La fatalidad del amor en 'A dos metros de ti'
Carlos Martínez
Viernes, 13 de septiembre 2019, 02:51
Escribo estas líneas haciendo algo muy inusual (no penséis mal): viendo llover a través de mi ventana. Reconozco que sólo en tierras tan secas como estas pasa lo de que el caer agua del cielo se convierta en espectáculo, pero así es, por lo que los cines lo van a tener complicado para que salgamos de casa este fin de semana.
Y eso que este viernes hay trío de ases temáticos en los estrenos, pues tenemos comedia, amor y guerra. El problema es que son todas historias que ya hemos visto unas cuantas veces, y por tanto tienen la capacidad de sorpresa de una Diada.
La primera es un éxito seguro, pues trata de amor (tema en el que todos nos sentimos concernidos), de jóvenes (que son el ochenta por ciento de los que van al cine), y habla de enfermedades (algo que siempre queda bien en una pantalla). Se llama ´A dos metros de ti' y es la apuesta empalagosamente romántica de hoy.
El amor que tiene un obstáculo insalvable es una de las historias universales desde que el mundo es mundo, pero en esta ocasión la dificultad no residen en si uno se llama Capuleto o Montesco, o si una es una dama y el otro un vagabundo, sino que es una enfermedad la que separa a los amantes, un chico y una chica monísimos con la dosis justa de rebeldía para poderse ver en horario infantil. No esperéis apuestas arriesgadas, las baladas y la fotografía melosa se suceden sin continuidad, y como desea su público potencial. Para adolescentes recién enamorados. Los demás que permanezcan, mínimo, a dos kilómetros de cualquier sitio donde la proyecten.
Si la de antes os suena, que decir de 'Sordo', que va sobre la post guerra civil española, con maquis buenos y franquistas muy malos con bigote, supongo para que no nos confundamos, como los malos de las películas de Tarzan. Nada nuevo bajo el sol (no haré la broma de bajo el 'Cara al sol'). La diferencia estriba en que su interesante director, Alfonso Cortés-Cavanilla, le da un toque como a pelí del oeste que funciona bien.
Así podemos ver la persecución que sufren en medio de la montaña, emulo del desierto, los guerrilleros, y contemplar las duras vivencias de sus personajes, interpretadas por Asier Etxandia, Inmanol Arias, Aitor Luna y Hugo Silva. Una película eminentemente masculina y demasiado maniquea, lo que lastra el resultado final.
Para desengrasar una comedia dramática, o un drama con toques de comedia, llamado 'Litus'. Un grupo de treintañeros, en plena llegada a la madurez real, se encuentran para despedir a uno de ellos que se ha suicidado.
Esta adaptación de una obra de teatro os recordará a 'Perfectos desconocidos' (2017), 'Reencuentro' (1983) (en la que Kevin Costner tenía uno de sus primeros papeles haciendo de cadáver, y encima le eliminaron en el montaje). Incluso la película tiene el valor de citar algunas de sus referencias indisimuladas, como 'Los amigos de Peter' (1992). Evidentemente, en un buen film teatral la cosa se basa en cómo están sus actores, y lo cierto es que el reparto es excelente, con Belén Cuesta, Quim Gutiérrez, la murciana Marta Nieto, Adrián Lastra y Álex García, dando un recital durante la hora y cuarenta minutos que dura. Para melancólicos que ya tenemos demasiados amigos con los que ya sólo hablamos por Whatsapp.
Espero que la lluvia os haya sido leve. Que tengáis una semana de cine.
Títulos de crédito
'Érase una vez en Hollywood', lo último de Tarantino, ha tenido bastante éxito, hasta conmigo que no soy muy fan. Claro que el director jugaba, como siempre hace, con cartas marcadas, porque me gana con lo de hablar de las interioridades del cine, en este caso de los exuberantes sesenta, en su película.
En ella se habla de una actriz casi olvidada, de final trágico, llamada Sharon Tate. Condenada a pasear su belleza rubia por papeles sin acreditar, su oportunidad le llegó de la mano de un joven Roman Polanski en 'El baile de los vampiros' (1967), que la llevó ese mismo año a 'No hagan olas' y ' El valle de las muñecas', lo mejor de su filmografía. No podremos decir lo que habría llegado a ser si no se hubiera cruzado la fatalidad en su vida, pero si recuperáis esas películas, podéis imaginarlo.