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Miriam Guardiola, en la sierra de Almadenes, en Cieza. Javier Carrión / AGM
«Somos menos de lo que podemos ser»

«Somos menos de lo que podemos ser»

Miriam Guardiola, abogada y consejera de Turismo y Cultura

Daniel Vidal

Murcia

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Domingo, 26 de agosto 2018, 09:01

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Su nombramiento fue una de las principales sorpresas en la última remodelación del Gobierno de Fernando López Miras, creando incluso algún que otro recelo en los sectores cuya gestión le encomendaba el presidente del Ejecutivo regional. Pero solo hace falta que le pongan un proyecto por delante a la abogada Miriam Guardiola (Cieza, 1983), experta en ciberacoso, consejera de Turismo y Cultura de la Comunidad Autónoma desde hace poco más de cuatro meses, para que esta «empollona y trabajadora» incansable se proponga «no rendirse» hasta la meta. Lo demuestra en plena caminata por la sierra de Almadenes, en pleno agosto, sin perder ni un momento la sonrisa ni el bolso ni el zapato de cuña, mientras guía a 'La Verdad' hacia unas pozas de agua cristalina donde realizaremos la sesión de fotos para la entrevista. Las mismas aguas a las que, hace ya algunos años, venía a bañarse de niña con sus padres y sus hermanas. Después, horchata de avellana, típica de Cieza.

  • 1 -¿Un sitio para tomar una cerveza? - Cualquiera, si es en buena compañia.

  • 2 -¿Una canción? -'Garota de Ipanema', de Vinicius de Moraes y Tom Jobim.

  • 3 -Un libro para el verano. -'El porqué de las cosas', de Quim Monzó.

  • 4 -¿Qué consejo daría? -Vive y deja vivir.

  • 5 -¿Cuál es su copa preferida? -Una con fruta.

  • 6 -¿Le gustaría ser invisible? -Depende del momento y del lugar.

  • 7 -¿Un héroe o heroína de ficción? -Mafalda.

  • 8 -Un epitafio. -El que pusieran mis seres queridos.

  • 9 -¿Qué le gustaría ser de mayor? -Feliz.

  • 10 -¿Tiene enemigos? -No creo; trato de vivir sin hacer daño a nadie.

  • 11 -¿Lo que más detesta? -La injusticia y la falta de respeto.

  • 12 -¿Un baño ideal? -Uno a la luz de la luna.

-¿Nostálgica?

-Mucho. De hecho, yo tenía un blog que se llamaba '365 días de saudade'. Es una palabra portuguesa, y lo que me gusta de ella es que no tiene una traducción exacta al castellano. Los gallegos sí que tienen esa morriña, esa añoranza, pero a mí me gusta ese algo más de la saudade. En mi primer 'post' hablaba de lo que significaba la palabra, que muchos artistas han tratado de dar significado. Hay uno que me gusta especialmente, que se llama [Miguel] Falabella, que habla sobre la saudade: 'Lo que más duele es no saber, la persona que está lejos, la añoranza de la infancia que se fue, del amigo que ya no está...'. Saudade. El blog era como una ventana al exterior que yo tenía, un oasis en el desierto, un rincón que yo tenía para escribir y que me dio muchísimas cosas.

«La muerte de mi hermana es lo que más me ha marcado; fue un punto de inflexión en mi vida»

-¿De qué suele tener nostalgia?

-En ese primer 'post', por ejemplo, hablaba de la infancia que se fue, de la hermana que ya no está, de las cosas que pudieron ser y no son... Hay un texto de Milan Kundera que a mí me encanta -esto nos pasa a las personas que hemos leído mucho, que nos retrotraemos siempre a cosas que hemos leído, ¿no?-, que uno nunca sabe si la decisión que toma es correcta o no, porque no tiene vidas posteriores para compararlas. Y, cada vez que tomamos una decisión, dejamos atrás miles de decisiones posibles que ya no pueden ser. Para mí eso también es un poco la nostalgia: las cosas que se van y ya no vuelven. ¿Qué hubiera pasado si...? Aunque soy muy resolutiva, y después soy fuerte con las decisiones que tomo.

