Los «territorios sin cerrar» de José Lucas se exhiben en una exposición en Cieza
La galería Efe Serrano inaugura este jueves una muestra con más de cien obras del fallecido pintor; algunas de ellas pertenecientes a sus proyectos más recientes
Para Antonio Lucas, volver a los estudios de su padre, el pintor y escultor ciezano José Lucas, fallecido hace un año, «tiene un punto muy ... emocional y, por otro lado muy extraño. Son lugares que él ocupaba, ya que tenía una personalidad muy fuerte y rotunda. Era un tipo muy impetuoso. Es difícil pero con el tiempo, como nos sucede a todos, te vas acostumbrando. Al entrar a esos estudios –en Madrid, Cieza y Mazarrón– se te llena la cabeza de imágenes, de voces, de momentos vividos con mucha intensidad y de tantos amigos de mi padre que han pasado por allí como Umbral, Manuel Vicent, Manuel Alcántara, Raúl del Pozo...», recuerda el poeta y periodista en conversación telefónica con LA VERDAD dos días antes de la inauguración de la exposición 'Retornos de lo vivo lejano', con la que se homenajea en su Cieza natal al pintor José Lucas.
La galería Efe Serrano, en colaboración con el Ayuntamiento de Cieza, inaugura este jueves a las 19.00 horas una muestra que reúne más de un centenar de obras del prolífico creador. María Lucas, hija del pintor y escultor, es la comisaria de una exposición que recorre principalmente dos décadas de creación plástica y en la que se podrán observar obras que hasta ahora no habían visto la luz, como la última serie en la que estaba trabajando el creador.
«Mi padre inauguró hace años la galería Efe Serrano desde la que nos propusieron hacer este homenaje, y a mi hermana y a mí nos pareció idóneo», cuenta Antonio Lucas sobre una muestra que reunirá 120 piezas de distintos formatos y técnicas, «y que, de algún modo, recorren la última etapa de la vida de mi padre, la última época de su trabajo. Como él murió de una manera muy imprevista, a raíz de un accidente –en la estación de Chamartín, mientras daba instrucciones a los operarios que estaban desmontando sus murales de la estación para que, tras su ampliación vuelvan a colocarse en los mismos lugares–, dejó su obra abierta. Seguía teniendo proyectos y encargos».
El resultado de esta muestra es «una exposición que es muy potente visualmente y que tiene esa condición de territorio sin cerrar, porque no le dio tiempo a hacerlo pero tampoco sé si lo habría cerrado nunca».
En esta selección «hay trabajos sobre papel, hay acrílico, hay tela y óleo... y algunas de estas piezas no se han visto nunca. Mi hermana María ha seleccionado las que considera que son más significativas de esa manera de trabajar que tenía mi padre, esa aventura por el color, esa condición levantina, ese apetito de luz que existe en su obra, esa esencia de Murcia, el mar, la huerta, toda la combinación cromática que te lleva de un territorio a otro, desde la orilla del mar hasta el interior de Murcia que él conocía tan bien y que, a pesar de vivir 50 años en Madrid, él llevaba dentro como parte de su ADN», explica el hijo del creador sobre una exposición a la que le seguirán otras en 2025.
Abundante obra
«Entre lo que hay fuera, en colecciones, en España y en Europa, y la obra que él dejó en sus tres estudios en Madrid, Cieza y Mazarrón, decir una cifra sobre el número de obras de mi padre sería una aventura. Mi hermana y su marido están trabajando ahora en el archivo y además de encontrarse con una obra muy abundante, él tenía cientos de cuadernos con anotaciones, con dibujos que eran bocetos de obras que luego serían más grandes... y además él tenía una colección bárbara de primeras ediciones de libros, muchos de ellos dedicados por los autores que fueron sus amigos. Algunos de la generación del 27 como Damaso Alonso, Gerardo Diego y Rafael Alberti. El título de la exposición es un verso de su admirado Alberti. Tuvo una colección de poesía extraordinaria. Y todavía están abriendo carpetas donde aparecen poemas manuscritos de Caballero Bonald, de Ángel González...» a lo que hay que sumarle su propia colección de pintura «con obra de Eduardo Arroyo, José Planes, Juan Monafé, Chillida...».
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Un gran amante de la poesía que vivió «una vida envidiable, intensa y llena de estímulos»
«De mi padre echo de menos muchas cosas. Echo de menos las llamadas de teléfono que nos hacíamos cada dos o tres días, para ponernos al día. Él viajaba mucho. También las conversaciones que hemos tenido de tantas cosas, las enormes discusiones sobre temas en los que no estábamos de acuerdo, en poesía, en pintura, o en cine. Y echo de menos muchos ratos buenos en Mazarrón con él, en las playas de Bolnuevo. A él le gustaba mucho ir allí y a veces nos íbamos juntos», recuerda Antonio Lucas sobre su padre, José Lucas, que, a pesar de vivir en Madrid durante gran parte de su vida, nunca perdió el cariño que sentía por su tierra natal.
José Lucas fue un gran amante de la poesía: «En su casa de Madrid había una biblioteca inmensa y recuerdo que a él le gustaba mucho comprar primera edición, entonces, si hacía una buena pesca, quedábamos y me enseñaba una primera edición, por ejemplo, de Juan Ramón Jiménez, firmada por él, y empezábamos a ver cómo eran las ediciones de 1915».
Ratos en el Café Gijón
«Los paseos por el Museo del Prado. Eso también lo echo de menos. Cuando éramos muy críos María y yo él nos llevaba al Prado, y ya siendo mayor hemos ido juntos a ver alguna exposición. Visitar con él el Prado era llevarse a casa una lección. Con él aprendías un montón de pintura, de gestualidad, de técnica... de todo lo que uno debe aprender para saber ver la obra de un pintor», rememora el hijo del creador, quien añora asimismo «los ratos en el Café Gijón. Él dejó de ir hace años, pero si pasábamos por la puerta algún día le gustaba pararse. El Café Gijón era algo así como la nave nodriza de toda la bohemia madrileña de los años 60 y 70 y él lo vivió con intensidad. Me gusta recordar aquellos ratitos escuchando sus historietas, nunca con nostalgia, pero sí con ese apetito de quien ha vivido algo con fondo, pues la verdad es que tuvo una vida envidiable, muy intensa y llena de estímulos», asegura su hijo.
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