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HERNIAS INGUINALES

Hernias inguinales: desde el dolor hasta la recuperación en Quirónsalud Murcia

El Servicio de Cirugía General del Hospital Quirónsalud de Murcia nos habla de esta dolencia que se presentará en el 25% de los varones y el 5% de las mujeres a lo largo de su vida. El único tratamiento definitivo es la intervención quirúrgica

Viernes, 7 de junio 2024, 13:58

Las hernias inguinales tienen una alta incidencia en España, con hasta 90.000 intervenciones anuales. Pero no es algo que suceda únicamente en este país. En todo el mundo se registran hasta 20 millones de pacientes anuales para realizar una operación de este tipo.

Muchas veces no hacemos caso de los dolores, pero si tienes un abultamiento que se agranda con los esfuerzos abdominales y cuya molestia empeora con el tiempo, es posible que padezcas una hernia inguinal. Este tipo de hernia es 5 veces más frecuente en los hombres que a las mujeres y aumenta con la edad, el sobre peso y los esfuerzos repetidos.

¿Qué es una hernia?

Una hernia de la pared abdominal se puede definir como la salida o el abombamiento de tejidos internos. Se produce a través de un orificio natural en la capa muscular de la pared, como, por ejemplo, el ombligo (hernia umbilical) o la ingle (hernia inguinal).

Quienes las sufren pueden tener una gran inquietud al respecto, pero son muy comunes. De hecho, se calcula que 1 de cada 5 personas presentará alguna de ellas a lo largo de su vida.

A pesar de ser más frecuentes en los hombres, pueden aparecer también en las mujeres. En estos casos suelen ser de menor tamaño pero más dolorosas.

¿Cómo reconocer los síntomas que presentan las hernias?

Aunque pueden aparecer de forma brusca y dolorosa, lo más normal es que los pacientes no refieren dolor en las fases iniciales y posteriormente se inician molestias en región inguinal o en el pubis. Estas se dan al caminar largos trayectos o al hacer ejercicio físico o esfuerzos abdominales (incluido toser, estornudar e ir al baño). Incluso muchas veces los síntomas aparecen simplemente al estar de pie mucho tiempo.

De hecho, es muy típico que los pacientes refieran estar muy bien por las mañanas y empeorar a lo largo del día. Los signos y síntomas más frecuentes que indican que podemos tener una hernia son los siguientes:

Inflamación o abultamiento en la ingle o agrandamiento del escroto.

Dolor o molestias, como dolor al toser o al levantarse, o una sensación de tirantez en la ingle.

Protuberancia a cualquiera de los lados del hueso púbico.

¿Cómo aparece una hernia?

Imaginemos que la cavidad abdominal es como una piscina o un embalse, cuyas paredes serían los músculos y en cuyo interior se encuentran las vísceras (intestino delgado y grueso, vejiga de la orina, grasa…). Estas vísceras ejercen una presión contra las paredes musculares que las contienen (de la misma manera que el agua de un embalse o piscina presiona los muros). Si se produce un orificio en esos muros, el agua empezaría a salir de la piscina.

Y esto mismo es lo que sucede con el cuerpo humano. El doctor lo explica así: «si se produce un orificio en la pared muscular del abdomen (o si se hace más grande el orificio natural que todo el mundo tiene) las vísceras internas abomban hacia la piel. Ahí quedan atrapadas y «pellizcadas» por la capa muscular, produciendo dolor».

Llegados a este punto, puede suceder que haya un atrapamiento con el que la hernia se estrangule y produzca un sufrimiento del intestino atrapado. En consecuencia, se producirá un dolor muy intenso.

Si se da una situación como esta, los especialistas avisan de que es muy importante aplicar de forma urgente un tratamiento. De lo contrario, «podría agravarse llegando, incluso, a perforar el intestino y producir una peritonitis».

Factores de riesgo

Los factores de riesgo, es decir, las causas más frecuentes por las que se pueden desarrollar hernias son las siguientes:

● El aumento de la presión en el abdomen de forma brusca (por ejemplo, al levantar un peso exagerado).

