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Viernes, 23 de diciembre 2022, 13:01
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El submarino 'Isaac Peral' (S-81) ya está preparado para afrontar su primera inmersión, que será en los primeros días de enero, tras las fiestas navideñas. El prototipo construido en el astillero de Navantia en Cartagena ha sido puesto a flote este viernes tras finalizar los trabajos que debían realizarse en seco para mejorar sus sónares antes de la entrega a la Armada, prevista ahora para mediados de 2023.
La anterior varada programada y las pruebas de mar de la pasada primavera pusieron de manifiesto la necesidad de mejorar las prestaciones de esos equipos suministrados por la compañía estadounidense Lockheed Martin. Así que la dirección de obras decidió aprovechar la varada iniciada en agosto y acabada ayer para realizar los ajustes.
El barco, primero de una serie de cuatro de diseño y construcción nacional, afronta la fase final de su periodo de pruebas, un procedimiento reglado y muy exigente, destinado a comprobar y, en caso necesario, corregir y optimizar el funcionamiento de todos los sistemas de navegación y de combate, así como sus componentes.
La maniobra de salida del dique seco del astillero de Cartagena se siguió en el astillero con gran expectación. Tras el llenado del foso con agua marina, el barco fue trasladado al Muelle de Armamento con ayuda de un remolcador de la Armada. Allí se realizarán pequeños ajustes antes de las nuevas y definitivas pruebas de mar, que incluyen la navegación en superficie, la primera inmersión, la también primera navegación en inmersión así como la inmersión a cota máxima. Navantia destacó que todo el periodo de pruebas «se lleva a cabo con el máximo rigor», con participación de personal de la compañía constructora, pero también de la Armada y del Ministerio de Defensa, que trabajan para certificar la excelencia en calidad y la operatividad del buque.
En paralelo, Navantia progresa en la construcción de los otros tres submarinos de la serie. La primera unión del casco resistente del segundo, el 'Narciso Monturiol' (S-82), se ha realizado ya en el astillero cartagenero.
La compañía pública de construcciones y reparaciones navales recordó que el denominado Programa S-80 es el mayor desafío tecnológico afrontado por la industria española. Con él, España refuerza su autonomía estratégica al convertirse en uno de los escasos países, apenas una decena, que diseñan y construyen sus propios submarinos. Además, el S-80 supone un salto tecnológico para el arma submarina española, con un sistema integrado de control de plataforma, un sistema de combate y un sistema de armas con capacidad de lanzar misiles tácticos, una capacidad única entre los submarinos no nucleares de la OTAN.
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