.
La expectación que despierta la hija de Felipe VI y Leticia Ortiz es clara allá donde va. Ayer congregó a numerosos medios de comunicación y agencias que nutren a la prensa del corazón de material sobre la Familia Real. Al menos, el 'robado' del primer biquini de la Princesa ya se superó en otras costas lejanas.