Esfuerzos abdominales más leves, pero de forma continuada (como, por ejemplo, cuando existe estreñimiento crónico o tos persistente en pacientes con enfermedades pulmonares por la tos…).

Aumento de perímetro abdominal por obesidad, sobrepeso o embarazo.

Antecedentes de familiares que hayan padecido hernias inguinales. Estos problemas suelen ser congénitos, sobre todo aquellos que aparecen en la infancia.

Por último, no hay que obviar dos factores que ya hemos mencionado. El primero de ellos, el género, ya que los hombres son mucho más propensos a desarrollar hernias. Por otro lado, tenemos la edad, pues el riesgo aumenta a medida que aumenta la edad.

¿Cómo se diagnostica una hernia?

Para diagnosticar una hernia inguinal suele bastar con realizar una exploración física y recopilar la historia clínica del paciente.

Sin embargo, hay ocasiones en las que puede haber dudas y, para resolverlas, se suelen pedir pruebas de imagen. Entre ellas destacan las ecografías y, si fuera pertinente, se puede completar el estudio con un escáner (TAC) o una resonancia magnética.

Tipos de hernias inguinales

Podemos diferenciar los siguientes tipos de hernias inguinales:

Hernia inguinal indirecta o lateral

Es la más frecuente y suele ser congénita, pues se presenta desde el nacimiento por un defecto en la pared abdominal, aunque puede no presentar ningún síntoma hasta la edad adulta. Es más frecuente en hombres, pero afecta también a mujeres.

El abultamiento puede alcanzar gran tamaño, llegando en muchas ocasiones hasta el escroto. Además, es más visible cuando el paciente está erguido.

Hernia inguinal directa o medial

El abombamiento se da hacia el lado del hueso pubis. Más que un orificio, es una debilidad de la pared muscular, por lo que es más común en adultos mayores (alrededor de los 45 años). Los síntomas son parecidos a los anteriores, pero se exteriorizan de forma muy clara, pues aparecen tras la pared del abdomen.

Hernia crural o femoral

Se localiza en la raíz del muslo y suele ser de pequeño tamaño. Es más frecuente en mujeres y suele ser bastante dolorosa porque el orificio es pequeño, con lo que pellizca de forma importante el contenido herniario.

¿Es posible prevenir una hernia?

Tal y como ya se ha mencionado, muchas de estas hernias son congénitas. Es decir, o bien se nace con ese pequeño orificio que se irá agrandando, o bien se está predispuesto genéticamente a su desarrollo. En consecuencia, no podemos evitar que se desarrolle.

Por el contrario, en el caso de no ser congénitas, sí podemos disminuir el riesgo de sufrir una hernia inguinal. Para ello, debemos evitar sobreesfuerzos abdominales continuos (como el estreñimiento crónico), el sobrepeso y, a su vez, conviene tener una buena higiene postural. Esto afecta, sobre todo, a la postura al levantar o transportar cargas pesadas.

De igual manera, se recomienda «seguir una dieta saludable para evitar la obesidad y el aumento de barriga (perímetro abdominal). Para ello, debe ser rica en fibra y agua, lo que evitará el estreñimiento».

Asimismo, los especialistas de Quirónsalud Murcia insisten en la importancia de abandonar el consumo de tabaco, pues se ha visto relación con las hernias. Bien podría ser por producir tos crónica o por la alteración de la cicatrización de los tejidos y el debilitamiento muscular asociados a este hábito.

Tratamiento de una hernia

Lo primero que debemos saber a la hora de abordarlas es que las hernias no se solucionan solas. Por tanto, ante la sospecha conviene acudir a un centro sanitario especializado en su tratamiento como es el Hospital Quirónsalud de Murcia.

En el supuesto de que la hernia produzca molestias o dolor, se recomendará realizar una cirugía. Por el contrario, si no produce ningún síntoma, la cirugía podrá posponerse. Aun así, es importante realizar un seguimiento, puesto que los síntomas pueden aparecer más tarde.

