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Fisioterapeuta trata a una bailarina lesionada.
Cómo recuperarse eficazmente de una lesión

Cómo recuperarse eficazmente de una lesión

Realizar un diagnóstico acertado y aplicar un tratamiento adaptado a la edad, estado físico y necesidades del paciente aseguran una recuperación de éxito

redacción

Jueves, 20 de abril 2017, 17:22

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Una lesión del sistema locomotor no tiene por qué significar el final de una práctica deportiva, como tampoco debe suponer dejar de realizar actividades de la vida cotidiana o, en casos de edades avanzadas, la puerta a unos años sin calidad de vida. En definitiva, lograr una buena recuperación funcional tras lesiones musculares, óseas o tendinosas es una posibilidad real en cualquier etapa de la vida: «El objetivo que buscamos siempre, en cada tratamiento, es que el paciente retome su ritmo de vida previo a la lesión y vuelva a practicar sus actividades favoritas con normalidad», asegura Luis García, coordinador de Fisioterapia de iQtra Medicina Avanzada. «Es cierto que en cada paciente los plazos de evolución dependerán del tipo de lesión y de los daños, pero las terapias físicas personalizadas han avanzado mucho y nos permiten incluso recuperar lesiones que hace algunos años requerían pasar por quirófano».

Las tres etapas

El paciente, en muchas ocasiones, quiere ir más deprisa de lo que se puede, pero cada estructura corporal tiene un proceso fisiológico de reparación que debemos respetar, tal y como explica García: «No hay que tirar la toalla y tener paciencia».

Todo proceso de recuperación de lesiones, recuerda, consta de tres pasos esenciales:

1. Fase de recuperación: una vez que la lesión ha sido diagnosticada -a través de un examen físico exhaustivo y pruebas complementarias- se traza un plan de tratamiento individualizado para el paciente. «Buscamos devolver a cada estructura-tejido su función normal, respetando los procesos fisiológicos de reparación natural y ayudándonos de todas las herramientas que nos brinda la medicina y la fisioterapia», señala el experto.

2. Fase de readaptación funcional: es una fase de tratamiento más activa, en la que el fisioterapeuta programa ejercicios adaptados a cada zona corporal, para que pueda lograr su funcionalidad completa. El objetivo es que el paciente recupere sus capacidades físicas y desarrolle su vida cotidiana con normalidad.

3. Fase de readaptación deportiva: busca la puesta a punto del paciente que practicaba deporte antes de la lesión. Según el fisioterapeuta Luis García, «la intensidad de los ejercicios en esta fase aumenta, se trabaja la propiocepción con planos inestables y otras técnicas de tratamiento que aumenten la activación muscular y reeducamos de nuevo el gesto deportivo adaptándonos al nivel de cada paciente o deportista».

Reeducación postural

Ante una lesión es fundamental localizar la raíz del problema «tratando el cuerpo como un todo» y analizando globalmente al paciente, asegura el coordinador de fisioterapia de iQtra: «Vemos muchos casos de pacientes cuya su lesión se repite de manera recurrente durante años. Es ahí cuando tenemos que examinarle desde un enfoque multidisciplinar, porque muchas veces la postura está detrás de estos problemas, provocando recaídas en la misma lesión».

Al tener una mala postura, asegura el experto, el cuerpo se va adaptando progresivamente hasta que ya no puede más y saltan las alarmas, a veces en forma de un dolor de espalda, en el hombro o la rodilla. «Por ejemplo, ante una tendinopatía de hombro trataremos la zona de la lesión en sí pero también las cervicales y dorsales, y realizaremos una reeducación postural para evitar nuevas lesiones», agrega.

Edad avanzada

Existen factores que influyen directamente en la recuperación de una lesión, como el estado físico previo del paciente o la edad. En el caso de los pacientes de edad avanzada es el trabajo de elasticidad y de propiocepción el que más énfasis recibe en un proceso de recuperación. «Es importante que haya una buena movilidad y elasticidad porque así el cuerpo será menos propenso a lesionarse en las personas mayores"» explica García. De la misma manera, insiste, trabajar la propiocepción, ayuda a mejorar la información neuromuscular favoreciendo a su equilibrio, coordinación, y mantenimiento de un correcto esquema corporal.

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