San Pedro del Pinatar celebra su semana de fervor a orillas del Mar Menor
Roberto Burgos ·
El antiguo párroco de San Pedro protagonizó el primer acto con su pregónSusana Fernández
San Pedro del Pinatar
Martes, 26 de marzo 2024, 00:08
Entre la variedad de actos pasionales que celebra la Región de Murcia durante la Semana Santa, San Pedro del Pinatar ostenta el cargo de llevar el ambiente marinero a su Pasión. En la localidad del Mar Menor, es una cita ineludible cada primavera para celebrar una festividad declarada de Interés Turístico Regional. Por las calles pinatarenses se puede ver la seriedad y solemnidad de los nazarenos, la belleza de las imágenes y las luces y flores que adornan sus tronos, ingredientes que la convierten en una de las más bellas de la Región. El primer acto de la Semana Santa arrancó con el pregón a cargo de Roberto Burgos, el actual párroco de la iglesia de San Bartolomé en Murcia y antiguo reverendo de San Pedro durante nueve años, para quien «las procesiones no son los momentos, sino las personas, las que están y las que se fueron».
Tras formar parte tanto tiempo de la Pasión pinatarense, Burgos espera una semana repleta de fervor hasta llegar a la noche del Sábado Santa, «al momento en el que las luces de todas las iglesias del mundo se encienden porque Cristo ha resucitado». Tras el pregón, los trece desfiles procesionales que la ciudad celebra durante diez días comenzaron por todo lo alto el Viernes de Dolores, con un traslado protagonizado por los pequeños del colegio San Pedro Apóstol. Sin embargo, la primera gran protagonista de la Semana fue la imagen de la Virgen de los Dolores, una talla de José Sánchez Lozano, restaurada este año por Pablo Espinosa. Además su cofradía también ha conseguido renovar el manto del camerín de la Virgen, las túnicas de los nazarenos y las velas del trono, para dar más esplendor a la imagen.
Los actos continuaron con la procesión del Domingo de Ramos presidida por el trono de Jesús triunfante. Junto a él y a samaritanos de diferentes cofradías, vecinos y niños desfilaron desde el tempo de San Pedro Apóstol hasta la Iglesia de la Santísima Trinidad portando palmas para dar la bienvenida al Señor. Después, los actos se multiplican cada día de la Semana Santa en la localidad del Mar Menor. La noche de este Lunes Santo comenzó con el Auto Sacramental de la Pasión que ocupó la iglesia de San Pedro Apóstol y las calles del municipio con el posterior traslado de la Imagen de Santiago Apóstol, el Cristo de Medinaceli y la talla de María Magdalena. La ciudad se convirtió en una momentánea Calle de la Amargura para presenciar una sorprendente dramatización de los últimos instantes de la vida de Jesucristo.
Esta misma tarde y llegando al ecuador de la Semana Santa, San Pedro se siente más cerca aún de Cartagena con la procesión de Promesas propia de Martes Santo. La Virgen de la Piedad preside el acto acompañada por un nutrido tercio de manolas y la compañía de Granaderos de la ciudad portuaria, además de un piquete de la Academia General del Aire. A este desfile le sigue la procesión del Prendimiento, que sale a la calle con los tronos de la Oración en el Huerto, Cristo de Medinaceli y el Santísimo Cristo del Perdón, imagen también restaurada y que protagoniza el cartel anunciador de la Semana Santa.
El Miércoles Santo tiene por su parte el carácter más marítimo con el Vía Crucis del Santísimo Cristo del Mar Menor, una procesión a orillas del mar junto al paseo marítimo de Villananitos que destaca como una de las citas más singulares por el silencio y la brisa marina que acompañan a penitentes y costaleros. Los días restantes son en San Pedro de gran tradición, comenzando por la procesión del encuentro de Jesús Nazareno del Jueves Santo. Por las calles pasea la Santísima Madre, la Piadosa Mujer Verónica y San Juan, cofradía que ha renovado la indumentaria de los portapasos con motivo del 25 aniversario de la primera salida a hombros. Pero es el Viernes Santo cuando se celebra el principal acto de la Semana Santa con la procesión del Santo Entierro: a partir de las 20.30 horas, catorce imágenes con sus correspondientes nazarenos, manolas, músicos y penitentes desfilan con el fervor y la oración como protagonistas.
Esa noche de silencio da lugar al último fin de semana de Pasión a orillas del Mar Menor. La Procesión de la Soledad protagoniza el Sábado Santo como un homenaje a los mayores, mientras que el Encuentro del Domingo de Resurrección pone los últimos acordes de Pasión. El Cristo Resucitado, una de las tallas más recientes de la Semana Santa pinatarense, procesiona junto con la Cruz Desnuda, la imagen de María Magdalena, que cada año estrena vestimenta, San Juan y la Virgen de los Dolores, talla que oculta todo el simbolismo. Es ella quien cambia el manto de luto que llevó diez días atrás por otro de un vivo color azul al encontrarse con su hijo, momento en el que suena una saeta y vuelan palomas para celebrar el instante más emotivo de la semana.