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Marina de Cope

Marina de Cope

Rincones con alma ·

Son playas de andar por casa y estar en familia, de disfrutar en la intimidad y embobarse con las hipnóticas olas

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Jueves, 17 de agosto 2017, 03:47

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Entre la aguileña Ensenada de la Fuente, la primera tras Cabo Cope, y Cala Blanca, ya en territorio lorquino, se reparten una veintena de posibilidades de baño con un encanto especial y la ventaja de ser poco frecuentadas.

Son playas de andar por casa y estar en familia, de disfrutar en la intimidad y embobarse con las hipnóticas olas. Ensenadas llenas de vida: de suave arena y microscópicos granos, de cantos rodados y losas de piedra; calas diminutas y secretas o profundas bahías protegidas por paredes.

  • Características En el litoral conocido actualmente como Marina de Cope, rural y escasamente poblado, se extiende una franja litoral virgen incluida en el Parque Regional de Cabo Cope y Puntas de Calnegre, también es zona ZEPA y LIC.

  • Cómo llegar Desde Águilas, cojan la RM-D14 y sigan hacia Calabardina por la RM-D15 y, pasada la población, llegarán a Cabo Cope. Desde Mazarrón, por la RM-332, sigan por la RM-D20, luego por la RM-D14 y, en Los Alcázar, cojan la RM-D15 hasta Cabo Cope.

  • Dónde comer Restaurante El Pocico. Carretera Garrobillo, km 11. Águilas. 968 41 92 40. Cierra martes (en agosto, abre todos los días). Especialidades: Pulpo al horno (por encargo), paletilla de cabrito al horno, carne a la brasa y pescados de Águilas. Precio medio: 25€.

El recorrido se puede hacer a pie, al borde del litoral. Pasarán por El Sombrerico, El Sombrerito, El Hoyo, El Charco y Rafal, con unas magníficas vistas de Cabo Cope, aguas cristalinas y huellas de gaviotas sobre la arena. Siguiendo por la costa, encontrarán Piedras Negras, Rambla Elena, Pozo del Animal, El Saladar, Pozo de Huertas, Los Abejorros, Las Pulgas y Cala Encarná, una bahía dividida en dos calitas de poca profundidad. Pasarán por La Galera, desembocadura de la rambla homónima, y playa Larga, ceñida por un acantilado y receptora del Garrobillo, ya en tierras lorquinas. Cuando lleguen a Cala Blanca, un templo para la relajación con mares azul caribe, podrán chapotear bajo una inmensa pared natural. Al final, habrán perdido la cuenta de los rincones ideales para gozar del mar, pero, lo mejor, no les importará.

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