-¿Tiene alguna espina clavada?

-No lo recuerdo. A cualquier cosa negativa que te pase, siempre le puedes sacar el punto positivo para aprender tú como persona y como profesional. Y yo, siempre que me caigo, me levanto. Como el Ave Fénix. Es una cosa que nos caracteriza mucho a mi familia y a mí. No, no tengo nada en el tintero.

-¿De qué caída se levantó especialmente fortalecida?

-La verdad es que he tenido suerte en la vida profesional, porque se han ido cumpliendo todos los proyectos que he tenido desde que terminé la carrera. En la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados he aprendido muchísimo como profesional y como persona. Profesionalmente he ido cumpliendo todos los objetivos, todas las causas que yo quería defender, con mucho esfuerzo y con mucho trabajo. Tuve la gran suerte, hace unos años, de entrar en el mundo 'ciber' y llegar a muchísima gente en Europa, en Latinoamérica... Y gracias a eso yo creo que estoy aquí hablando con usted, ¿no? Yo creo que, a nivel profesional, no he tenido ninguna caída.

«Mejor persona»

-¿Y a nivel personal?

-La muerte de mi hermana [Pilar, la mayor de las cinco, a los 33 años, por las complicaciones derivadas de la leucemia], sobre todo, es lo que más me ha marcado. Fue un punto de inflexión en mi vida. Me ha hecho mejor persona. Me ha hecho valorar a todas las personas que tenía a mi alrededor, a mi círculo de fuerza. A priorizar lo que es importante y lo que no, a querer más, a vivir más intensamente, a esforzarme más en todo...

-¿Cómo logró seguir adelante después de aquello?

-Yo creo que, cuando te dejan con tanto amor, lo único que puedes hacer es luchar por todo: por ser mejor persona, mejor profesional. El trabajo me ha ayudado mucho, y también las personas que tengo a mi alrededor. Cuidar a las personas, mirarlas a los ojos y decirles: te quiero. Esta es una lección que no se olvida.

-'Valen bien poco a veces los recuerdos', escribió Eloy Sánchez Rosillo. ¿Cuánto valen los recuerdos para usted?

-Todo. De hecho, creo que una de las enfermedades más tristes que hay es el alzhéimer. Es cierto que hay que vivir en el presente, y en el futuro, pero los recuerdos son parte a veces de ti, y forman parte de lo que eres ahora.

-¿Qué le cuesta aceptar?

-Un 'no' por respuesta [risas]. Yo soy muy luchadora, muy constante. Y muy inconformista. Si hay un problema, no quiero saber por qué existe el problema. Quiero saber cómo se puede solucionar. Sí, también soy muy cabezota [risas].

-Las batallas que pelea, ¿suele ganarlas?

-Suelo ganarlas [risas]. Esto lo puse en un tuit; lo cogí de Rafa Nadal: «El partido no termina hasta que termina». Es muy difícil pelear contra alguien que nunca se rinde. Creo que lo dijo, y también me encanta, Martin Luther King.

-Y usted, ¿nunca se rinde?

-Yo nunca me rindo. Soy muy tenaz. Nunca tiré la toalla. Quizá pueden cambiarte las perspectivas, o los sueños. Hay una frase de [Fernando] Pessoa, que me encanta, que es «que los dioses me cambien los sueños, pero no el don de soñar». No es tirar la toalla, es cambiar el objetivo, cambiar el rumbo. Eso es empezar de cero.

-¿Qué le parece muy injusto?

-Mientras que la mujer no llegue completamente a la igualdad con el hombre, me parece una injusticia. En conciliación laboral y familiar, en derecho salarial, en acceso a puestos directivos. Me parece una injusticia que un niño no tenga igualdad. Hay dos cosas fundamentales que me parece que debe tener todo niño: amor y educación.

-¿Cuál ha sido la mejor decisión de su vida?

