Dylan Ennis: «Vivo en una burbuja; mi vida podría haber sido más difícil como lo es para otros inmigrantes»
«Ojalá pueda estar mucho tiempo aquí y pueda seguir descubriendo Murcia y todo lo que le rodea, a mi familia y a mí nos encanta Cartagena»
Es imposible no salir de un encuentro con Dylan Ennis (Toronto, 33 años) con el ánimo por los aires. Rezuma carisma por los cuatro costados, ... ante la duda de estrechar la mano o dar un abrazo se decanta por los dos, habla alto y ríe más alto aún y su sonrisa de dentista delata lo que jamás escondió: vive feliz en Murcia. Es canadiense con orígenes jamaicanos, su mujer es australiana y se conocieron en Estados Unidos, tiene la nacionalidad serbia y ha vivido en siete países, pero se queda con la huerta porque «para nosotros, como familia, Murcia es la ciudad que más cosas buenas tiene». Máximo anotador del UCAM los dos últimos años, ve su futuro aquí. Como jugador de baloncesto y como celebridad de las redes sociales.
–En una ocasión me comentó que había veces en que no sabía si era más un jugador de baloncesto o un 'influencer'. En verano la respuesta estará clara.
–¡Desde luego! Tengo más tiempo y me gusta hacer vídeos graciosos y cosas así.
–Ha encontrado un filón en las peculiaridades del español.
–¡Totalmente! Hice uno y las estadísticas fueron una locura. Así que, como a todo el mundo le encantó, decidí hacer más. No es más que para que la gente se ría, nada malo hacia el idioma.
–Tiene otro sobre la siesta. ¿Es lo mejor que ha aprendido de la cultura española?
–Mis amigos me preguntan si es algo a hacer cada día y les respondo que sí, que es parte de la cultura. En Canadá es todo a un ritmo muy rápido. En España se le da importancia a estar relajado, poder tomarte tu tiempo y descansar. Es un estilo de vida que me encanta.
En tragos cortos
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¿Qué le quita la sonrisa? -La gente que es brusca sin motivo, que tiene un mal día y por eso cree que puede tratar mal a los demás.
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¿De dónde viene un enemigo? -Hay gente que quiere hacer algunas cosas en la vida, pero no se siente con la confianza necesaria, y la toma con quienes sí las hacen.
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Su mejor consejo. -Vive el momento. Si soy tan feliz es porque aprovecho los buenos momentos para vivirlos a tope.
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La mejor tapa murciana. -Los paparajotes. Mi postre favorito del mundo.
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Un vicio confesable. -Acostarme tarde, pero nunca antes de los partidos.
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Un destino por conocer. -Tokio.
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Su libro favorito -'El alquimista', de Paulo Coelho.
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La mejor serie que ha visto -¡'Breaking bad'! Tengo tatuado a Walter White.
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Tres palabras para describir Jamaica -Calma, diversión y gratitud.
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¿Y para Canadá? -Educación, respeto y multiculturalidad.
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Nemanja Radovic es... -Mi mejor amigo.
–Alguna vez le cansarán las redes sociales.
–No todos los días son divertidos, pero no me lo tomo como si fuera un trabajo. Aunque, si todo va bien, para cuando me retire, y espero que no sea hasta que tenga 40 años, sé que quiero hacer algo en las redes sociales, por eso ahora estoy tomándomelo más en serio. No voy a centrarme solo en eso, pero quiero empezar a construir el camino que seguiré después del baloncesto.
–¿Ha tenido que lidiar con odio?
–Sí, claro. Después de algunos partidos recibo mensajes negativos, casi siempre cuando mi equipo pierde o yo he jugado mal en un día importante. Pero nunca pierdo de vista que esa gente no me conoce nada en absoluto para que no me afecte demasiado.
–¿En qué se diferencia el Ennis de la pantalla del de la vida real?
–Es difícil de decir, porque ese Dylan loco y divertido de las redes sociales es el mismo que ves en persona, soy muy abierto y estoy siempre riéndome. Puede que una idea equivocada que se tenga de mí, no lo sé, es la de estar con el móvil grabando todo. No es así. Cuando estoy con mis hijos y mi mujer en casa, mi móvil está boca abajo. Hago muchos vídeos con ellos, pero es cosa de un momento y vuelta a la realidad. Odio al Dylan que está con el móvil mientras sus hijos juegan y no está viviendo el momento.
–¿Le acabaremos viendo en La Velada del Año?
–¡Ah, ojalá! De hecho, estoy intentando empezar a comunicarme con otros creadores de contenido para hacer algunos vídeos colaborando juntos, hablar, acudir a eventos, etc. Siempre estoy abierto a este tipo de cosas.
–Consiste en combates de boxeo entre creadores de contenido. ¿Contra qué jugador de baloncesto pelearía?
–Debería ser alguien con quien pueda ganar, porque no querría perder. Creo que contra Facu Campazzo. Es fuerte, también jugó en Murcia y es mi amigo, así que sería muy divertido.
–Por cierto, ha vuelto a Murcia cuando menos gente quiere estar aquí, ¿es consciente?
–Sí, normalmente mi familia y yo vamos a Canadá o Australia, pero este verano había razones por las que debíamos estar en Murcia. Pero, aunque sabemos que ahora mismo no hay tanta gente por aquí, lo pasamos muy bien en nuestro jardín, tirándonos a la piscina, visitando alrededores de Murcia en los fines de semana...
