Orihuela pedirá permiso a Cultura para derribar el muro del antiguo asilo
El concejal de Urbanismo señala que la Generalitat debe informar antes sobre la actuación más idónea al estar el edificio declarado Bien de Relevancia Local
El Ayuntamiento de Orihuela iniciará trámites para derribar el muro del jardín delantero del asilo. El vallado, que está fuera de ordenación, está afectado por la protección del propio edificio, declarado Bien de Relevancia Local. Así excusó la demora en esta actuación el concejal de Urbanismo, Matías Ruiz (PP), a preguntas de la edil socialista Milagros Lacárcel. «Es lo que queremos todos porque habría una mejor movilidad en el tráfico y una mejor situación para los peatones», refrendó Ruiz.
Antes, el concejal de Urbanismo señaló que el equipo de gobierno PP-Vox deberá entablar conversaciones con la Conselleria de Cultura, pues cualquier actuación que se pretenda hacer junto al asilo debe ser informada previamente por el gobierno autonómico. «Estamos elaborando una propuesta para confirmar la viabilidad del retranqueo sin perjudicar a la edificación, que está protegida», insistió Ruiz en el pleno celebrado este jueves.
En base a la contestación de Valencia, incidió el edil, «procederemos a enderezar o alinear el vial, o bien, en función de lo que nos digan, retranquear y reconstruir la valla en los mismos términos arquitectónicos».
El cercado del jardín delantero del antiguo asilo, según el Plan General, debería formar parte de la avenida Duque de Tamames y, sin embargo, diferentes vicisitudes han hecho que esta irregularidad en términos administrativos se perpetúe.
A inicios de esta legislatura, fue precisamente el PSOE el que, durante el pleno de octubre de 2023, solicitaba al actual equipo de gobierno PP-Vox que ejecutara el derribo de esta pared que genera un quiebro en la acera y el estrechamiento de la avenida más céntrica de Orihuela en su enlace con las calles Oriolanos Ausentes y Francisco Tormo de Haro.
Los socialistas lo reclamaban entonces también por medio de una pregunta de la edil Milagros Lacárcel, en ese caso, al concejal de Infraestructuras, Víctor Valverde (PP). El también portavoz de los populares excusó entonces desconocer que el anterior gobierno había abierto un expediente. Aun así, manifestó su compromiso de que la obra se ejecutaría y se le destinaría una consignación presupuestaria, al no ser una intervención excesivamente cara. De unos 45.000 euros, calculó Valverde.
Pasó el tiempo y, con la llegada del proyecto para la aprobación de los vigentes presupuestos municipales de 2024, los socialistas presentaron una enmienda para destinar 15.000 euros a la redacción de un proyecto de derribo del muro. Dicha propuesta no se incluyó y fue rechazada, según explicó Valverde, porque «esto es algo que desde la Concejalía ya se ha tenido en cuenta con una partida de estudios y proyectos de 50.000 euros».
Así todo, el muro sigue en su sitio y se desconoce si algún día caerá. Por lo pronto, el PSOE ha desistido de presentar una nueva enmienda para las nuevas cuentas de 2025.
Pero el problema no data de esta legislatura o la anterior. Es más pretérito. Bajo mandato del exalcalde José Manuel Medina (1995-2007) esto ya se planteó. El propio exregidor del PP señala a este diario que el Ayuntamiento inició un expediente de expropiación que se cerró en falso tras atender a las peticiones de las monjas que entonces gestionaban el asilo.
Medina recuerda que las religiosas defendían que ese jardín era un espacio de «resguardo» que evitaba que los ancianos –algunos seniles– pudieran saltar directamente a la carretera. El exprimer edil reconoce que, ante estas manifestaciones, decidieron dar marcha atrás con tal de que las monjas no encontraran motivo para abandonar su actividad social, cosa que sucedió en la pasada década. El edificio estuvo abandonado hasta que la Generalitat lo compró en 2022 por 4 millones para convertirlo en residencia del Centro Oriol. «No creo que sea difícil entre instituciones llegar a un acuerdo de cesión de esos terrenos», indica el exalcalde oriolano.
