Los efectos adversos de una vacunación caótica
El número de altos cargos y funcionarios de los servicios centrales que recibieron la primera dosis supera los 500
Los efectos adversos de la vacunación del exconsejero de Salud y de los altos cargos de su departamento no han podido ser más catastróficos. Tanto ... para el Gobierno regional -la crisis no se cierra con la salida de Manuel Villegas-, como para lo que más importa en estos momentos: la gestión de la pandemia. Con los hospitales completamente desbordados y con un insoportable incremento de muertes que obliga a tomar decisiones, el sistema sanitario está descabezado. Su cúpula al completo queda salpicada por el escándalo y la llegada del nuevo consejero, Juan José Pedreño, no resolverá por sí sola la pérdida de confianza que se ha producido.
Todo ha saltado por los aires. Las comparecencias diarias del portavoz técnico, Jaime Pérez, quedaron suspendidas desde que LA VERDAD desveló, el martes por la tarde, que Villegas y todos o casi todos sus directores generales se vacunaron de la Covid, sorteando el protocolo del Ministerio de Sanidad. «Hay una pérdida de crédito brutal en el momento más complicado. El nuevo consejero lo va a tener muy difícil para dirigirse a la sociedad en estas condiciones», admite, sin paños calientes, un alto cargo.
La crisis no se cierra con la salida de Villegas. «Hay una pérdida de crédito brutal», admite un director general
Manuel Villegas pidió durante meses responsabilidad y sacrificios a la población. Sus mensajes eran escuchados porque su figura infundía respeto y credibilidad. Según las encuestas, la gestión de la pandemia apenas erosionaba al Gobierno regional. La mayoría social aceptó las restricciones, los cierres, el drama económico que suponían. Pero el miércoles, quien tantas veces había denunciado las conductas irresponsables terminó dimitiendo por saltarse el orden de vacunación.
El protocolo del Ministerio fija que, en esta primera fase, solo puede recibir las dosis el personal «que trabaja en centros y establecimientos sanitarios y sociosanitarios». Además, no de manera generalizada, sino «solamente» en aquellos casos «en que de manera específica se realizan actividades que exigen contacto estrecho con personas que puedan estar infectadas por SARS-CoV-2». La literalidad del texto deja fuera no solo al consejero y sus altos cargos, sino también a más de 500 funcionarios no asistenciales que han sido vacunados pese a no trabajar en instalaciones sanitarias, sino en edificios de oficinas del SMS. Algunos de ellos ni siquiera están en las sedes, porque teletrabajan. La única excepción que contempla el protocolo es la del «personal sanitario de salud pública», que debe ser inmunizado de forma prioritaria.
No constan en las previsiones
El protocolo interno del Servicio Murciano de Salud, aprobado el 31 de diciembre, no hace referencia al personal de los servicios centrales en la «previsión de necesidades» para la campaña. Se incluye a 4.510 trabajadores de los centros de salud y consultorios de Primaria, a 1.489 profesionales del 061 y a la plantilla de los hospitales (19.870 personas). También figura el personal contratado para reforzar centros sociosanitarios y el perteneciente a la red de salud mental. No hay en estas previsiones ni rastro de la sede del SMS, en Habitamia. Este documento fija la priorización del personal sanitario de primera línea, aunque, no obstante, sí señala que «conforme la cantidad de vacunas resulte suficiente, se realizará citación al resto de personal del Servicio Murciano de Salud», por «cortes de edad y patologías de riesgo».
El miércoles 13 de enero, cuando todavía no se había completado la vacunación ni en los centros de salud ni en los hospitales, se organizó una inmunización masiva en Habitamia. Para ello se movilizó incluso una ambulancia del servicio de urgencias de Atención Primaria (SUAP) de Santiago y Zaraíche, en pleno aumento de la presión asistencial por la tercera ola. También esa semana se procedió a la vacunación en las distintas sedes de la Consejería. Junto al personal que sí debía ser vacunado, como los epidemiólogos, se administraron dosis al resto de trabajadores y a los altos cargos, con Villegas a la cabeza. No consta protocolo alguno de vacunación de la Consejería. Según Salud, se aplicó el del SMS, que no incluye a personal ajeno, más allá de las «empresas externas contratadas».
«No ha habido transparencia, los ciudadanos se merecían otra gestión tras meses de esfuerzos», lamenta la Asociación de Usuarios
Quedan todavía muchas preguntas sin respuesta. Algunos achacan, en parte, lo sucedido a las prisas por mejorar los datos de vacunación. «La campaña empezó lentísima, y se metió el acelerador», resume un representante sindical. Tras las residencias de mayores, la vacunación del personal de centros sanitarios y sociosanitarios se convirtió en un cajón de sastre, sin una priorización clara. Junto con profesionales que llevan meses luchando contra la Covid en condiciones durísimas, han recibido su dosis liberados sindicales que trabajan en sus sedes, sin relación alguna con la asistencia. También se vacunó el presidente del Colegio de Médicos, Francisco Miralles, que no ejerce en ningún centro sanitario desde hace más de dos décadas. A todo ello se suma el escándalo que protagoniza la alcaldesa de Molina de Segura, Esther Clavero. La lista la completa, de momento, el edil de Salud de Murcia, Felipe Coello, quien se defiende señalando que participa en la campaña como vacunador.
Sin fiscalización
«No ha habido transparencia, ni fiscalización. No se ha explicado a quién se vacuna y por qué, no se ha elaborado una estrategia regional detallada. Estamos ante la campaña de vacunación más importante que ha habido nunca y los ciudadanos se merecían otra gestión tras tantos meses de esfuerzos», advierte María Teresa Martín, presidenta de la Asociación de Usuarios de la Sanidad. La Marea Blanca ha pedido «investigar hasta las últimas consecuencias».
La estrategia nacional se modifica tras la polémica
La opacidad y las vacunaciones irregulares se han repetido en otras comunidades. En Madrid, con centenares de sanitarios jubilados. En Ceuta, con su consejero de Salud. Finalmente, el Ministerio modificó el viernes la estrategia nacional para tratar de cortar estas situaciones por lo sano. También la disminución de las dosis de Pfizer está detrás de esta decisión. El nuevo protocolo deja claro que la vacunación entre el personal sanitario debe limitarse al ámbito hospitalario y de Atención Primaria. Todos los demás tendrán que esperar, porque se prioriza a los mayores de 80 años. Está por ver cómo se reorganizará la campaña en la Región. Salud ha empezado ya a vacunar a los farmacéuticos, entre otros colectivos sanitarios que, de acuerdo a la nueva estrategia, ya no son prioritarios.
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