Rozalén: «¡Que el público se prepare para la risa y el llanto!»

–¿Qué propone?

–Venía de un disco en el que contaba las historias de mi casa, de mi familia, y supongo que ahora me tocaba ponerme frente al espejo. No tenía una idea concreta cuando empecé a escribir, pero conforme me iban saliendo canciones me di cuenta de que hablaba mucho de mí; de cómo siempre busco fuera lo que nace dentro, me preguntaba qué sentido tiene mi vida... No sé, estaba superexistencialista y descubrí que el hilo conductor era ese.

–Habla mucho del paso del tiempo y así titula uno de sus temas.

–En esa canción hago una oda a la vejez. Cuento que no pasa nada por que nos empiecen salir arrugas, canas, o que se nos empiece a caer el pecho, porque eso significa que estamos vivas y que vivimos cosas importantes. La belleza está en todas las etapas de la vida, en todos los cuerpos y no hay que obsesionarse porque envejecer es un proceso natural.

–¿Qué le han enseñado estos últimos años?

–La pandemia nos ha dado a todos una lección muy gorda, pero también he aprendido mucho de la exposición pública que conlleva mi profesión. Fíjate que estudié en Murcia Psicología, pero algunas lecciones sobre el comportamiento humano, en qué mundo vivimos o lo que realmente es importante, las he aprendido con todo lo que he vivido.

–En su caso, ¿qué entiende como lo más importante?

–Está muy relacionado con la vida que tenía mi abuela en el pueblo, con la gente a la que quieres, con el contacto con la tierra y la naturaleza, y con la honestidad y dormir tranquilo. Yo siempre pensaba que mi abuelo perdía el tiempo cuando se quedaba horas mirando al infinito y ahora creo que eso es la vida.

–¿Con quién se reencuentra cada vez que se sube al escenario?

–Primero, conmigo misma, porque es el sitio donde más plena soy y donde, quizá, puedo sacar lo mejor de mí. Y luego, con mi banda, que es mi familia. La mitad de ellos son murcianos; los conocí en aquella época en la que empecé a tocar en los bares. Sé que muchas de las cosas que he vivido no me hubiesen pasado de no haber estado en Murcia, y a lo mejor ni siquiera me estaría dedicando a esto.

–¿Qué echa de menos de aquí?

–Demasiadas cosas porque fueron años muy buenos para mí. Pero sobre todo a mis amigos.

–¿Este es un concierto especial?

–Muy especial. Murcia es de mis ciudades y hace mucho tiempo que no voy. Cada vez que vuelvo a Murcia lo hago a una época muy especial para mí. Vuelvo a unos recuerdos que inevitablemente me remueven mucho, y vuelvo a ver a gente que sigue siendo especial. Por eso, estoy supernerviosa. Conociéndome, ¡que el público se prepare para la risa y llanto todo el rato! [sonríe].