El campo podrá usar más abonos sin químicos para reducir la contaminación junto al Mar Menor
La UE permitirá emplear fertilizantes de purines y estiércol por encima del valor fijado hasta ahora, por ejemplo, en la Ley que protege la laguna
La agricultura en la Región de Murcia, especialmente la de regadío, acaba de ver como la Unión Europea ha abierto una vía para desterrar el ... uso de fertilizantes químicos en el campo y reducir, de esta forma, el exceso de nitratos, la contaminación de los suelos y las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera. Bruselas aprobó a finales del pasado mes una enmienda a la Directiva de Nitratos para permitir el uso de fertilizanes generados a partir de purines y estiércol, procedentes de la ganadería, por encima del valor establecido por la normativa europea (170 kg de nitrógeno por hectárea y año).
El sector agrícola emplea 40.000 toneladas de fertilizantes nitrogenados al año para mejorar el rendimiento de los cultivos, y dos tercios de ese volumen son materiales sintéticos mientras que el resto es abono orgánico de origen animal. El empleo de estas cantidades ha conllevado un exceso en el empleo de nitratos sobre los campos, sobre todo si se trata de productos químicos. La reciente decisión de la UE puede alterar esa balanza.
Ahora, la prioridad será emplerar los fertilizantes Renure ('Nitrógeno recuperado del estiércol', en español), que no solo tienen una visión ambiental, sino también económica para los productores, como recuerda la Consejería de Agricultura: «Hay ventajas como la reducción de costes de las explotaciones, del sometimiento de los productores a la volatilidad de los precios de los fertilizantes, la dependencia de terceros países y, a la vez, permite el reciclado de nutrientes procedentes del estiércol, evitando su impacto medioambiental».
La medida deberá pasar ahora por el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo. Los estados miembros podrán autorizar entonces, por encima de la cantidad de 170 kg de nitrógeno por hectárea y año y hasta un límite adicional de 100 kg de nitrógeno por hectárea y año, el uso de determinados materiales fertilizantes procedentes de estiércol animal que hayan sido sometidos a un proceso de transformación. Eso sí, siempre que se cumpla una serie de condiciones como no aumentar el número de explotaciones ni de producción de estiércol. El Gobierno español deberá transponer la normativa a la legislación estatal, y tiene dos años para ello.
El cambio en la normativa europea también se deberá reflejar de uno u otro modo en leyes regionales como la del Mar Menor o los futuros programas de actuación en zonas vulnerables a los nitratos de la Región de Murcia y del Campo de Cartagena.
Dependencia de Rusia e Israel
El secretario general de Asaja, Alfonso Gálvez, entiende que la medida atenuará el incremento de los costes de fertilizantes en las explotaciones agrícolas, que ha ido al alza tras el veto a las exportaciones rusas y bielorrusas a la UE y agravado por las sanciones al Gobierno israelí, cuyo país es un importante productor de ácido fosfórico, compuesto que sirve de base para los fertilizantes líquidos. «Tanto que Bruselas defiende el aprovechamiento de los subproductos ganaderos, es coherente que se facilite al máximo su aplicación en el campo, por cercanía y por ahorro», explica a este periódico.
Gálvez apunta también que, con esta alternativa a los productos químicos, deberán existir suficientes plantas de tratamiento de purines cerca de grandes áreas agrícolas y que «se arbitren medidas para que los agricultores y ganaderos puedan beneficiarse mutuamente». Agricultura apunta, por su parte, que el cambio en la directiva para un país deficitario en producción de fertilizantes como España permitirá «ser más autosuficientes a nivel local; apostar por una economía más circular, bajar la huella de carbono, reducir costes y plantear una estrategia a nivel local».
-
Una solución para cultivar en las zonas vulnerables a los nitratos
Los fertilizantes Renure se han presentado como una alternativa para evitar la contaminación por nitratos a partir del uso de productos sintéticos que nutren el suelo agrícola, pero que tanbién dañan acuíferos o masas de agua superficiales, como es el caso del Mar Menor. Según el borrador de la Comisión Europea, se ha demostrado que estos materiales reducen el riesgo de pérdidas de nitrógeno en agua comparado con el estiércol. Una cuarta parte del territorio regional está catalogado como vulnerable a la contaminación por nitratos.
La gran actividad ganadera existente en la Región se muestra ahora como una proveedora más fiable de abonos orgánicos, pero para ello hace falta aumentar el tratamiento de esos purines para emplearlos en el campo. «Esta medida contribuye a sustituir de forma segura los fertilizantes químicos, proteger el agua, reducir los costes de los agricultores y potenciar la autonomía agrícola de la UE», explicó la semana pasada la comisaria europea de Medio Ambiente, Resiliencia Hídrica y Economía Circular Competitiva, Jessika Roswall.
Ecologistas en Acción entiende que esta vía de fertilización por la que quiere apostar Europa puede tener ventajas económicas para la agricultura intensiva, una menor dependencia de los abonos químicos y un enfoque de economía circular, pero puede no estar exenta de problemas. «No está descartado que pueda incrementar localmente la ya muy grave contaminación por nitratos de nuestros acuíferos si no hay una estrategia definida y garantías concretas al respecto», apuntan desde la organización. «Parece que tiene respaldo científico, pero si lo aplican sin planificación ni garantías ambientales, estaremos en contra», advierten.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión