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En 1943, el músico Pau Casals vivía exiliado en el sur de Francia para estar cerca de sus compatriotas. Él, que había huido de la terrible España franquista, se da de bruces con la Francia ocupada por los nazis. Allí, con todos sus recursos y mucho empeño se dedicó a ayudar a miles de compatriotas hacinados en los cambios de trabajo cercanos. Y es durante ese periodo cuando se enfrenta a la decisión más difícil: tocar o no tocar para Hitler.
El genio de la música recibió una inquietante invitación para tocar ante el Führer y sabía que negarse a hacerlo podría acarrearle terribles consecuencias. Estos dramáticos hechos son los que han inspirado a Yolanda García y Juan Carlos Rubio –también director– a escribir 'Música para Hitler', un emocionante texto de Tal y Cual Producciones que recrea la personalidad de uno de los mayores artistas del siglo XX.
El momento histórico de la visita de unos soldados nazis a Villa Colette, residencia de Casals durante su estancia en Prades, con la petición de que actuara ante Hitler es recreado y dramatizado sobre el escenario del Teatro Romea con toda la gravedad de la situación: no solo está en juego su vida, sino la de las dos mujeres a las que adora, su mujer y su sobrina, con la que vive. Y, sobre todo, está en juego su ética y sus principios fundamentales.
Sábado, a las 20.00 horas Teatro Romea de Murcia; entradas a 18, 22 y 24 euros
La situación planteada es real, en las figuras de Carlos Hipólito, Kiti Mánver, Cristóbal Suárez y Marta Velilla. El conflicto interior del personaje de Johann, un violonchelista en la vida civil convertido en soldado por el reclutamiento bélico que se debate entre la admiración más absoluta hacia su ídolo, el maestro Casals, y su deber militar como soldado, podría ser ficticio, «pero ahí reside la grandeza del teatro», afirma Rubio. Los autores se detienen en el fotograma preciso de la historia, lo analizan y nos hacen pensar en todos los detalles que se nos pueden haber pasado por alto.
Someterse o plantar cara. Esa es la decisión que asumió Casals en 1943 y la que se presenta este sábado sobre el escenario. «Hoy más que nunca, los acontecimientos mundiales nos deberían arrastrar a una toma de decisiones, a decír sí o no a la barbarie. Una palabra monosílaba que adquiere la fuerza del respeto o no por uno mismo y por los seres que nos rodean», describe el autor y director. Para él, decir no es «enfrentarse cara a cara al gigante. No importan las consecuencias, lo que importa es que un no también puede ganar una guerra».
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