-¿La mejor decisión? Ah, yo es que soy muy positiva siempre, que no es incompatible con ser nostálgica. Yo digo siempre que lo mejor está por llegar. Espero.

-¿En qué suele pensar de forma recurrente?

-Depende del día [sonríe]. Pienso mucho, no paro de pensar y de dar vueltas. Siempre estoy maquinando, buscando iniciativas. Pensar muchas cosas y llevarlas a cabo, no dejarlas en el tintero. Materializar esas ideas. Una vez, yo escribí que siempre somos menos de lo que podemos ser, porque parece que siempre hay una línea divisoria, inmaterial, que nosotros trazamos. Y lo único que separa lo que somos de lo que queremos ser es solo cruzar esa línea. Siempre estoy pensando en cosas para materializarlas. Y con mucha fuerza, que no se queden en el limbo de las ideas. Muchas veces hay gente muy creativa, que tiene muy buenas ideas, y no da el paso para materializarlas. Hay que atreverse, sin miedo.

-El ser humano...

-El ser humano es una de las cosas más misteriosas y más mágicas de todo el universo. Estamos hechos de tanta vida... que es maravilloso, ¿no? Somos capaces de cosas tan terroríficas, pero también de cosas tan bonitas...

-¿Cree en Dios?

-Tengo mis propias creencias. Como digo en mi Twitter, creo en las causas por las que hay que luchar. Es algo muy personal, muy mío.

-Y en vida extraterrestre, ¿cree?

-[Risas] Yo es que soy muy terrenal. ¿Quién sabe? Si Stephen Hawking decía que era posible, ¿quién soy yo para decir que no es posible? [Risas] ¿Quién soy yo para no creer? ¡Somos tan pequeños! Pero lo cierto es que yo soy muy terrenal, del aquí y el ahora. Aunque es muy bonito mirar a las estrellas y ver qué puede pasar, pero con los pies en la tierra siempre para que no pierdas el horizonte de tus objetivos.

-¿Qué virtud admira más?

-La nobleza. Cada vez más. Las personas buenas siempre me causan admiración y respeto. A veces, cuando miras a los ojos, ya sabes quién es noble y buena persona, con valores, con principios.

-De la Región, ¿qué le duele?

-Me fascinan muchas más cosas de las que me duelen. Me fascina el increíble potencial de la Región de Murcia, su gente, su cultura, el patrimonio cultural, su historia, la belleza paisajística. Me fascina todo. Murcia es una de las regiones más bonitas, pero también de las más desconocidas. ¿Lo que más me duele? Quizá que no sepamos comunicar todo lo que hacemos, todo el potencial que tenemos.

«De Macondo»

-Si no hubiera sido ciezana, ¿de dónde le hubiera gustado ser?

-[Risas]. De Macondo [el pueblo imaginario de la novela de Gabriel García Márquez 'Cien años de soledad']. Allí viven las estirpes condenadas a vivir cien años de soledad.

-¿Es usted muy solitaria?

-Sí, soy muy solitaria. Yo soy muy viajera, pero los mejores viajes que he hecho han sido sola. Uno de ellos a El Salvador, donde fui a dar una charla, pero donde es muy difícil viajar sola. Sobre todo si eres mujer.

-¿Qué descubrió allí?

-Que no puedes renunciar a ningún sueño por los miedos. Todo el mundo me decía que a dónde iba, que si estaba loca. Si en ese momento no llego a ir, por miedo... Siempre recordaré ese viaje como algo muy especial.

-¿En qué libro le gustaría pasar unas vacaciones?

-En 'Espejos', una historia universal de Eduardo Galeano.

-¿Para qué es muy buena?

-Soy muy buena trabajando. Gestionando y resolviendo un problema. Y empatizando con la gente.

-Y una negada, ¿para qué es?

-No soy buena para trasnochar. Me cuesta mucho [risas]. Soy más de levantarme temprano.

-Termine esta entrevista.

-Me gustan los finales abiertos en los que uno mismo es el dueño de su propia historia.

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