Además, en ciertas ocasiones podría producirse un estrangulamiento del contenido herniado (la tripa herniada queda atrapada y con sufrimiento, pudiendo derivar en peritonitis si se retrasa su tratamiento). Esto es algo lo suficientemente significativo como para prestar atención a esta situación.

La cirugía para una hernia reduce el contenido al interior de la cavidad. Dicho de otro modo, se recolocan las vísceras dentro del abdomen y, después, se repara la zona de debilidad de la pared abdominal. Para ello, se coloca una malla protésica que provocará una fuerte cicatrización, evitando que reaparezca la debilidad o el orificio.

Tipos de cirugía y recuperación tras la intervención

Las intervenciones quirúrgicas para hernias pueden hacerse con hospitalización o en régimen de cirugía ambulatoria (sin estancia en el hospital). Además, son tan frecuentes que cuentan con su propio protocolo de actuación.

No obstante, existen varias técnicas para reparar una hernia. Una de ellas es la técnica clásica o abierta y otra es la que se realiza mediante endoscopia o laparoscopia. Cabe señalar que esta última técnica es mínimamente invasiva, aunque precisa realizar unas pequeñas incisiones.

Por otro lado, la laparoscopia obliga a anestesia general. Y esta es una clara diferencia con respecto a una cirugía abierta, que puede hacerse con anestesia epidural (de cintura para abajo). Sin embargo, la recuperación será, por lo general, mucho más rápida y menos dolorosa con laparoscopia. De este modo, el paciente se beneficiará de una incorporación más rápida a su vida normal.

Tras la cirugía, el tiempo de recuperación suele ser de entre 6 y 8 semanas en cirugía abierta, y de 2 a 4 semanas si el procedimiento se ha realizado mediante laparoscopia.

¿Cómo se realiza una cirugía para hernia mediante endoscopia?

En primer lugar, se lleva a cabo una pequeña incisión en el abdomen, a la altura del ombligo, de unos 2 cm. A través de ellas se insertará la cámara de laparoscopia. A continuación, se procede con otras 2 incisiones de 1 cm aproximadamente para introducir los instrumentos.

Después, se repara la hernia y se coloca la malla de refuerzo. Luego, se revisa la zona y se cubre la malla para, por último, cerrar las incisiones.

Beneficios de la laparoscopia y otras técnicas endoscópicas

Al tratarse de una cirugía, no existe el denominado riesgo cero, lo que implica que no podemos negar la posibilidad de una complicación. Pero la laparoscopia suele ofrecer, en la mayoría de pacientes, unos beneficios respecto a la cirugía clásica abierta. Estos beneficios son:

● Menor dolor postoperatorio.

● Incorporación a vida normal y laboral más rápida.

● Menor riesgo de infección.

● Heridas más pequeñas.

● Menor probabilidad de reaparición de la hernia.

¿En qué casos se recomienda una cirugía por laparoscopia para unahernia?

En principio, cualquier paciente puede beneficiarse de estas técnicas (salvo casos concretos de contraindicación anestésica o múltiples cirugías abdominales previas). Sin embargo, los pacientes que mayor beneficio obtienen de la laparoscopia serían:

● Pacientes jóvenes.

● Hernias recidivadas (operadas previamente con cirugía abierta).

● Hernias bilaterales.

¿Qué hacer si crees que tienes una hernia inguinal?

Las hernias inguinales pueden parecer abrumadoras al principio, pero con un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento efectivo es posible manejarlas. No obstante, tal como recomienda los especialistas, es crucial prestar atención a los síntomas y buscar ayuda médica temprana para evitar complicaciones.

En el Hospital Quironsalud Murcia utilizan tecnología de última generación para realizar operaciones exitosas que tengan una rápida recuperación. Así, ante una sospecha de hernia inguinal, no ignores los signos y los síntomas y evita que el problema adquiera una mayor gravedad.

Solicita más información acerca de la cirugía de hernia inguinal en el hospital Quirónsalud Murcia

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