–¿Y qué escapadas planea?
–Mi mujer lo organiza todo. Nos encanta Cartagena, tiene un montón de playas alucinantes. Ojalá pueda estar mucho tiempo aquí y así pueda descubrirlo todo, mi familia y yo siempre estamos dispuestos a la aventura.
–¿Qué tiene la Región de Murcia que no tengan otros lugares donde ha vivido?
–Muy fácil. El buen tiempo, la piscina y una gente muy agradable. En todos los lugares a los que hemos ido había algo que habríamos deseado tener, pero, Murcia, de una lista de diez requerimientos, cumple con más que todas las ciudades en las que he vivido. Mónaco tiene playa y buen tiempo, pero un tráfico enorme, en Murcia eso no lo tienes y las playas están muy cerca. En Gran Canaria, un tiempo espectacular, pero tienes que ir en avión a todas partes. Zaragoza, chulísima, pero sopla un viento helado. Todos los sitios tienen cosas buenas y malas, pero Murcia gana.
–Suena gracioso eso del tráfico. Cualquiera de aquí le dirá que hay un montón.
–¿De verdad? ¡A mí no me parece que haya nada! ¡No puede ser! A lo mejor tengo mucha suerte.
Pongámonos serios
–Ir a Canadá o Australia suena muy bien, pero cada año les tocará elegir y eso supone no ver a algunos familiares en años.
–Es la parte más dura de nuestra familia. Mi mujer y yo somos de partes diferentes del mundo y vivimos en otra diferente, y no ver a familiares y amigos en mucho tiempo es lo más duro, pero son los sacrificios que nos toca hacer para vivir la vida que queremos.
–Cuando hablamos sobre inmigrantes, esta palabra no nos hace pensar en alguien como usted: es famoso, deportista profesional, ha ganado un buen dinero en su carrera... Pero lo es.
–Sí, por supuesto. Yo me encuentro en una posición en la que vivo una vida que es de verdad, pero, al mismo tiempo, no es la vida real. Soy jugador de baloncesto y soy conocido, eso hace que no me enfrente a los mismos problemas que otras personas que viven, pero no son de aquí. Soy consciente de que es algo que yo no veo, porque estoy dentro de una burbuja. Y, de alguna manera, creo que soy feliz porque sé que la vida podría haber sido mucho más difícil para mí, como lo es para inmigrantes que pasan por muchas dificultades. Por eso siento tanta gratitud e intento ayudar a quien puedo. Los inmigrantes solo buscan una vida mejor para sus familias, igual que la mía emigró de Jamaica a Canadá. Querían mejores oportunidades para mis padres, como ellos me las dieron a mí. Es por eso que yo puedo vivir la vida que vivo. Si lo que buscas es una vida mejor para tu familia, debes ser respetado allá donde vayas. Pero, si haces algo malo, has de afrontar las consecuencias.
–También es un problema que, a raíz de sucesos indeseables, personas que viven una vida honrada tengan que sentirse constantemente juzgados.
–Desde luego, sobre todo en el caso de los más jóvenes, creo que los padres tenemos que hacerles conscientes de ello. Algo similar podría pasarle a mis hijos. No han tenido que afrontar el racismo todavía, pero en algún momento les llegará. Es algo que tienen que conocer y estar preparados.
–Déjeme ser un poco malo. Legalmente usted es serbio, pero, ¿cuánto de serbio se siente?
–Tiene gracia, creo que podría hablar un poco de serbio. Fue mi introducción a Europa y, desde entonces, siempre he sentido una conexión a Serbia. Los aficionados del Mega y el Estrella Roja todavía me escriben, yo les contesto y me siento bienvenido cada vez que voy. Aunque no nací y me crié allí, siento a Serbia muy próxima a mi corazón, porque es donde empecé mi carrera. Y, por eso, creo que me ha ido tan bien.
–¿Qué no falta en su maleta?
–El portátil. Soy muy cinéfilo, veo películas continuamente. Es un poco triste que en España no haya muchos cines donde ver películas en versión original. Por eso llevo siempre el portátil y, por supuesto, pipas. ¡Soy adicto a ellas!
–Su contrato de deportista profesional no le permite hacer ciertas actividades. Pero, en el verano, cuando nadie mira...
–No te voy a engañar, hay cosas que me encantaría hacer. Una es el 'snowboard', juro que nunca lo he probado, pero estoy deseándolo. También conducir un 'quad' en el desierto está en mi lista.
–¿Y está hablar español?
–¡Juro que antes de irme este verano a Canadá practicaba todos los días! Pero en dos semanas allí lo he ido perdiendo. Tengo que ponerme ahora en serio con Duolingo. De todas formas, tenemos que aceptar que hay cosas que no se nos dan bien, y quizás aprender español sea ese caso para mí.
–Ni le pregunto por su primera rueda de prensa en español.
–La ACB todos los años me lo dice, «la próxima temporada, entrevistas en español». A ver, si me hablas despacio, te puedo entender. En casa tenemos a una mujer que nos ayuda a limpiar, es ucraniana, pero sabe español y, como me habla despacio y le entiendo, me llego a creer que sé español. Luego salgo a la calle, algún aficionado me habla a más velocidad y, uf, no entiendo nada.
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