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El sueño de las rascacielos se queda en 'standby'. El Pleno de Torrevieja daba luz verde -ineludible- al cumplimiento de dos sentencias del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) que declaran nulo el acuerdo plenario por el que el Ayuntamiento dio luz verde al estudio de detalle de las llamadas Torres Sinforosa promovidas por el grupo murciano Baraka. El punto salió adelante con el voto favorable de PP, Vox y Sueña y un nada determinante no del PSOE.
Las sentencias vienen a apuntalar las valoraciones de los técnicos del departamento de Costas cuando apenas faltaba otorgar la correspondiente licencia de obra para empezar a plantar las grúas en Doña Sinforosa. El equipo de gobierno del PP, sin embargo, tiró adelante con la tramitación administrativa de los proyectos pese a que el organismo dependiente del Gobierno central había informado desfavorablemente a los mismos apreciando que infringían la Ley de Costas por generar «pantallas arquitectónicas».
El objetivo final del ejecutivo de Eduardo Dolón es dar pista a la edificación de hasta 18 torres, con un 50% de uso hotelero, en primera línea de playa: dos en Doña Sinforosa, tres en el Campico de San Mamés, tres en la cala del Palangre y hasta 10 junto a la playa de los Náufragos. En el caso de Doña Sinforosa ambas torres superaban holgadamente las 20 plantas. A cambio, según defendía el constructor y el gobierno municipal, se liberaba en superficie gran cantidad de suelo para uso público y para zona verde.
Todo este planeamiento venía a su vez avalado por la denominada modificación puntual 52 al Plan General de Torrevieja. Aprobada bajo mandato del exalcalde Pedro Hernández Mateo (PP), la misma indicaba que, en las parcelas antes mencionadas, se podría desarrollar el aprovechamiento urbanístico en altura. Es decir, lo mismo que se podía desarrollar a partir de edificios de entre seis y nueve plantas como hay en el entorno inmediato, se podría hacer levantando hacia arriba tantas plantas como se deseara. Lo que se llamó «la libertad tipológica».
Las sentencias judiciales recién acatadas por el pleno municipal tumban en exclusiva el estudio de detalle aprobado para las Torres Sinforosa, pero no la modificación puntual que permite, según el vigente Plan General, el desarrollo en altura. Es por esto que el equipo de gobierno de los populares llevó ayer a consideración de los grupos políticos, aparte de acatar la sentencia, retrotraer el expediente a la fase previa a la aprobación del estudio de detalle. Algo que no contentó a los socialistas que, por contra, reivindicaban que el expediente fuera archivado definitivamente, lo que hubiera significado la renuncia definitiva a los rascacielos.
El debate del punto, en este sentido, fue encendido. Los grupos de PSOE y Sueña Torrevieja aplaudieron las sentencias, mientras que Vox puso en cuestión el concepto de «pantalla arquitectónica» tildándolo de «difuso». El PP por su parte aprecia que, en un futuro, se podría dar un cambio legislativo que permita obtener ese necesario y vinculante informe favorable de Costas, tal y como les piden las sentencias como requisito ineludible para construir sobre ese suelo. Esto podría pasar por una legislación autonómica propia que desarrolle la vigente ley estatal o por una transferencia de competencias del Estado a la Comunidad Valenciana. Dos cuestiones ambas que no dependen del Ayuntamiento.
El portavoz de Sueña Torrevieja, Pablo Samper, valoró que la llegada de las sentencias era la «crónica de una muerte anunciada» y calificó a Eduardo Dolón de «alcalde antisistema» por seguir con la tramitación pese a las advertencias de Costas de que se podía estar incurriendo en una posible ilegalidad.
Asimismo, el edil se adelantó al propio Dolón y salió en defensa del gobierno pentapartito del que formó parte y que dio los primeros pasos al aprobar la evaluación ambiental estratégica y un primer estudio de detalle en Junta de Gobierno. Para Samper, esto era una decisión imposible de eludir porque no contravenía el Plan General y era un «procedimiento reglado», es decir, un paso administrativo que no se le podía negar al promotor.
Igualmente, Samper puso en valor las protestas vecinales que, durante la pasada legislatura, pidieron el gobierno del PP que no tocara el parque de Doña Sinforosa. Algo que, para el edil de Sueña, era un «despropósito» que se quería cometer contra un «parque simbólico».
