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Jesús Carmona, bailaor, bailarín y coreógrafo, con la bailaora murciana Lucía Campillo, en la gala del domingo ofrecida por LA VERDAD, SO-LA-NA y Flamenco Real.

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Jesús Carmona, bailaor, bailarín y coreógrafo, con la bailaora murciana Lucía Campillo, en la gala del domingo ofrecida por LA VERDAD, SO-LA-NA y Flamenco Real. Pablo Sánchez / AGM
Cante de las Minas

Y ahí queda la gran soléa de Jesús Carmona. Esto no cae por la chimenea, hay que currárselo

El artista catalán protagonizó este domingo La Noche de LA VERDAD en el Cante de las Minas

Lunes, 4 de agosto 2025, 08:40

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Al echar la mirada atrás recuerdo a ese Jesús Carmona, hace ya trece años, en los camerinos moviéndose de un lado para otro, inquieto, concentrado, ... a la vez que, con ganas de comunicarse, y lo recuerdo porque hablamos de Badalona, entre tantos andaluces que competían para ganar el máximo trofeo de baile: 'El Desplante'. Aquella noche del 2013 acabó en sus manos. A esas mismas tablas volvía. Al lugar de los hechos, regresaba un Jesús Carmona, con muchas experiencias acumuladas. Como Ulises después de su larga travesía a su querida Itaca. Salía solo, vestido de negro, en mitad de la oscuridad, plantaba los pies en el lugar de una loseta, ante el expectante silencio, y movía los brazos y especialmente las manos en esa fusión de danza contemporánea y de flamenco; ralentizaba los movimientos en esa pieza conceptual, como si pasara la película muda a cámara lenta. Después giraba la rodilla, cambiaba de posición y ahí seguía con los pies pegados a la tierra, hasta que de vez en cuando se escuchaba el rasgueo del zapato, hasta que se arrancaba a taconear, marcándose el compás y jugando a contratiempo con los silencios, en esa extraordinaria y larga introducción del espectáculo que se anunciaba con el título 'Unidos'.

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