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Acequia de careo en Sierra Nevada. JOSÉ MIGUEL BAREA

Granada da una lección sobre acequias a Murcia

La recuperación de los canales ancestrales de Sierra Nevada contrasta con el empeño por entubar la red de la Huerta de Murcia

Lunes, 22 de noviembre 2021, 22:53

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Había leído sobre las acequias de careo del Parque Nacional de Sierra Nevada, pero no he podido verlas y comprobar cómo funcionan hasta hace unos días, invitado por los socios del proyecto Life Adaptamed. El domingo publiqué un reportaje amplio, así que no me extenderé sobre los detalles de esta red ancestral de canales que recogen el agua del deshielo en las cumbres granadinas y la transportan durante kilómetros, a más de 2.000 metros de altura, hasta que se infiltra en pastizales de alta montaña para que rellene acuíferos y brote, semanas después, en zonas más bajas de las Alpujarras, donde se utiliza para regar o beber.

Lo que no puedo dejar de hacer es, salvando las diferencias, comparar la situación de estas acequias andaluzas con el estado de las acequias de la Huerta de Murcia, dos ingenios hidráulicos heredados de los árabes con capacidad, todavía en este hipertecnificado siglo XXI, de echarnos una mano en la adaptación al cambio climático.

Porque sucede que, mientras en Sierra Nevada se están restaurando las acequias de careo con técnicas y materiales tradicionales, y son los propios regantes quienes reclaman a la Administración un mantenimiento adecuado de estos corredores de vida, en Murcia se entuban y se les arrebata la vegetación de los quijeros, hasta hace bien poco con la complicidad del Ayuntamiento, que siempre ha mirado hacia otro lado pese a las protestas de organizaciones conservacionistas como Huermur. Como si estorbara el agua corriendo en superficie y sobraran los espacios frescos y arbolados.

Acequia La Ladrona, en Monteagudo, tapada por la Junta de Hacendados y cuya apertura acaba de ordenar un juez de Murcia. JOSÉ LUIS ROS CAVAL

Para destruir estos cauces, en Murcia siempre se ha puesto como excusa la dificultad que supone limpiarlos y otros pretextos parecidos, pero en ocasiones se ha visto venir enseguida el verdadero motivo: unos chalés, una carretera asfaltada...

Cuando uno contempla cómo se restauran las acequias de careo de Sierra Nevada, y sobre todo comprueba el convencimiento de los acequieros granadinos para su conservación, más incomprensible resulta el empeño de la Junta de Hacendados por ocultar un patrimonio irrepetible y un paisaje en galopante desaparición: la Huerta se está convirtiendo en un feo 'resort' en diseminado, con casoplones de todo tipo brotando aquí y allá. Y cada vez con menos acequias.

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