Campanas al vuelo para el Resucitado en Lorca

Las puertas de la antigua colegiata se abrieron para la delicada talla de Roque López mientras sonaba el 'Aleluya' de Haëndel entre vivas y aplausos. La imagen titular de la archicofradía de Jesús Resucitado data de 1800 y es una de las más antiguas de las que se conservan en la ciudad. Mantiene un pie en el sepulcro y otro en el aire, parece elevarse ingrávida sobre el suelo y sostiene en una de sus manos, victorioso, un estandarte de color blanco. En un lugar preferente de su trono, adornado con azucenas blancas y rosas rojas, estaba el bastón de mando que le corresponde como alcalde honorario de la ciudad, título que le fue otorgado en 2002. Como es tradicional, a sus pies se situó una chumbera para recordar que la imagen fue ocultada durante la guerra civil entre esos espinosos cactus, a los que en Lorca se llama palas, para evitar su destrucción.

El trono en andas recaía sobre los hombros de medio centenar de portapasos vestidos con túnicas blancas, que se dirigieron por el carrerón del templo hacia la plaza de España, donde aguardaba la Virgen de la Encarnación para el emotivo encuentro de la madre con su hijo. Su trono con rosas fue portado por 14 mayordomos. Las dos imágenes se situaron frente a frente con el 'Gloria' de Vivaldi de música de fondo y a continuación el grupo de Coros y Danzas de Lorca interpretó la jota lorquina a los pies de los tronos. Los refajos de vistosos colores con flores bordadas en lana giraban al son de la alegre melodía de guitarras, bandurrias y postizas y de los cánticos de los miembros del grupo. Durante la procesión continuaron bailando jotas y malagueñas.

El Resucitado y la Virgen comenzaron el recorrido por las calles del casco antiguo mientras caían de los balcones pétalos de flores y 'aleluyas', pequeños papeles de colores con frases de júbilo por la resurrección. La archicofradía pudo sacar en procesión por primera vez la nueva bandera, estrenada en 2024, que fue bordada en los talleres del Paso Azul con el diseño y bajo la dirección de José López Gimeno. Está confeccionada en sedas y canutillo de oro sobre raso blanco y predominan los motivos barrocos y rococós. El motivo principal es la imagen del Resucitado y la figura sobresale tras un fondo en tonos dorados y ocres. El mayordomo portabandera también estrenó túnica con motivos inspirados en la nueva enseña de la archicofradía.

Formaron parte de la comitiva mujeres ataviadas con la clásica mantilla española en color blanco por la resurreción de Jesús y un grupo de niños de corta edad vestidos de monaguillo con túnica roja y encaje superpuesto en color blanco que hicieron sonar alegres campanillas para anunciar la buena nueva.

El cortejo también estuvo integrado por una representación de las cofradías de Semana Santa con sus presidentes y principales estandartes, la corporación municipal y asociaciones y hermandades de la ciudad. Atravesó las calles Álamo, General Eytier, Fernando el Santo, Alfonso X y Corredera, repletas de gente, para regresar de nuevo a la colegiata, donde se ofició una misa en honor de Jesús Resucitado.