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María Ramírez
Viernes, 9 de mayo 2025, 18:55
El bazar Hiper Atalayas de Murcia tiene todas las cartas para ser un punto de referencia de la ciudad: una historia de superación, un catálogo con todo tipo de 'stock' y un propietario que sabe ganarse el cariño de sus clientes. Tres fortalezas que no solo le han permitido consolidar su presencia en la capital de la Región, sino también en las redes sociales, donde ha acumulado casi 30.000 seguidores en tan solo unos meses.
Detrás de este local se encuentra Jin, el dueño y el ahora 'influencer'. Antes de conseguir cientos de miles de visualizaciones en Instagram tuvo que enfrentarse a uno de los momentos más duros de su vida: el 6 de septiembre de 2022, un incendio arrasó por completo el negocio. En unos instantes, las llamas devoraron el recinto, la ilusión y el esfuerzo de tantos años: «Tenía muchas ganas de trabajar, como un león», confesó en una entrevista.
Fruto de esa incansable energía pudo volver a levantar su imperio en poco más de dos años. «Hemos vuelto con más fuerza y más potentes», aseguró días antes de la reapertura en sus redes sociales. Desde entonces, el bazar no ha dejado de reinventarse con una oferta de productos original, tematizada y, sobre todo actualizada, como las radios solares para combatir el apagón histórico.
Los 'amigos de lo ajeno' también han encontrado una mina de oro en el interior de este comercio. «Hemos sufrido varios robos, incluso con fuerza», han compartido en su perfil de Instagram. El equipo ha decidido mostrar las grabaciones de las cámaras de seguridad para denunciar la oleada de sustracciones que están sufriendo a plena luz del día: «Lo hacemos público porque Jin lo ha dado todo por Murcia. Ha abierto su tienda y su corazón para todos».
En las secuencias, que muestran distintos robos, se puede apreciar que los delincuentes entran con la cara descubierta y caminando con total tranquilidad por los pasillos, como si fueran clientes. En uno de ellos, un hombre llena un canasto con productos y sale por la puerta de la entrada. Cuando la alarma se activa, una de las dependientas corre hacia la salida, pero en cuanto empieza a perseguir al ladrón, este huye por el aparcamiento.
«Así no», pide con indignación Jin, quien insiste en que se puede acudir a la tienda «a pasear, a comprar, a disfrutar, a ver las novedades, pero no a robar». Debido a esta situación, han indicado que están trabajando para mejorar la seguridad y que estos incidentes no vuelvan a ocurrir.
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