¿Cómo enseño a montar en bici a mi peque? Ojo, no vale la forma en que aprendiste tú
Seguridad, confianza y juego son las claves para dar las primeras pedaladas
Julio Arrieta
Lunes, 18 de agosto 2025, 19:17
A veces olvidamos lo que nos costó aprender a montar en bici. La inquietud e inseguridad que sentimos cuando nos retiraron un ruedín –porque antes ... se hacía así, se quitaba primero uno y después, cuando ganábamos seguridad, el otro– ;el vértigo cuando dimos las primeras pedaladas con nuestra madre agarrando el sillín... Y, por fin, la mezcla de pánico y triunfo cuando nos dábamos cuenta de que nadie nos sujetaba y que llevábamos un buen rato dando vueltas al patio sin ningún apoyo. Ahora, sobre todo desde la aparición de las bicis de equilibrio, el guion de este capítulo de la infancia ha cambiado. Nuestros peques ya no aprenden como lo hicimos nosotros, por lo que hay que reaprender para enseñar. Te contamos algunas claves.
¿Cuándo empezamos?
Nunca es tarde para aprender a pedalear. Tolstoi, por mencionar a una celebridad, lo hizo a los 67 años, por su cuenta y siguiendo unas instrucciones escritas, aunque este no es el método adecuado para un niño. Mejor práctica que teoría. Y tampoco conviene esperar a la jubilación para ponernos a ello. ¿Hay una edad ideal? Sí. Los expertos coinciden en que entre los 3 y 6 años es un buen momento para subirse a la bici. Para esta edad, los peques ya tienen el equilibrio y la coordinación necesarios. Esther Walker, doctora en Ciencias Cognitivas, recomienda que si nuestro hijo es más pequeño –está entre los 18 meses y los 3 años–, le compremos una bicicleta sin pedales para desarrollar el balanceo. Esto, añade, facilitará luego que aprenda con la de pedales.
Ahora bien, nada de meter prisas. Javier Bosch, de la aseguradora online Cleverea, subraya la «importancia de respetar los tiempos de cada niño. Algunos mostrarán interés antes, otros más tarde. La presión solo genera rechazo, mientras que un enfoque positivo es mucho más efectivo». No obstante, si dudamos si es el momento adecuado, observa si el crío puede correr, saltar o deslizarse sin tambalearse. Si es así, y quiere, tenemos luz verde para ponernos manos a la obra.
Siempre con casco
La seguridad es la base para que el aprendizaje sea divertido y sin preocupaciones. Un equipo adecuado y un lugar tranquilo son esenciales. Y el casco no puede faltar. La experta Anna Stern recomienda el ajuste '2-V-2' para esta protección: a dos dedos de las cejas, correas en forma de 'V' bajo las orejas y espacio para dos dedos bajo el mentón. «Si el casco sufre un golpe, cámbialo, aunque parezca intacto», advierte. Si, además, se usan rodilleras, coderas y guantes para proteger las manos, mejor.
Conviene, también, asegurarse de que la bicicleta sea del tamaño correcto: el niño debe tocar el suelo con ambos pies desde el sillín. Asimismo, revisa frenos, cadena y presión de los neumáticos. Y ojo con el lugar escogido para lanzarse a las primeras pedaladas por libre. No vale cualquiera:elige un sitio plano y sin tráfico, como un parque o un estacionamiento vacío, evitando pendientes al principio.
¿Con ruedines o sin ellos?
Una vez llegados a este punto, lo suyo es empezar sin pedales. Chris Washburn, instructor de Pedal Power Kids, explica que «quitárselos o usar una bicicleta de equilibrio permite a los niños centrarse en el balanceo sin la complicación de pedalear». Se trata de que el peque practique el deslizamiento. Pide al niño que camine con la bici y luego levante los pies para deslizarse. Cuando pueda hacerlo durante más de 10 segundos, está listo para los pedales.
Aunque antes de dar el siguiente paso... enséñale a frenar. «Es necesario que el niño se familiarice con el uso de los frenos desde el primer momento», observa Javier Bosch. «Es importante que aprenda a hacerlo con suavidad y progresivamente, para no bloquear las ruedas y provocar una caída». Para ello, haz que tu peque camine junto a la bici, apretando y soltando los frenos. Una vez en movimiento, que practique frenando suavemente en un espacio abierto.
Puede que cuando nos enseñaron a nosotros nos sujetaran por el manillar durante las primeras pedaladas. No es correcto. Steve Calechman, de Harvard Health, aconseja sujetar el sillín, no el manillar, para «dar estabilidad sin interferir en la dirección». Ah, y «avisa siempre antes de soltar, para que el niño sepa que está pedaleando solo», aconseja. «¡Un momento! Pues a mí me soltaron sin avisar», podríamos decir. Bueno, pues parece que eso no estuvo bien (pero tampoco vamos a enfadarnos a estas alturas). Corre junto a tu peque, sosteniendo el sillín ligeramente y avisa «¡Voy a soltar, tú puedes!». Deja que pedalee solo unos segundos y aumenta este tiempo de manera gradual.
Ten paciencia
Puede que tengamos el recuerdo de que nosotros aprendimos en una tarde. No es cierto. Es posible que nos costara varios días. Así que no hay prisa, no vamos a presionar y vamos a convertir el aprendizaje en un juego. «Elogia cada pequeño logro, como mantener el equilibrio unos segundos, para reforzar la confianza», aconseja Calechman. Si se cae, mantén la calma y anímalo.
«Podemos plantear pequeños retos, como llegar hasta una farola cercana, o rodear un banco, y hasta trazar una meta con tiza» para que el niño se sienta motivado. Conviene que las sesiones sean cortas. Esto no es un desafío deportivo. Con 10 a 20 minutos es más que suficiente para los niños más pequeños, y con 30 está bien para los mayores.
Aunque los peques practiquen en parques, conviene enseñarles reglas básicas de circulación desde el principio «Enseñar a montar en bici a nuestros hijos también implica mostrarles cómo circular con responsabilidad, lo que les protegerá tanto a ellos como a las personas que le rodean», apunta Javier Bosch. «Es un proceso que requiere paciencia, pero el resultado vale la pena. Verles montar solos, con una sonrisa de orgullo, es uno de esos momentos que no se olvidan», concluye.
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