Los encarnados culminan la restauración de su bandera

El que, sin duda, es uno de los bordados más representativos de la Archicofradía del Santísimo Cristo de la Sangre, entraba en los bastidores del taller de bordados del Paso Azul justo después de la Semana Santa del año pasado. Bajo la dirección artística de José López Gimeno, ha requerido ocho meses de trabajo e incontables metros de hilo.

La pieza data de 1959 y se bordó sobre un boceto de Diego Martínez Meca con la dirección de José Luis Bayonas. En el anverso se refleja la crucifixión de Jesús, con la Dolorosa y María Magdalena al pie. Rodeando la escena principal, una guirnalda de flores dibujada por Emiliano Rojo completa la obra. En su reverso, aparece el emblema de la Archicofradía, obra de Pedro Lizarán Moreno, bordado íntegramente en oro.

La financiación de la restauración ha corrido a cargo del presupuesto del propio Paso Encarnado, de ayudas de las administraciones y «de los muchos donativos que hemos recibido de cofrades», que también han organizado eventos y jornadas de convivencia para recaudar fondos. «Esta bandera, que es nuestro orgullo, la hemos bordado entre todos», aseguró un exultante Alberto Secada, presidente del Paso Encarnado.

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Tras la presentación del que es el principal estreno para 2025 de los encarnados junto al nuevo manto de diario de la Santísima Virgen de la Soledad, una comitiva de la archicofradía emprendió rumbo hacia la plaza de España de Lorca para cumplir con la tradición de invitar al resto de pasos a la Procesión del Silencio que se celebrará por las calles de San Cristóbal este Jueves Santo con absoluto recogimiento.

En el encuentro, el presidente de los encarnados pidió «que las instituciones sigan apoyando al Paso, porque cada año cuesta más sacar los proyectos adelante». Con ello, aseguró que «invertir en el Paso Encarnado es invertir en el barrio de San Cristóbal».