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Ana Curra fotografiada por Alberto García-Alix.

Ana Curra: «La muerte es la única verdad»

La dama gótica de la Movida presenta en Murcia canciones de su nuevo álbum, 'Huaca', junto a temas de 'El Acto'

Viernes, 15 de noviembre 2019, 22:17

Pieza clave en los primeros 80 de la Nueva Ola y la Movida Madrileña desde las teclas pero también desde la estética de Alaska y Los Pegamoides, Parálisis Permanente y Seres Vacíos, Ana Curra pasó una larga temporada alejada de los escenarios -que no de la música, en su condición de profesora de piano de conservatorio- hasta que en 2012 al fin se decidió a retomar en directo el repertorio de Parálisis Permanente, el extraordinario grupo que compartía con su también pareja sentimental Eduardo Benavente, tristemente fallecido en accidente de tráfico en 1983. En principio sería un único concierto en Madrid -allí estuvo 'La Verdad'-, pero la acogida fue tan buena que decidió pasearlo por media España. El sábado volverá a Murcia, con una banda renovada -Iván Santana (batería), Iñaki Rodríguez (guitarra), Pilar Román (bajo) y la propia Ana (voz, teclados)-, así que procede la conversación. Hemos compartido escenario y mesa redonda pero, lógicamente, me acuerdo yo mejor que ella.

Ana Curra

  • Cuándo Sábado 16, a las 22.00 horas.

  • Dónde Garaje Beat Club. Murcia.

  • Cuánto 17/20 €.

  • Abre Error de Visión.

-¿Con qué repertorio viene a Murcia?

-'El Acto' (Parálisis) ocupa un lugar importante en el repertorio, pero también hay una representación del disco nuevo, 'Huaca', que todavía no está en redes, pero que está a punto de distribuirse [el diseño y las fotos son de Alberto García-Alix], y también algunas canciones de la época de Seres Vacíos y de Ana Curra. O sea, el típico repertorio de una persona que lleva ya muchos años en esto. Es importante ir haciendo cosas nuevas, es un aliciente y es sano. Además, 'Huaca' es un disco del que estoy supercontenta cómo ha quedado.

«Los grupos de la Movida fueron muy creativos y con una personalidad fuerte»

-Lo de actuar con el repertorio de 'El Acto' lo estrenó en Madrid en 2012. ¿Por qué no se había decidido a hacerlo antes?

-Bueno, no lo había decidido porque, aparte de que estuve varios años sin salir otra vez a escena, pues me costó su tiempo [ella conducía el coche siniestrado]. Nunca volví a recuperarlo tal cual como Parálisis porque faltaba la figura de Eduardo. Para mí era una causa pendiente reivindicar mi propia historia y no lo había hecho con un disco tan importante para mí. El duelo y la retirada de los escenarios. Pero en aquel momento me sentía fuerte, me había recuperado de su ausencia y aunque no quería volver como Parálisis Permanente, por respeto, muchos de los temas de 'El Acto' son míos junto con Eduardo. Me parecía que formaba parte de mi historia y que tenía el derecho y el deber de hacerlo, porque veía que mucha gente de generaciones posteriores lo escuchaba y porque veía que el paso del tiempo ha tratado muy bien a las canciones, las ha mantenido en muy buen estado de salud, de vigor y de actualidad.

¿Esta qué hace aquí?

-Aquella época de la Nueva Ola fue muy creativa, pero sabíamos tocar lo justo. En cambio, usted tenía formación musical. ¿Cómo vivía ese contraste?

-Para mí era estupendo, genial, porque yo iba bastante suelta, con lo cual me divertía mucho y aunque estaba en un segundo plano, tanto en Alaska y los Pegamoides como en Parálisis Permanente, me lo pasaba muy bien. Mientras los otros estaban pendientes de la cejilla yo podía estar disfrutándolo más [ríe]. Nunca he tenido problemas en este sentido con ninguno de los grupos en los que he estado, porque además lo que hacemos es muy visceral y muy intuitivo. Sin embargo en el lado del conservatorio, ahora ya no porque han pasado muchos años y el profesorado es mucho más joven y moderno, pero ahí sí me miraban un poco raro. ¿Esta qué hace aquí? No es de los nuestros.

-¿Fue la época más creativa que ha dado el pop español?

-No lo sé, no me atrevo a sacar conclusiones tan rotundas, pero desde luego fue una época muy creativa. Como no había roles todavía, el sonido era muy personal de cada grupo. Cada uno hacía lo que podía, porque aquí no había infraestructura musical, estaba todo por hacer, no había referentes apenas ni desde luego redes sociales, ni YouTube...

-Y los discos se pillaban en Londres.

-Sí, los discos era complicado comprarlos. Te traías un disco de fuera o lo pillabas en El Rastro. Y luego te tirabas un año entero descuartizándolo, te llevabas a tus amigos a casa para escucharlo. Tampoco tenías dinero para comprarte mucha música, aunque todo lo empleábamos en eso [ríe]. Pero sí, fueron grupos muy creativos y sobre todo con una personalidad propia muy fuerte.

«El trap es el último movimiento de la calle, del barrio, creo que tiene mucho parecido con el punk»

-¡Estábamos jodidamente locos!

-Ansiosos de vivir. Se había abierto la botella de champaña, había explotado todo. Después de una censura, la época de la transición fue gloriosa.

-¿Cómo ve el indie español de hoy? ¿Lo sigue un poco?

-No solo los indies, sigo los grupos nuevos, incluso el trap. Sigo todo lo que se hace porque vivo lo que toca vivir hoy. Aunque tenga mucha música ya sobre mis hombros y haya grupos que escucho y me parecen una tercera lectura peor hecha de algo que ya ha sucedido, también de pronto salen grupos que me sorprenden. Y concretamente con el trap, ha sido el último movimiento de la calle, de los barrios, diciendo lo que les pasa y hasta me parece que tiene mucho parecido con el punk de nuestra época. El tema es que ahora todo va a un ritmo vertiginoso y es fagocitado por las marcas inmediatamente. Pero sí, yo sigo yendo a conciertos y siguiendo todo lo que sucede en la escena.

-La muerte siempre ha sido un elemento, o un escenario, habitual en la música de Ana Curra. ¿Es poética, es terrible la muerte?

-Es un hecho, es la única verdad que tenemos. Nosotros somos de una generación que hemos convivido con ella desde muy jóvenes. Al principio juegas con ese concepto a nivel estético, sabes que está ahí y a nosotros nos tocó vivirla en nuestras carnes demasiado pronto. Tu concepto de la muerte va evolucionando. Al final te das cuenta de que tienes que convivir con todos los muertos que llevas encima. Yo siempre les hago una mención especial, de hecho los convoco a mis conciertos antes de empezar y luego los despido [ríe]. Son muchos los que me acompañan ya.

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