Locura de amor en Verona y San Javier
Sabíamos que «amar es comprar desprecios con lamentos; miradas de desdén con suspiros de dolor; es cambiar por un instante de placer veinte noches de ... ansiedades y desvelos». El joven Shakespeare lo puso en boca de Valentín, uno de los dos hidalgos de Verona, el que empieza despreciando los asuntos del amor para acabar desterrado y emboscado como bandido por culpa de la bobalicona adoración que le profesa a Silvia, la hija del duque de Milán. Debió sufrir de amores el poeta inglés, cuando decidió hilar una comedia para poner un farolillo rojo sobre sus funestas consecuencias y destacar la amistad como el valor triunfante.
Quién apuesta a que no aprendemos la lección, a pesar de las dos horas de representación en San Javier de la versión de Declan Donnellan sobre la historia de estos dos hidalgos, que tienen más de gamberros que de nobles.
El conflicto pone en la diana la lealtad de dos amigos, Valentín y Proteo, y el amor por una misma mujer, Silvia. A lo largo de la trama, se exploran temas como la traición, el arrepentimiento y el perdón, para sacar a la palestra la naturaleza de los vínculos humanos.
La adaptación de Donnellan no es una reliquia del pasado, sino una muestra de valentía. Si esperabas un Shakespeare de encajes y espadas, no era tu noche
No es sorprendente que nos siga importando Shakespeare. Es la vida misma. Basta recordar el caso de Elisabeth Taylor y Debbie Reynolds con el marido de esta última, Eddie Fisher, quien terminó casándose con la inolvidable Cleopatra de ojos violeta en medio de un monumental escándalo. Las dos actrices se reconciliaron años después. Liz y Debbie. Valentín y Proteo. Cualquier siglo es bueno para colgarse de quien no debes.
La adaptación de Donnellan no es una reliquia del pasado, sino una muestra de valentía. Si esperabas un Shakespeare de encajes y espadas, no era tu noche, aunque el texto fluía bastante fiel a la pluma del Bardo, si bien el director británico –multipremiado por sus frescos montajes de clásicos en teatro y ballet– le ha inyectado fluidez y viveza para lograr un mecanismo teatral sin respiro. Cada escena es una pieza de la máquina, con su dosis de poesía y de humor.
Todo está medido en este elenco absolutamente cohesionado para que cada rueda dentada accione la otra, cada gesto provoque la siguiente reacción, no solo con la palabra, sino con un lenguaje corporal que es pura energía. Donnellan ha confiado en la sobrada capacidad de los actores para arriesgar con su propuesta de estética urbana y momentos 'camp', como el arranque musical de Proteo y Tulio con chaqueta 'brilli brilli' y luces de neón, nuevamente almodovariano. El camelo de Proteo para quitarse de en medio al panoli Tulio es de los más divertidos de la obra. Los 'gags' al más puro estilo dibujo animado les salen de fábula. Los amigotes Valentín (Manuel Moya) y Proteo (Alfredo Noval) son los ejes de la función, que no se sostendrían sin los dos pilares cómicos: Goizalde Núñez, la tierna Lourditas de 'Los Serrano', y Jorge Basanta, Santos en 'Cuéntame'. Deseas que la actriz bilbaína vuelva a escena, que se quede y sople su ráfaga de frescura. Es la encargada de salirse del texto y hacer al público cómplice de sus desventuras como una de las primeras figuras del criado cómico de la literatura. Su carisma salva las innovaciones que le encomienda Donnellan, como esos chisposos 'apartes' y el alter ego de Crab en un perro robot. Su Lanza es el alma de esta fiesta.
La pátina de cretino rico, carne de 'Corazón Corazón', que le pone Jorge Basanta al duque de Milán es otra audacia efectiva. Su protagonismo en la segunda parte levanta la obra. Las dos actrices, Irene Serrano y Rebeca Matellán, aportan una nueva visión más enérgica de los roles femeninos, sin traicionar el relato. El disfraz masculino de Julia debió ser una originalidad en la época, que luego ha cundido en la literatura.
Todo se desenvuelve con un telón de fondo minimalista pero cambiante, que transforma las atmósferas a través de los focos. No hay decorados ni más elementos que el trabajo actoral, que lo llena todo. El cuarto asalto teatral en San Javier, en la noche patrocinada por LA VERDAD, fue otra noche con estrella.
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