Más de 380 millones de dinero murciano se esfuman con la caída de fondos de inversión

La razón de tal debacle es que todos los activos –tanto acciones como bonos y deuda pública– han tenido resultados negativos, lo que ha extendido los números rojos incluso a las carteras más conservadoras. No hubo refugio en un año marcado por choques bélicos, crisis energética, penuria de materias primas, inflación desbocada y subida de tipos.

Hace ahora doce meses había en los fondos 4.620 millones de euros de capital murciano, equivalente al 18,2% de todos los depósitos bancarios de la Región en aquel momento. Dicho capital inversor estaba distribuido entre 238.510 cuentas abiertas por ahorradores murcianos, según Inverco. Lo normal es tener entre dos y cuatro cuentas de distinto tipo para cubrirse la espalda. La pandemia había generado ahorros que permitieron incrementar un 13% el patrimonio acumulado respecto a 2020 (4.072 millones).

El perfil predominante en la Región es cauto. El 52,5% del dinero invertido estaba a primeros de 2022 en cestas mixtas de títulos; el 27,5%, en bonos y deuda pública; el 13%, en acciones bursátiles, y el 7%, en fondos garantizados.

A día de hoy, esas personas han visto desaparecer de sus cuentas al menos 388 millones de euros, de acuerdo con las referencias de Inverco. Eso no quiere decir que sean pérdidas definitivas, puesto que pocos retiran dinero bajo situaciones como la actual, salvo fuerza mayor. De hecho, numerosos partícipes desviaron parte de su dinero hacia fondos desvinculados de tendencias generales (biotecnología, acciones de los 'dragones' asiáticos, metales preciosos o 'commodities', por ejemplo). Traspasar dinero de un fondo a otro no tributa, solo la plusvalía (del 19% al 23%) cuando se pide el reembolso del capital.

Solo se han dado cinco ejercicios con pérdidas en fondos este siglo. El peor hasta ahora había sido el de 2008, tras la quiebra de Lehman Brothers, cuando el Ibex se desplomó un –39% y los fondos se dejaron una media del –5,6%.

El año pasado, sin embargo, la Bolsa española no cayó tanto, solo un –5,5%. La diferencia reside en el desastre de la renta fija. Bonos, letras y obligaciones en cartera pierden valor cuando suben los tipos de interés, y en 2022 los bancos centrales acometieron la elevación más rápida de tipos de la historia para contener una inflación descontrolada. El BCE los elevó del 0% al 2,5% y la Reserva Federal de EE UU, hasta el 4,5%.

El resultado fue que todas las modalidades de fondos, salvo las de retorno absoluto (+0,73%), registraron pérdidas en el cambio de año. En renta fija, la caída media es del –5,93% a un año. Las de renta mixta oscilan entre el –8,57% (con mayor proporción de títulos de deuda) y el –11,29% (con altas dosis de acciones cotizadas).

Los fondos de renta variable portan números rojos, pero es algo asumido por suscriptores acostumbrados a vaivenes bursátiles. En 2022 el Ibex se dejó el citado –5,5%, menos que el resto de parqués europeas, donde las pérdidas superaron el –10%. Los descensos fueron mayores en Wall Street, con un –20% en el S&P 500 y un –36% en el Nasdaq.

Como resultado, los fondos de renta variable nacional presentan una caída del –2,64%, mientras que los invertidos en Bolsas internacionales bajan un –13,29%. En gestión pasiva (basado en seguimiento de índices bursátiles), el porcentaje es del –7,18%.

Con todo, los ahorradores siguieron metiendo dinero en fondos durante un ejercicio en el que cuentas corrientes y depósitos a plazo fijo apenas mejoraron su remuneración ante las reticencias de los bancos a trasladar la subida de tipos a sus clientes, resalta Inverco. Las entradas en el conjunto de España fueron de 16.592 millones de euros en 2022.

El grueso de nuevo capital fue captado por las gestoras de CaixaBank, BBVA, KutxaBank, Ibercaja, Bankinter, Gescooperativo y Sabadell. En cambio, Mutuactivos, Bestinver y Credit Suisse encabezaron la lista de reembolsos.

Dentro de estos flujos de entradas y salidas de dinero, el patrimonio gestionado en el país por los fondos de inversión solo retrocedió un –3,6% en 2022, pese a las fuertes pérdidas. La entrada de nuevo capital compensó en parte la negativa evolución. Al inicio de este mes, las gestoras operaban con 306.351 millones.

Las aportaciones se concentraron el año pasado en fondos de renta fija, que captaron 14.837 millones, casi el 90% del total. Las previsiones para este año son mejores en este segmento tras el calvario del año pasado, según muchos analistas. Su expectativa de rentabilidad se sitúa en torno al 3% para deuda soberana y el 4% para la corporativa.