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El hostal de la Ciudad del Transporte, abandonado desde hace años, tiene tapiada la planta baja. NACHO GARCÍA

Los okupas de edificios tienen de uñas a vecinos de las pedanías

Los presidentes de las juntas municipales se sienten «indefensos», ya que las propiedades quedan destrozadas y hay quejas constantes

Manuel Madrid

Murcia

Jueves, 31 de mayo 2018, 03:38

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Las familias que ocuparon un edificio entero sin vender de tres plantas en la calle Saavedra Fajardo de Algezares venían de hacer lo mismo en otros bloques de Los Garres y Patiño. Estuvieron un año y medio y después de la presión de la Policía Nacional y la Guardia Civil acabaron abandonando las viviendas. El pedáneo de Algezares, Juan José Garre (PSOE), se muestra horrorizado por el estado en el que quedó el inmueble: «Lo dejaron sin ascensor, se llevaron las barandas de las escaleras, arrancaron puertas y ventanas...». La escena que describe se ha repetido en otros puntos de la pedanía, especialmente en varios dúplex del residencial La Rosaleda. «Como tienen las persianas bajadas no se ve qué hay dentro, pero si las levantas la escena es dantesca. No dejan ni la instalación eléctrica. Ahora, afortunadamente, el pueblo está más tranquilo porque han parado. Hacemos todo lo que hemos podido: mociones en los Plenos de la Junta para pedir que se incremente la seguridad porque solo hay una patrulla de Policía para tres pedanías. Pero puede volver a ocurrir en cualquier momento, quizás esta noche».

Esta situación que describe Garre se ha dado en casi todas las pedanías del término de Murcia y los presidentes de las Juntas Municipales exponen a 'La Verdad' que, en muchas ocasiones, se han sentido «indefensos», ya que al barrio o a la calle que le toca la china le toca movilizarse. Francisco Viudes, pedáneo de Cabezo de Torres, explica que el problema se agrava con las propiedades de los bancos, que hasta hace bien poco se olvidaban de estos bienes y apenas se implicaban en la conservación y mantenimiento de los mismos. «No hay suficiente información para los vecinos sobre cómo hay que actuar ante estos casos», opina Viudes. «En mi manzana ocurrió un caso similar, se pudo avisar en cuanto se detectó y gracias a la intervención policial se pudieron cambiar los bombines de la casa. Pero, una vez que ocupan la vivienda, si hay menores y es una familia sin recursos, si no hay una orden judicial es muy complicado resolver el caso».

Puertas contra intrusos

Según Viudes, el 'modus operandi' de los okupas es similar: vigilan los vecindarios y se decantan por activos de los bancos. «Nosotros en Cabezo de Torres tenemos viviendas aisladas okupadas y conocemos numerosos intentos en urbanizaciones. Pero también se dan en cascos urbanos, en casas que tienen patios y garajes comunitarios, con la consiguiente queja de los vecinos». Todo esto ha dado lugar a que haya nuevas empresas que se dedican a la gestión de activos inmobiliarios, y Viudes apunta que ya hay compañías especializadas en la fabricación de puertas anti intrusión de alta seguridad ante el elevado número de casos de okupaciones «de la noche a la mañana».

Así lo ven

  • Carmen López (Nonduermas) «Un caso extraordinario fue la okupación del hostal de la estación de mercancías por 30 familias de marzo a abril»

  • Pedro Morales (Los Dolores) «El estado en el que está la Ciudad del Transporte es de auténtica vergüenza, solo hay que pasar por ahí»

  • Juan José Garre (Algezares) «Detrás de las persianas de algunas viviendas no hay nada porque se han llevado hasta marcos de ventanas»

El problema se da con los edificios donde los propietarios no denuncian, algo que ocurre con los bancos principalmente, ya que se producen enganches de luz y agua y crece la sensación de falta de seguridad en los vecindarios, sobre todo cuando ven cómo las viviendas se desvalijan a la luz del día. «En Cabezo tenemos un chalé abandonado, que fue okupado un tiempo, donde incluso hubo gallos de pelea custodiados por perros, justo enfrente del centro de Fundown. Los pedáneos hacemos lo que podemos, pero si se da el caso de que meten un colchón y ponen bien visible el Libro de Familia ya poco se puede hacer. El problema es que todo esto desemboca en conflictos, y justo eso es lo que siempre se quiere evitar».

La Ciudad del Transporte de Los Dolores también sufre las consecuencias del abandono. La mayoría de muelles de carga y descarga están desastrados y están esperando inquilinos. La zona es lugar habitual para el ejercicio de la prostitución. El hostal Las Palmeras y su restaurante Florentina son hoy un gran contenedor de disgustos: una mole de cinco pisos con las puertas y ventanas de la primera tapiadas. Nada recuerda al flamante complejo que erigieron el Sindicato Vertical del Transporte y el Ayuntamiento de Murcia en los años 70, cuando llegó a tener hasta 5.000 socios. El pedáneo de Los Dolores, Pedro Morales (Ciudadanos), denuncia que «esta zona es una vergüenza, hasta el punto de que la iglesia evangelista que hay ahí me ha pedido permiso para hacer ellos mismos, con voluntarios, la limpieza de la calle». «Aquí hemos detectado okupas en chalés y los vecinos están muy cabreados por los problemas que puedan acarrear. En uno de ellos, sin embargo, están desbrozando el jardín. Delante del colegio Maestro Enrique Laborda también destrozaron un edificio que quedó a medias por la crisis. La administración llega hasta donde puede y en muchos casos son los bancos los que dan lugar a estos panoramas».

La estación de Nonduermas

Carmen López (PSOE), pedánea de Nonduermas, reconoce que el deterioro de algunos viales como la carretera de El Palmar, donde hay muchas casas vacías, contribuye a que los okupas se acaben colando. «A mí me han llegado quejas, pero rápidamente hemos actuado y gracias a la colaboración de la Delegación del Gobierno se han resuelto. En nuestro caso, tenemos una población pequeña, no hay grandes edificios, pero sí recuerdo que recientemente tuvimos un caso extraordinario en el hostal del recinto de la estación de mercancías de Adif, que fue ocupado por unas 30 familias. Fue un caso insólito porque el complejo quedaba dentro del espacio de Adif, que parece tan serio con sus cosas, y, al final, acabaron yéndose».

Según datos facilitados por Ahora Murcia, en el término municipal hay 29.000 viviendas desocupadas.

El edil Gómez niega la «inacción» que le reprocha Alzamora

El concejal de Vivienda, Rafael Gómez, aseguró que el Ayuntamiento actúa siempre y cuando se le reclama ante casos de okupas poniendo la situación en conocimiento de la Policía Nacional para que se identifique a los intrusos, especialmente si hay quejas sobre vandalismo. Gómez señaló que no se puede atribuir este fenómeno a la inacción de la administración en el fomento de la vivienda pública o de iniciativas de fomento del alquiler. El año pasado solo cinco propietarios de viviendas vacías se sumaron al plan local para alquilar casas -el Ayuntamiento ofreció 100.000 euros de ayudas en octubre, pero los interesados tenían que realizar obras de adecuación y concluirlas antes del 31 de diciembre de 2017-. El concejal de Ahora Murcia Miguel Ángel Alzamora asegura que su formación está en contra de cualquier okupación ilegal, pero señala que son «comprensivos» ante ciertos casos. Alzamora pide que no se criminalice a todas las familias necesitadas de una vivienda digna y acusa a la Administración de no promover políticas para garantizar este derecho constitucional. «Hay un millar de demandantes de vivienda social, y no podemos mirar para otro lado. Hay que mediar y dar siempre soluciones».

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