Real Murcia
Kike García, el obrero del gol tiene el corazón granaEl 'killer' manchego, clave en la salvación del Alavés con 13 goles, llegó al Real Murcia como juvenil, es un icono para la afición y siempre quiso volver a la que fue su casa
Es una imagen icónica de la historia reciente del Real Murcia que todo el mundo reconoce. Es la instantánea que refleja el rostro de Kike ... García invadido por las lagrimas, un deportista que intenta taparse la cara con su camiseta para que nadie le vea llorar tras la eliminación del Real Murcia de la fase de ascenso a Primera de 2014 en la que el equipo grana cayó frente al Córdoba.
El delantero de Motilla de Palancar (35 años), pueblo natal del que salió en 2007 cuando lo fichó el equipo grana cuando todavía era juvenil, no solo lloraba por la eliminación en aquella eliminatoria, también lo hacía porque estaba roto por dentro, porque sabía que había jugado su último partido con una camiseta que amaba. No subir aquel verano le obligaba a salir de un Real Murcia en el que se sentía protegido. Y eso que al llegar era un chico cohibido y algo desconfiado.
Kike García, al igual que Sergio Escudero, su compañero fiel en Murcia, llegó al club grana gracias a Juan Benito, miembro de la secretaría técnica, que le echó el ojo en un torneo regional de selecciones. Lo puso en el radar, le siguió, e hizo un informe favorable recomendando su fichaje que llegó a la mesa de Pedro Muñoz, entonces un hombre fuerte en la cantera grana. El delantero, que jugaba en el equipo de su pueblo, se enroló en el juvenil del Real Murcia hasta que José Miguel Campos se lo llevó al Imperial de Segunda B en la campaña 2008-09.
Juan Benito, técnico de la cantera grana, lo fichó en 2007 para el juvenil grana, y Campos lo ascendió al primer equipo y lo hizo debutar en Segunda
Se trataba de un delantero currante y valiente al que quizás solo le faltaba definir mejor, aunque aquel curso hizo 8 goles. Su generosidad en el césped hizo que el propio Campos, que pasó al primer equipo para relevar a Javier Clemente, le hiciera debutar en Segunda. Fue el 23 de mayo de 2009 y disfrutó de 25 minutos en Balaídos ante el Celta de Vigo. Antes de cerrar aquella campaña incluso se estrenó como goleador en el fútbol profesional ante el Salamanca, en un duelo en el que Campos ya lo puso de titular.
Después vivió de todo en la entidad centenaria: el dramático descenso de Montivili, el ascenso posterior con Iñaki Alonso en Anxo Carro de Lugo, y también una lesión en el arranque de la campaña 2011-12 que le mantuvo demasiados meses en el dique seco. Una fractura de perone que generó posteriormente una periostitis aguda (inflamación de la membrana que protege el hueso) que, contra todo pronóstico, lo tuvo un año fuera. Incluso el futbolista llegó a temer por su carrera futbolística.
La mejora con Onésimo
Pero nada podía con Kike García y en el siguiente ejercicio, pese a los problemas extradeportivos causados por una plantilla llena de futbolistas poco implicados y nada profesionales, Kike García pudo jugar 36 partidos y marcar 8 goles a las órdenes de Siviero y Onésimo, un técnico que aseguran fue relevante en la carrera del manchego y en su mejora sustancial para convertir en gol las ocasiones de las que disponía. Hasta que llegó la campaña 2013-14, la que cambió la carrera de Kike García, un ejercicio a las órdenes de Julio Velázquez en el que rozó la gloria con el club grana y en la que se destapó como goleador, haciendo 23 dianas que lo pusieron en el escaparate del fútbol español y europeo.
El agrio final de aquel curso provocó que Kike García tuviera que dejar el Real Murcia. El futbolista necesitaba seguir creciendo y el club no le podía retener, además de que ingresaría una cantidad económica a la que no podía renunciar. Fue un adiós de mutuo acuerdo que llevó al manchego a Inglaterra para jugar en el Middlesbrough y que dejó en las arcas granas 2,5 millones, más la opción de que cayera un kilo más si el equipo inglés ascendía a Premier League, como así sucedió.
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Kike García regresó a España en enero de 2016, pero se quedó sin jugar por un problema burocrático, algo parecido a lo que pasó con De Gea, el Real Madrid y el fax del club blanco. Tuvo que esperar otro buen puñado de meses hasta poder debutar en Primera con el Eibar, entidad en la que militó cinco campañas más y de la que se despidió haciendo 12 goles que le llevaron a fichar por Osasuna. En El Sadar no estuvo tan certero de cara a gol, pero dejó una huella profunda por su entrega y capacidad de trabajo. De hecho salió por la puerta grande hacia un Alavés donde ha sido clave, con sus 13 goles, para la salvación del equipo vitoriano. Su gran rendimiento y su capacidad anotadora han permitido, incluso, que Osasuna reciba 650.000 euros extra por la salvación del equipo de Medizorroza. Kike García se reivindica con 35 años y está en la agenda de clubes más grandes.
Encuentro en Tajonar
La afición grana nunca ha olvidado a Kike García. Como muestra, lo sucedido hace dos años cuando el Real Murcia viajó a Tajonar, la ciudad deportiva de Osasuna, para medirse al filial navarro. Y Kike, que había jugado la tarde anterior con el primer equipo ante el Betis en el Sadar, se ejercitaba en un campo contiguo. Varios centenares de aficionados granas lo reconocieron y le obligaron a pasar un buen rato firmando autógrafos, dando besos y echándose fotos.
Las redes sociales de los fieles granas vaticinaban hace meses su vuelta en caso de ascenso grana a Segunda, como hizo Pedro León, pero parece que tendrán que esperar para ver otra vez en Murcia al que se ha convertido en el máximo goleador en Primera de Castilla La Mancha. Este delantero, que sigue siendo tan humilde y noble como cuando aterrizó en Murcia en 2007, tiene gasolina para rato y no olvida al Real Murcia, del que siempre está pendiente, pero su regreso al Enrique Roca, por ahora, es una utopía.
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