Tres trucos «infalibles» para que los utensilios salgan perfectos del lavavajillas

Actualmente, hay una serie de aparatos que hacen más livianas las tareas del hogar. De hecho, con la tecnología que hay hoy en día, los resultados son mucho mejores que si lo hiciéramos a mano. Un ejemplo de ello son los lavavajillas. Solo es necesario poner los platos y demás utensilios en su interior y dejar que haga su trabajo sin tener que mover un dedo.

Sin embargo, con el paso del tiempo, es posible que, aunque los utensilios salgan limpios, notemos que les falta brillo o que salen húmedos, por ejemplo. En estos casos, hay algunos trucos que pueden hacer que salgan de este aparato perfectos.

Marisol, más conocida en redes sociales como @lacaprichosa, comparte en sus perfiles 'tips' de limpieza, y uno de los últimos que ha publicado son tres trucos «infalibles» para que la vajilla salga perfecta del lavavajillas.

Es común que, por un despiste, nos demos cuenta de que no nos queda detergente de lavavajillas en casa. En este caso, podemos pensar que el jabón es una buena opción, pero esta práctica está desaconsejada por los expertos. Los detergentes diseñados para el lavado manual generan una gran cantidad de espuma, lo que puede dificultar el enjuague adecuado de la vajilla e incluso provocar desbordamientos que afecten el correcto funcionamiento del lavavajillas y dañen las superficies circundantes.

Según explica Marisol, una solución efectiva y accesible es utilizar bicarbonato de sodio y vinagre de limpieza. Esta combinación no solo limpia eficazmente los restos de comida, sino que deja los platos relucientes y libres de residuos químicos.

Con el uso, es normal que los utensilios pierdan su brillo. Un sencillo truco consiste en envolverlos con papel de aluminio antes de colocarlos en el lavavajillas. Gracias a una reacción química que se activa durante el lavado, los utensilios metálicos salen más brillantes que nunca, sin necesidad de pulidores especiales.

El secado incompleto de la vajilla es un problema común. Para solucionarlo, solo necesitas una bayeta absorbente. Colócala en la puerta del lavavajillas antes de iniciar el ciclo de lavado, y verás cómo absorbe la humedad restante, permitiendo que los platos y vasos salgan completamente secos.

Para conseguir unos buenos resultados, es fundamental que este aparato esté limpio. Las condiciones húmedas y cálidas que se generan en su interior, combinadas con los restos de comida que a menudo quedan en los utensilios, crean un entorno propicio para la proliferación de bacterias y otros microorganismos.

Estudios han demostrado que en los lavavajillas pueden desarrollarse microorganismos y bacterias peligrosas como Escherichia coli y Salmonella, conocidos por causar infecciones graves en humanos. Este riesgo aumenta considerablemente si no se lleva a cabo un mantenimiento regular del aparato.

Por ello, es importante seguir algunas recomendaciones básicas de mantenimiento. Limpia el filtro con frecuencia para evitar obstrucciones y malos olores, y realiza un ciclo de limpieza vacío al menos una vez al mes para eliminar residuos internos. Cuida las juntas de goma limpiándolas con un cepillo y jabón, y deja la puerta entreabierta después de cada uso para evitar la humedad y el moho. No sobrecargues la máquina para asegurar una limpieza eficiente y revisa regularmente sus piezas clave, como filtros y gomas, reemplazándolas si están dañadas.