¿Existen los nuevos Doritos que se promocionan como silenciosos?

La marca Doritos empezaba este mes lanzando una gran campaña publicitaria de su supuesto nuevo producto: 'Doritos Silent'. Estos nuevos aperitivos se anuncian como una variedad de su producto estrella que no hacen ruido al comerse, al eliminarse por completo el característico sonido crujiente que emiten al comerlos e, incluso, van empaquetados en una bolsa que tampoco suena, prometiendo así una experiencia completamente sienciosa.

El producto enfocado a un público joven y 'gamer' (jugadores de videojuegos) se envió a muchos creadores de contenido para hablar de este nuevo lanzamiento. La campaña publicitaria alcanzó gran repercusión, ya que lo que anuncia parecía reñido con los límites de la física y logró captar la atención de muchos de los aficionados a este tipo de 'snack'.

Las razonables dudas acerca de este producto se multiplicaron al intentar comprarlo. Al entrar en la web de Doritos y buscar en su catálogo, el nuevo producto silencioso no está. Si bien la marca se encargó de presentar y mandar esta nueva obra de ingienería alimenticia para hacer publicidad sobre ella, el producto en cuestión no parecía existir.

Tras esta campaña se esconde en realidad un nuevo 'software' que elimina el ruido del crujiente de los Doritos mediante inteligencia artificial. Este programa informático, llamado 'Crunch Cancellation', se puede descargar de forma gratuita de su página web y pretende facilitar a los creadores de contenido poder comer sus 'snacks' ante sus seguidores de una forma más discreta. La polémica está en que en algunas de estas publicidades no se menciona en ningún momento que la idea es vender este 'software', sino que se da a entender que realmente existe una línea de Doritos silenciosos, de modo que algunos se cuestionan si la marca ha hecho una publicidad engañosa.

Las imágenes de la compañía presenta sus 'snacks' en una nueva bolsa negra bajo el título de 'Doritos Silent'. Al mismo tiempo, otra de las imágenes publicitarias de este lanzamiento utiliza el eslogan «You won't hear it coming. New, same crunch, no sound» (No los vas a oír. Nuevos, mismo crujiente, sin sonido). El 'software' que se pretende vender no se menciona como tal en la publicidad de la propia marca.

Por otro lado, y optando por las nuevas estrategias de marketing, Doritos envió a los creadores de contenido el supuesto producto silencioso y muchos de ellos entraron en el juego, haciéndose los sorprendidos al comerlos y comprobar que ni el 'snack' ni la bolsa hacían ruido, cuando en realidad estaban usando el 'software' de eliminación de ruido.

La marca explicó en sus comunicados de prensa que la campaña constaba de dos fases. La primera vendía este 'software', de forma completamente oculta, como un nuevo producto alimentario. La segunda parte destaba que todo había sido un 'troleo', es decir, un engaño y que en realidad no había ningún 'snack' nuevo.

Con el destape de esta forma de hacer marketing por parte de aquellos creadores de contenido contratados por la marca, muchos de los aficionados a este aperitivo se sintieron engañados o decepcionados. No había Doritos silenciosos, había un 'software' de IA.

No obstante, ha habido otros creadores de contenido que solo recrearon la primera fase de la campaña de marketing y dejaron a su audiencia a la espera de la innovación de Doritos. Además, los carteles publicitarios o bien no desvelan el 'troleo' o lo ponen en letra pequeña.

Se entiende por publicidad engañosa o falsa aquella que por presentación u omisión de información relevante pueda inducir a errores en los consumidores. ¿Podemos decir que Doritos encaja en esta definición? Hay detalles que la compañía ha cuidado para no entrar dentro de esta definición como es la letra pequeña, en un cartel gigante, que explica: «Los Doritos Silent fueron parte de un troleo de Doritos. Como compensación, puedes descagarte de manera gratuita Crunch Cancellation».

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La primera fase de la campaña de marketing buscaba precisamente inducir a la confusión, aunque la segunda desvelaba todo el misterio. Pero, ¿qué ocurre si la segunda parte no llega a todos los que vieron la primera? La polémica está servida.