Blanco y negro en la Asamblea
La ausencia de público en la Cámara por las restricciones motivadas por la Covid-19 dejan sin notas de color la primera jornada del Debate del Estado de la Región
En los grandes debates que se celebran en la Asamblea Regional, la atención no solo se concentra en lo que ocurre dentro del hemiciclo, sino ... también en lo que sucede fuera de él. Las salas de invitados y los pasillos del edificio de Cartagena son durante esos días un constante ir y venir de rostros conocidos de la Región, ya sean del ámbito empresarial, sindical, político e incluso militar. También se dejan ver los 'hinchas' de los respectivos partidos, que acuden a hacer palmas a sus líderes correspondientes. En muchas ocasiones son estos los que dejan las anécdotas de la jornada, las notas de color que dan un toque diferente a las tediosas discusiones políticas.
Pero hasta el salseo de las citas parlamentarias nos ha robado el coronavirus. Las medidas de prevención a las que obliga la todavía vigente pandemia hacen que el Debate del Estado de la Región de 2020, que se inició este martes con el discurso del presidente de la Comunidad, Fernando López Miras, sea el primero de la historia que se celebra sin público. Así que por el edificio del paseo Alfonso XIII de Cartagena solo se pudo ver a los miembros del Gobierno, a los asesores de los consejeros y de los grupos parlamentarios, a los propios diputados regionales, a los periodistas y a los trabajadores de la Cámara. En resumen, una jornada sin color alguno, un día en blanco y negro en la Asamblea Regional.
Otra de las novedades del Debate del Estado de la Región 2020 es que se celebra en el patio de los Ayuntamientos en lugar de en el hemiciclo, con la finalidad de que los parlamentarios puedan guardar la distancia social entre ellos. Este lugar se ha convertido en una especie de pecera, pues se han colocado unas puertas de cristal que solo permiten la entrada de los diputados. Por cerrar, hasta se ha cerrado el acceso a los pasillos de la primera planta. A los fotógrafos de prensa solo se les da unos minutos para realizar su trabajo, antes del comienzo de las intervenciones. La acústica del patio de los Ayuntamientos es rematadamente mala.
El nuevo hemiciclo se asemeja al aula de un colegio. Sus señorías se sientan de dos en dos en unas mesas, cada uno en una esquina de la misma. Como sitúan los profesores a los alumnos para impedir que copien en los exámenes. A Pascual Salvador, el único diputado que no ha sido expedientado por la dirección nacional de Vox, le hubiera tocado sentarse con Francisco Carrera. Pero al ser este último miembro de la Mesa, estuvo solo en el 'pupitre'. Toda una metáfora de la situación en la que se encuentra ahora mismo en el grupo parlamentario, aunque se le vio departir muy amistosamente con Juan José Liarte. El todavía portavoz de Vox, aunque está muy cerca de ser expulsado por el partido, luce aún en la solapa un pin de la formación de Santiago Abascal.
La entrada en el patio de los Ayuntamientos parecía un desfile de modelos de mascarillas. El presidente de la Asamblea, Alberto Castillo, compartía look con algunos diputados del PP, que lucen las banderas de la Región y de España en sus mascarillas. Todos se la quitaron para seguir la intervención de Fernando López Miras.
Diego Conesa se hace un 'mourinho'
El socialista Diego Conesa se colocó detrás de la vicepresidenta de la Comunidad, Isabel Franco, a la que desde hace un año trata sin éxito de convencer para que lo convierta en presidente regional. El secretario general del PSRM dejó una de las anécdotas del día con el plantón que dio a los medios de comunicación, que lo esperaban para que realizara una valoración del discurso de Fernando López Miras. Envió al viceportavoz, Francisco Lucas. De esta forma, Diego Conesa emuló al portugués José Mourinho, que durante su etapa como entrenador del Real Madrid mandaba muchas veces a su ayudante, Aitor Karanka, a las ruedas de prensa tras los partidos.
La sala donde comparecieron los portavoces contó con una invitada especial. Una trabajadora de la limpieza seguía al dedillo las intervenciones para, cuando cada uno acababa, proceder de inmediato a desinfectar el atril y el micrófono desde el que hablaban. Es un botón de muestra de la nueva normalidad que nos deja el virus. Menos mal que, aunque con aforo limitado, estaba abierta la cafetería. Algo es algo.
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