Morcheeba: «La inteligencia artificial es una herramienta aterradora»
EI dúo formado por la carismática Skye Edwards y Ross Godfrey presenta 'Escape the chaos' en Las Noches del Malecón
La música de Morcheeba siempre ha tratado de sentir el latido de la tierra bajo los pies y dejar que recorra todo el cuerpo. De ... vincular el ritmo del entorno al compás de la rutina. De Canalizar. Relativizar. Respirar. De anclar la opresión en la isla más remota del océano de la imaginación. De entender la creación como un hilo tejido a la frontera de uno mismo. De ruptura y reparación. De observar. Escuchar. Entender. Aceptar. Flotar. De escapar del caos. Y esta última expresión, la cual abarca casi una forma de entender y ejecutar la vida, es precisamente la que da título a su undécimo disco, el cual presentarán este fin de semana en otra de las grandes citas enmarcadas en la programación de Las Noches del Malecón. Un álbum sutil y elegante como una pluma que alza el vuelo en el que el dúo formado por Ross Godfrey y Skye Edwards logra firmar alguna de sus mejores piezas hasta la fecha. No está nada mal para una banda que arrancó su andadura a mitad de los noventa y ha demostrado ser (mucho) más que otra ficha dentro del amplio tablero del trip-hop, género que siempre se les quedó corto, pues en su obra, desde el primer momento, se dieron cita otros estilos como el jazz, la electrónica, el pop, el folk, la psicodelia o el soul. Frente a las limitaciones de las etiquetas, queda la voz abierta, desnuda y elegante de Morcheeba. Charlamos con Edwards.
Morcheeba
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Cuándo Domingo, a las 22.00 horas.
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Dónde Auditorio Murcia Parque. Murcia.
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Cuánto 35 €.
–Observando a nuestro alrededor, leyendo las noticias y comprobando cada día el modo en el que las cosas van adquiriendo un tono más oscuro, un disco como 'Escape the chaos' resulta casi necesario. Después de treinta años de carrera, ¿sienten que el mensaje de amor, esperanza y unión que siempre ha transmitido la banda tiene ahora más importancia que nunca?
–Es cierto que hay mucho caos en el mundo, pero ha sido así durante siglos. Guerras y conflictos alimentados por el poder y la codicia. Por suerte, también hay focos de luz en forma de música y arte. No todo es pesimismo.
–¿Dirían que su carrera ha vivido muchos momentos de caos a lo largo de estas tres décadas?
–No estoy segura de utilizar esa la palabra para describirlo. Hemos tenido altibajos, sin duda, pero me gusta centrarme en lo positivo. En los increíbles conciertos que hemos dado, los hermosos países que hemos visitado y la gente maravillosa que hemos conocido por el camino.
«Quiero que todas las personas que vengan al concierto sientan y sepan que les estoy cantando»
–¿Cómo hacen para que la tristeza, el odio y la negatividad se mantengan lejos de sus canciones? ¿Les cuesta aislarse del ruido a la hora de componer?
–Pongo un ejemplo. Tenemos una canción que se llama 'Dead to me' ('Muerto para mí'). Ya te puedes imaginar la esencia del tema por el título, pero, como la canto tan dulcemente con tonos suaves y la música es bastante alegre, no se nota la negatividad. De eso se trata.
–¿De qué forma diría que ha cambiado su visión del mundo y de la banda con el tiempo?
–Mi visión del mundo cambia según el estado de ánimo que tenga. A veces veo el vaso medio vacío y a veces siento que está medio lleno. Respecto a Morcheeba, me siento muy afortunada de no tener el típico trabajo de oficina de nueve de la mañana a cinco de la tarde. Estoy muy agradecida de poder dedicarme a lo que me dedico.
«Me siento muy afortunada de no tener el típico trabajo de oficina de nueve de la mañana a cinco de la tarde»
–Además de la música, ¿qué otras cosas en su vida le sirven para escapar del caos?
–Me encanta coser. Tengo una habitación llena de telas. Disfruto creando distintos conjuntos para los espectáculos. También he empezado a tejer hace poco. Lo que más me gusta es que puedo tirar del hilo y deshacer los errores que haya cometido. También adoro tocar el violonchelo, instrumento que aprendí a tocar durante la pandemia y ya es como una segunda voz para mí.
Decepcionante
–Antes de su lanzamiento, aseguraron que todo en 'Escape the chaos' era un «proceso de intentar reconectar con lo que realmente importa». ¿De qué forma se refuerza ese objetivo en los conciertos?
–Me gusta mirar a los ojos a todo el mundo y arrancarles una sonrisa. Y también intento bailar para el público que está más lejos del escenario. Quiero que todas las personas que vengan al concierto sientan y sepan que les estoy cantando.
–¿Qué canciones de este nuevo disco creen que pueden terminar sumándose a su lista de clásicos?
–Es muy complicado saberlo todavía, pero 'Live and die' siempre ha sido recibida con mucho entusiasmo por el público cada vez que la hemos tocado.
«No pensamos en el público durante el proceso creativo»
–¿Siguen interpretando alguna versión y dejando espacio para los pasajes instrumentales en los conciertos de esta gira?
–A veces, si necesito escabullirme para hacer pis, los chicos se quedan tocando algún instrumental, sí. Hace poco toqué la batería para que nuestro batería, que es mi hijo, pudiera ir al baño.
–Tanto en sus discos como en sus directos tratan de hacer que el público se sienta bien. En el otro lado, ¿de qué forma impacta la audiencia en sus emociones como creadores?
–No pensamos en el público durante el proceso creativo. No podemos adivinar lo que la gente quiere. De hecho, cuando intentas descubrirlo, ya no escribes ni creas con el corazón.
–Teniendo en cuenta que son una banda que siempre ha utilizado las nuevas tecnologías, ¿qué visión tienen del peso que pueden tener herramientas como la inteligencia artificial en la música a corto y largo plazo?
–La inteligencia artificial es una herramienta aterradora. Es muy triste cuando se utiliza para hacer cosas creativas. Veo ropa que está de moda o diseños de interiores y me doy cuenta de que no son reales. Es muy decepcionante. Todo el tiempo tengo que preguntarme si lo que estoy mirando es de verdad o es falso.
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