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Lancinha, un migrante africano, pasa junto al Centro Social Ermita del Tercer Distrito y la mezquita Al-Nur (al fondo), este jueves, en Jumilla. Andrés Molina / AGM

Empresarios jumillanos ofrecen sus instalaciones a la comunidad musulmana para realizar sus rezos

«Nos prohíben el campo de fútbol para dos fiestas al año; no tiene sentido», explica extrañado Lancinha, un migrante africano

Jueves, 7 de agosto 2025

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Lancinha arrastra dos maletas por las calles altas de Jumilla. Nació en un punto indeterminado del cinturón del Sahel, sin especificar un país, pero llegó ... hace cuatro meses a esta localidad del Altiplano murciano tras trabajar como temporero en la fresa de Huelva. Camina hacia la mezquita Al-Nur, en lo alto del pueblo, ajeno a la polémica que ha llevado a Jumilla a los titulares nacionales e internacionales. «No lo sabía, pero que nos prohíban dos fiestas musulmanas al año en un campo de fútbol no tiene sentido», explica extrañado. A pocas horas de la Gran Fiesta de Exaltación del Vino, que da inicio a más de una semana de festejos en Jumilla, el debate en el pueblo no es qué queda por comprar o dónde se cena, sino la última decisión del Ayuntamiento.

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