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Una mujer y un niño llenan una botella para beber agua en Logroño EFE

Condenados a vivir en un horno

La imposibilidad de pagar una reforma de la vivienda, la instalación de frío o la propia factura energética hacen del calor extremo en un factor social más de pobreza

Sábado, 16 de agosto 2025, 13:01

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Sara –nombre ficticio– sufrió una recaída durante su tratamiento contra el cáncer de pulmón con la primera gran ola de calor de este verano, registrada ... desde el 1 de julio. A sus 74 años, y debido a su enfermedad, los 36 grados en un piso de alquiler de Zaragoza, sin reformar y sin aire acondicionado, le pasaron factura. «Me duchaba con agua todo lo fría que aguantaba y me ponía frente al ventilador para soportar el calor en casa», recuerda. La primera noche de la ola de calor ingresó en el hospital con una infección, posiblemente provocada por una bajada de defensas, que ya estaban debilitadas por la quimioterapia que recibía.

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