Borrar
Esteban Clemente y su mujer, con un pañuelo encarnado en el gotero. LV
Fervor por la Semana Santa de Lorca desde una habitación de hospital

Fervor por la Semana Santa de Lorca desde una habitación de hospital

El personal sanitario se esfuerza por transmitir el espíritu de las procesiones a sus pacientes, alejados del bullicio de estos días

Gloria Piñero

Jueves, 17 de abril 2025, 00:45

A unos pocos kilómetros del bullicio propio de los desfiles bíblico-pasionales, en los pasillos del Hospital Universitario Rafael Méndez la pasión por la Semana Santa lorquina también late con fuerza. Apartados del sonido de los tambores y de la espectacularidad de cuadrigas, carrozas y tronos, la fe y la emoción se viven de otra manera: con la contención propia de quien tiene la cabeza en su problema de salud, pero el corazón en la carrera.

En la habitación 307, Esteban Clemente espera el alta médica con un pañuelo del Paso Encarnado, del que fue vicepresidente primero durante ocho años, coronando un palo de gotero y una fotografía de Nuestro Señor Jesús de la Penitencia sobre la mesilla. A esta imagen, que confiesa que vio nacer en los talleres del escultor José Hernández Navarro cuando solo era «el trozo de un árbol», se encomendó hace unos días justo antes de entrar en el quirófano.

Ahora, recuerda orgulloso cómo, en 1999, el entusiasmo y la devoción que causó la llegada del Cristo a la parroquia de San Cristóbal originó la creación de una hermandad propia, de la que fue el primer Hermano Mayor. Este año su recuperación le impedirá seguir la frenética actividad del Paso Encarnado como le hubiera gustado. Su mujer, que no se ha separado de él ni un solo momento, le anima: «el Viernes Santo bajaremos un momento al portón de la casa y veremos al Cristo de la Sangre al final de la carrera, cuando gire en la avenida de vuelta al barrio».

Cruces para el personal

En otra habitación cercana, María Ródenas, que acompaña a su marido convaleciente, ameniza las largas horas en el hospital tejiendo cruces con hilos de los colores de los pasos lorquinos que regala a médicos, enfermeras y auxiliares. Aprendió a hacerlas «viendo un vídeo de TikTok», confiesa. Ella es de la pedanía de Almendricos y, aunque es su pueblo no existen rivalidades entre blancos y azules , le relaja preparar esos pequeños obsequios para el personal del centro. A su entusiasmo se suma la acompañante del paciente de la cama de al lado, Lucía Santamaría, que ya ha confeccionado un par siguiendo las indicaciones de María.

También el personal se suma discretamente al espíritu festivo con pines y pañuelos alusivos a sus pasos. Saben que, para muchas de las personas a su cuidado, estos momentos son más que una tradición. «Intentamos humanizar más si cabe la estancia en estas fechas tan señaladas», explica una enfermera de planta. «Sabemos lo importante que es la Semana Santa para nuestros pacientes lorquinos, así que ponemos todo de nuestra parte para que estos días no se sientan tan lejos de lo que aman».

«Si Dios quiere, el año que viene podré llevarle flores a la Virgen de la Amargura. Mientras tanto, aquí sigo, blanca hasta la médula», cuenta a LA VERDAD Isabel, que también se recupera de una delicada intervención.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad Fervor por la Semana Santa de Lorca desde una habitación de hospital