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Una de las carrozas del desfile de Reyes, este viernes.

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Una de las carrozas del desfile de Reyes, este viernes. Nacho García / AGM

Los Reyes Magos ilusionan en Murcia de la mano del 'mayor espectáculo del mundo'

Las calles de la capital se convierten en una abarrotada carpa de circo para saludar a sus Majestades de Oriente

Viernes, 5 de enero 2024, 18:35

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¡Pasen y vean! El conocido, tiempo atrás, como el mayor espectáculo del mundo fue el principal protagonista este viernes, con permiso de Sus Majestades de Oriente, de una Cabalgata de Reyes Magos que volvió a abarrotar las calles del centro de Murcia en el año de la recuperación, tres años después, de su itinerario tradicional, ya sin obras ni pandemias de por medio.

Y había ganas de desatar la ilusión, porque una hora antes de la salida ya podía encontrarse a joven público, en sus puestos, dispuesto a pasarlo en grande. De hecho, apenas pudieron verse sillas vacías -solo en el primer tramo del recorrido-, en un desfile que colgó hace semanas el 'no hay billetes' en la venta 'online' y solidaria -de 15.000 sillas- en favor de los colectivos de la discapacidad y que no registró ninguno de los problemas que se presentaron el año pasado en relación a esta cuestión.

Tuvieron, sin embargo, los menos previsores la oportunidad de hacerse con algunos de los al menos 2.000 asientos que se incorporaron, para su compra presencial, en la avenida San Juan de la Cruz, en la zona del Infante Don Juan Manuel, de la mano, en buena medida, de las familias que trabajan habitualmente en estos eventos.

De ahí fue precisamente desde donde partieron Melchor, Gaspar y Baltasar, acompañados por un cortejo formado por en torno a un millar de figurantes y hasta 70 espectáculos. Si el buen tiempo ha marcado el desarrollo de las fiestas navideñas, el aire gélido que corrió por momentos hizo la tarde algo desapacible y obligó a más de uno a echarse la manta sobre las piernas y enfundarse el gorro en la cabeza.

Abrió el cortejo, tras los patrocinadores y las bases del Real Murcia, el cuerpo de la Policía Local, cuyos agentes motorizados no dudaron en desmontar para que los más pequeños pudieran hacerse fotos sobre sus vehículos. «¡Pita, pita!», les pedían los espectadores más atrevidos. Inmediatamente después hacía su entrada la corona real, y un acceso móvil a la carpa circense en la que se convirtió el recorrido.

La música de los legendarios Payasos de la Tele anunciaba a los reyes de la casa lo que estaba por llegar, los cuales, entre palmas y bolsa en mano, aguardaban todos aquellos regalos que les pudieran caer. 'Márcate un triple', rezaban las canastas baloncestísticas que un grupo de pequeños se había fabricado para recogerlos.

A partir de ahí, y en una época tomada por móviles, pantallas y los personajes de videojuegos, artistas de antaño -representados mayoritariamente por jóvenes miembros de comparsas y escuelas de baile- fueron capaces de abrir las bocas de todos los niños asistentes a la cita junto a sus familias.

Desfilaron frente a sus ojos soldaditos inflables con apariencia de 'clics' que se acercaron a bailar con los más pequeños. También lo hicieron zancudos, malabaristas del fuego o acróbatas. «Practicamos 'pool dance', pero también otros ejercicios acrobáticos», comentaban Rebeca, Raquel y María, de la academia Studio 54.

No faltaron tampoco los forzudos ni las domadoras, que sometían a sus pequeñas fieras a base de bailes, aunque el gran león -de cartón piedra, claro- tuvo que llegar enjaulado. Se unieron a la comitiva grupos de 'majorettes', cabareteras, y, cómo no, payasos, ninguno de ellos triste y alguno, 'de hospital', gracias a los Pupa Clown.

Junto a las fieras también se sumaron otros animales como caballos gigantes -más allá de los de la unidad especial de la Policía Local-, jirafas de tela y un elefante elaborado con globos de feria. Junto a ellos, los bomberos del SEIS se entregaron a apagar posibles incendios en forma de rabieta a base de azúcar, con un masivo reparto de caramelos, al que siguió la inundación en dulce que trajo la carroza de Golosinas Vidal. También se escaparon peluches y alguna pelota, que sus afortunados receptores recibieron con emoción.

Fueron los carteros los encargados de recoger 'in situ' y en movimiento las cartas de aquellos pequeños más rezagados en sus peticiones. Y justo antes de la entrada de sus Majestades, y tras los pastores y carboneros, hizo su entrada lo estos perseguían, un portal de Belén móvil y viviente, con estrella incluida y representado por la peñas huertanas, para recordar, con las tradicionales coplas de aguilando, que la Navidad en Murcia también tiene su propia tradición.

Portal de Belén Móvil y huertano

Y con el paso previo previo de varios ángeles hizo entrada lo más esperado de la tarde: el cortejo real, integrado por varios pregoneros, diferentes ballets y pajes, que asistieron a sus Majestades de Oriente mientras lanzaban monedas de chocolate y recibían, de vuelta, el cariño y el aplauso de unos expectantes niños, que aguardaban para apenas unas horas después su visita más especial a casa. «Baltasar eres el mejor», gritaba un pequeño al paso de la última carroza, que contaba con un nutrido club de fans.

Justo antes de llegar a la plaza Circular, el cortejo bajó el volumen y la intensidad de las luces para hacerse más amable para los niños con Trastorno del Espectro Autista. Y tras finalizar su recorrido en la plaza Circular, Sus Majestades de Oriente se desplazaron hasta el Belén Municipal del Palacio Episcopal para, junto al Obispo Lorca Planes, realizar una ofrenda simbólica, acompañada por la actuación del Orfeón Fernández Caballero. El mayor espectáculo del mundo llegará de verdad este Día de Reyes, cuando se abran los regalos.

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