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«Me habéis hecho el hombre más feliz del mundo», exclama Antonio Rey tras una noche redonda en La Unión
Flamenco ·
«Para mí estar esta noche aquí es muy especial, aquí empezó mi historia con el 'Bordón Minero', aquí empezó mi sueño de tocar la guitarra solo», recordó en el antiguo Mercado Público el guitarrista y compositor madrileñoLa primera gala del Festival Internacional del Cante de las Minas, celebrada el pasado viernes, tenía su aquel al comenzar con un concertista de guitarra, como en contadas ocasiones lo había hech, cono Vicente Amigo o Paco de Lucía. El gran guitarrista y compositor madrileño Antonio Rey salió con su sonanta: «¡Solo ante el peligro!». Diluyó esas dudas, conectó emotivamente con el público y le hizo sentir y vibrar, así que si empezáramos la crónica por el final, diríamos que consiguió meterse al público de La Unión en el bolsillo en un gran concierto: hermoso, trepidante, y con muchos matices. Fue una gran fiesta.
Para Antonio Rey no era esta una actuación más, aquí empezó su carrera profesional al ganar el premio de guitarra 'Bordón Minero' 2003 y desde entonces ha llovido gloria bendita hasta ser dos veces ganador del Latin Grammy en la categoría de Mejor Álbum Flamenco. ¡Casí ná!
El guitarrista estuvo toda la tarde probando sonido hasta casi la hora de que las puertas del Antiguo Mercado Público abrieran al público. Ahí estaba su compromiso de perfección. Estaba tan emocionado que no podía hablar, traía hirviendo el corazón: «Para mí estar esta noche aquí es muy especial, aquí empezó mi historia con el 'Bordón Minero', aquí empezó mi sueño de tocar la guitarra solo, y tengo tantos recuerdos que cuando he subido la rampa del escenario, me he puesto 'atacao' como si fuera a concursar. Pero al ver el calor vuestro, me ha hecho feliz».
Comenzó, sabiendo dónde estaba, con unas tarantas, de composición propia, en las que iba hilando unas notas y otras en un inmenso mapa de sonidos por Levante. Prosiguió desgranando sus composiciones de su último disco: 'Historias de un flamenco', con el tema 'Mi rey', por rumbas, para pasar a 'Calle cañaílla', por unas vibrantes alegrías, en las que el propio guitarrista se permitía el virtuosismo de afinar unos bordones sin dejar de tocar. Y ahí la magia de las seis cuerdas se transformaba en un autentica sinfonía de notas en esos vertiginosos 'picaos', en esas escalas ascendentes y descendentes, que proseguía por los 'Tangos de mi compadre', que le cantaba emotivamente su hermana Mara Rey.
Al concluir, acompañado de amigos, también de Yerai Cortés, el artista descubrió la placa con su nombre en la Avenida del Flamenco, junto al de Enrique Morente
Otro momento espectacular llegaba por su toque por mineras, quedándose de nuevo solo ante el peligro, sabiendo que, en ese toque, una falseta puede ser como cincuenta temas en uno porque cada falseta son minitemas. Y, cómo no, acordarse inevitablemente de Paco de Lucía. Con los sentimientos a flor de piel llegó 'Bolero', acompañado por su padre, Toni Rey, y su segundo guitarra Manuel Heredia. Por bulerías ya volaban muy alto los sonidos de la flauta travesera de Juan Parrilla, de otro maestro de maestros, que tocaba la travesera, de dulce, con un gran protagonismo en un solo en el que se lucía, con el gran elenco de músicos, con la precisión entre Josué 'Bronquio', al bajo eléctrico y la percusión de Alex Fernández, con los coros y palmas de Yora Luna y Raúl Obregón 'El Ronkio'.
Así que jaleado y con prolongados aplausos, se despedía, no sin antes decir que «estamos aquí en la gloria con vosotros y no nos queremos ir, sin un toque muy especial: 'Canción de amor para Paco de Lucía'. Y con toque sublime y la notas mágicas de la flauta enduendada de Juan Parrilla, comenzaba su particular 'Concierto de Aranjuez', que engarzaba con la rumba 'Entre dos aguas', en su gran concierto total, en el que la magia del duende se fusionó entre la guitarra, su grupo y con los espectadores que disfrutaron una noche memorable.
Al concluir, acompañado de amigos, también de Yerai Cortés, el artista descubrió, en el gran carrusel de emociones de su gran noche, la placa con su nombre en la Avenida del Flamenco, junto al de Enrique Morente. Ahí se marcaron unas bulerías y después de los aplausos, exclamó: «Me habéis hecho el hombre más feliz del mundo». Ni duda cabe que la técnica depurada de Antonio Rey y su capacidad de comunicación emocional son únicas.