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María Ramírez
Sábado, 19 de abril 2025, 10:34
El buen tiempo invita a disfrutar de comidas y cenas en las terrazas. Sin embargo, es muy habitual que aparezcan invitados inesperados: los insectos. La primavera y el verano, debido a sus temperaturas cálidas, atraen a numerosas plagas, como los mosquitos, las moscas y las cucarachas. Su presencia puede resultar muy molesta, ya que pueden picar, generar alergias o simplemente interrumpir un momento de descanso. Además, algunos de ellos, pueden ser portadores de bacterias y otros patógenos.
Para combatir su proliferación, se suele recurrir a trampas, sprays insecticidas o velas de citronela. Aunque los productos químicos se utilizan con gran recurrencia, hay que tener en cuenta sus advertencias. Algunos pueden suponer un problema de salud grave para las mascotas y pueden ser perjudiciales para los niños. Por este motivo, hay que leer con atención el envase antes de su uso.
En cualquier caso, hay numerosas alternativas naturales que prometen resultados muy eficaces a un precio bajo. La mayoría de trucos caseros se preparan en tan solo unos minutos y emplean ingredientes que se suelen tener por casa. En las redes sociales, hay multitud de tutoriales adaptados a las necesidades de cada hogar: desde opciones que desprenden olor fuerte para ahuyentar a los insectos hasta combinaciones que se pueden utilizar de ambientador.
La piel de la naranja funciona como un buen repelente porque contiene una sustancia que afecta al sistema respiratorio de los insectos: el limoneno. Este componente genera una barrera sensorial que desorienta a diversas plagas, por lo que permite deshacerse de su presencia. Para realizar este remedio casero, hay que coger una botella y llenarla con 500 mililitros de alcohol. A continuación, se agregan unos 15 o 20 clavos de olor y media naranja. Se puede utilizar solo la cáscara o con la pulpa, lo importante es que perfume el alcohol para conseguir un olor cítrico.
Se recomienda dejar reposar esta mezcla dentro del envase durante tres o cuatro días. Pasado este tiempo, hay que colar el contenido y verter el líquido resultante en un atomizador. De este modo, se puede transportar a cualquier lugar para pulverizar en pequeñas dosis.
La cáscara de la naranja también se puede utilizar como abono para las plantas por su alta concentración de azufre, nitrógeno, calcio y magnesio. Este remedio es especialmente útil para las especies de interior. Para ello, se puede colocar la piel directamente en la maceta en pequeños trozos mezclados con la tierra o se puede secar la cáscara y triturarlas hasta obtener un polvo. En este último caso, tan solo habría que espolvorear el producto sobre la tierra.
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