El líder de Vox, Salvador Ruso, se mostró crítico con lo que considera una indefinición del concepto «pantalla arquitectónica» que alega Costas para rechazar la construcción de las torres de Baraka. «Es una interpretación. La Ley de Costas no define qué altura o anchura tiene una pantalla arquitectónica».
Ruso, del mismo modo, abogó porque la Comunidad Valenciana tenga su propia legislación como Galicia y criticó que las competencias en materia de litoral hayan sido históricamente moneda de cambio en negociaciones políticas dando lugar a comunidades que tienen las competencias transferidas y otras que no. «Esto dificulta mucho hacer un Plan General y un modelo de ciudad».
La portavoz socialista, Bárbara Soler, criticó que el PP, dijo, aprobara que el promotor contemplara «cinco talas y hasta 30 transplantes» en el parque de Doña Sinforosa y defendió que, a su juicio, la actuación acababa con el principal pulmón verde del centro del casco urbano. Asimismo, criticó que las torres elevarían mucho la población en una ciudad «sin servicios acordes».
Soler, además, criticó que el PP trate de buscar a su parecer que Costas «incumpla una sentencia», en alusión a que el ejecutivo intente lograr un informe favorable como le pide las resoluciones judiciales. Así, defendió «el criterio técnico y no político» de Costas y sugirió a los populares que compren las parcelas para los rascacielos y, en su lugar, las conviertan en zonas verdes. «Tendrán nuestro apoyo».
El alcalde, a continuación, defendió que la pantalla arquitectónica, a su parecer, se iba a generar igualmente se desarrollaran los edificios en altura o con menos plantas y ocupando toda la superficie de terreno disponible. Recordó que el pentapartito inició la tramitación del expediente y defendió que siempre actuó habiendo obtenido previamente el visto bueno de los técnicos municipales e incluso, dijo, de la Generalitat Valenciana.
Del mismo modo, Dolón restó importancia a las movilizaciones vecinales, a las que dijo «fueron 20», así como señaló que, en la recogida de firmas, la oposición hizo «el ridículo monumental». El regidor asimismo defendió que el PP mejoró el estudio de detalle al meter una planta más de aparcamiento subterráneo e integrar el parque de Doña Sinforosa generando una zona verde más grande para «ganar espacio y oxígeno» en una avenida Gregorio Marañón «muy consolidada».
Samper, en su segundo turno, afeó a Dolón que «ningunee», a su juicio, la movilización vecinal. «Me daría más vergüenza hacerme fotos con Mazón en Fitur», dijo criticando la gestión del president en la Dana de Valencia.
Ruso, por su parte, insistió en que Torrevieja necesita redactar un nuevo Plan General que cambie el modelo «ciudad jardín» con desarrollos en baja altura por el modelo en altura de Benidorm, que tildó de un «gran éxito».
Soler, por su parte, criticó que Dolón solo busca «confundir» y, en línea con Samper, defendió que el pentapartito solo dio cauce a un «procedimiento reglado»
Dolón, en respuesta, dijo que el pentapartito tuvo ocasión de modificar el planeamiento vigente para acabar con la posibilidad de construir rascacielos y que los manifestantes de Doña Sinforosa salieron a la calle «engañados» por la oposición. Asimismo, valoró inviable la propuesta de Soler de que el Ayuntamiento compre los terrenos de los rascacielos. A juicio del alcalde, harían falta «cinco presupuestos del Ayuntamiento de Torrevieja» para hacerlo con el aprovechamiento actual que tienen esas parcelas.
En su último turno de intervención, Samper cerró afirmando que las sentencias «protegen nuestras raíces y nuestra naturaleza» y, al mismo tiempo, pidió que sus palabras no fueran interpretadas como su alegría «por que los promotores sean derrotados». Al contrato, dijo que «es una victoria de la razón y la ley» y que los rascacielos «no tenían razón de ser en una ciudad tensionada y sin servicios».
Soler devolvió el recado a Dolón y le pidió que modifique el planeamiento vigente y se cargue la modificación puntual que permite los rascacielos. «Verá como así no cuesta comprar los terrenos cinco presupuestos municipales».
Dolón, a continuación, recordó que, durante el pentapartito, la concejal de Urbanismo era la socialista Fanny Serrano y cuestionó a Soler sobre si ella era del PSOE de Serrano para concluir que, antes de su ingreso en el PSOE, Soler, dijo Dolón, «era afiliada del PP» y asistía a los mítines de Hernández Mateo. Una intervención que fue protestada por Soler, que fue llamada al orden por el alcalde. A continuación, la portavoz socialista pidió sin éxito un turno por alusiones.
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