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Concentraciones de algas a la deriva, en la cara del agua, el paisaje predominante en la cubeta sur del Mar Menor. MARTÍNEZ BUESO | VÍDEO: Verabril Comunicación / IVÁN ROSIQUE

El Mar Menor contiene la respiración

LA VERDAD recorre los puntos críticos de la laguna, turbia e invadida por las algas en gran parte de su superficie, mientras regresa con fuerza la amenaza de un nuevo episodio de anoxia

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Lunes, 16 de mayo 2022, 00:31

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«El problema no es el color del agua, sino lo que lleva». Palabra de Juan Tárraga, pescador y ex patrón mayor de la Cofradía de San Pedro del Pinatar, que acompañó a LA VERDAD el pasado viernes en un recorrido por el Mar Menor mientras planea la amenaza de un nuevo episodio de falta de oxígeno, que sería el tercero después de los sufridos en octubre de 2019 y agosto de 2021. El veterano hombre de mar lo ve inevitable, como los investigadores del Comité de Asesoramiento Científico y del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC). «Este año lleva adelanto», augura: «Si se tira dos semanas de calor fuerte, esto colapsa de un día para otro. Está peor que nunca».

Nadie lo diría en las primeras millas de la singladura, cuando la embarcación abandona el Club Náutico de Lo Pagán en dirección a las Encañizadas. El agua se ve limpia en esta zona del humedal, donde la pradera del alga 'Caulerpa prolifera' se extiende con generosidad sobre el somero fondo marino. La brisa fresca es una delicia a las ocho de la mañana, y alegra la vista la presencia de tres barcas de pescadores jubilados que prueban suerte con el curricán, a la espera de que se enganche alguna lubina.

No se ven redes caladas en plena época de langostinos. Imposible faenar con las algas ocupando la columna de agua

Las artes de pesca artesanales del Ventorrillo y La Torre se recortan en el horizonte, detrás de bancos de arena que asoman sobre la cara del agua y que delatan una cierta colmatación de las golas, los delicados canales que comunican la albufera con el Mediterráneo. Los riñones del Mar Menor. Gaviotas y charranes se alternan sobre las boyas. Otras aves acuáticas se precipitan de forma repentina sobre algún pez incauto.

La embarcación continúa navegando por el perímetro interior de la laguna, a través de la Chanca, y enfilamos rodeando por el Canto –para evitar el traicionero escalón donde el calado se reduce a menos de un metro– el área conocida como las Compañías –el Carbón, los Palos, el Pedrucho, el Pedruchillo, el Galán...–, los polígonos invisibles frente a La Manga donde faenan los pescadores.

Salvo una paranza calada en Matasgordas, ni una red a la vista, advierte Juan Tárraga, «cuando ahora deberíamos estar todos detrás de los langostinos». Imposible pescar con la actual concentración de macroalgas que proliferan en lugares poco profundos y que ya ocupan casi toda la cubeta sur del Mar Menor. Las ovas, como las conocen los pescadores, crecen en el agua por la presencia masiva de nutrientes, y se enredan en las redes, inutilizándolas.

Otra foto de peces muertos

La Comunidad Autónoma ya ha retirado decenas de miles de toneladas para evitar que, cuando aumente el calor, esta materia orgánica se pudra y agote el oxígeno del agua. Un fenómeno natural indeseable que ya ha avisado en forma de varias bolsas de anoxia detectadas por la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente. Otra sesión de fotos de peces y crustáceos muertos en las orillas sería terrible, tanto para el espacio natural como para la reputación turística de la Región.

Pero los parámetros siguen empeorando: la temperatura del agua ha subido casi cuatro grados centígrados en el último mes y han descendido ligeramente tanto la salinidad como el oxígeno. En este momento, los datos son muy parecidos a los que se tomaron el año pasado en la misma fecha.

LOS PARÁMETROS

  • Transparencia 3,07 metros a 6 de mayo de 2022 (4,00 metros a 6 de mayo de 2021)

  • Turbidez 2,05 FTU (0,57 FTU)

  • Clorofila 1,06 µg/l (0,63 µg/l)

  • Temperatura 19,31ºC (20,86ºC)

  • Salinidad 39,24 gr/litro (41,07 gr/litro)

  • Oxígeno 7,92 mg/l (7,85 mg/l)

El agua se enturbia progresivamente conforme navegamos hacia el sur. Entra la isla del Barón y el punto de La Manga donde se levanta el Casino Doblemar las algas se elevan desde el fondo y rozan la superficie, como fantasmas vegetales en suspensión. De cuando en cuando, la proa del barco rompe densas concentraciones de ova, del mismo tipo que la que se forma en las balsas de riego, tierra adentro.

«La ova ha existido siempre, pero en zonas muy concretas donde no circula el agua, como los puertos, pero nunca en el interior del Mar Menor, esto es nuevo. En toda esta parte, el fondo debería ser de arena limpia», ilustra el pescador a los periodistas.

«Siempre hubo ova pero en zonas muy concretas, nunca en el interior de la laguna», avisa el pescador Juan Tárraga

De las islas hacia el fondo de saco de la laguna, poco que ver: agua ya completamente verde, densa y turbia en Los Nietos y Los Urrutias, espuma y manchas de algas a la deriva.

La ventana paisajística de la Marina del Carmolí supone un descanso para la vista mientras nos aproximamos a la zona cero de la contaminación en el Mar Menor:la desembocadura de la rambla del Albujón, por donde entran actualmente 1.121 litros por segundo de agua dulce cargada de nitratos procedentes de la actividad agraria –entre 6.000 y 21.000 kilos diarios–, según datos del Gobierno regional. En los primeros cuatro meses y medio de 2022 ya han llegado 816 toneladas de nitratos (742 en todo 2021).

El caudal que suma los efluentes de riego y los afloramientos del acuífero Cuaternario, colmado y desbordado, irrumpe entre las cañas en un delta de apenas cien metros de anchura. Mientras, el Mar Menor parece contener la respiración, como si quisiera retrasar todo lo posible el momento de un nuevo 'shock' ecológico.

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