CCOO, UGT y CSIF valoran convocar una huelga en las basuras de Torrevieja el próximo julio

Los trabajadores de la basura no aguantan más su situación y este miércoles la mayoría sindical en el Comité de Empresa representada por CCOO y UGT (a la que también se han unido afiliados a CSIF) ha querido expresar su descontento acumulado desde que Acciona revalidara en julio de 2022 la gestión de la contrata por la que el Ayuntamiento abona cerca de dos millones al mes. Los portavoces de las centrales, que aglutinan a ocho de los trece representantes de los trabajadores, han compartido con los medios un relato en el que dicen que han sufrido «acoso» y «persecución» por parte de la dirección de la empresa en Torrevieja.

Reunidos en los locales de CCCO en la plaza del Molino, han expesado que la dirección no tiene voluntad de sentarse a negociar con ellos. En este sentido, dicen que están pendientes de una nueva reunión con el Ayuntamiento y con la empresa. Avisan de que, si no hay avances significativos, valoran comenzar una huelga en julio, justo de cara a la temporada alta.

El representante de CCCO, José Luis Bear, ha relatado que el enviado por Acciona como encargado del servicio aterrizó en Torrevieja con la intención «amenazar» y «sancionar» a los trabajadores que no se plegaran a su voluntad. Incluso indicando que irían «a por nuestras familias», llegó a decir el sindicalista.

En este sentido, aseguró que ha habido una oleada de «sanciones» y «bajas por ansiedad». Las multas contra los trabajadores las cifró en «más de 140» y dijo que, en su mayoría, eran de tipo «grave o muy grave» y que posteriormente se habían recurrido con éxito ante la Justicia.

El representante de CCOO también ha relatado que el «modus operandi» de la empresa ha sido, desde su punto de vista, dividir a los trabajadores ganándose a unos «tránsfugas» y «traidores» -así los calificó-, en referencia a los cinco miembros del comité (exafiliados a CCOO y UGT) que ahora están en el sindicato USOCV, el cual ya lanzado en el pasado algunos comunicados contradiciendo a sus compañeros de trabajo.

«Nos acusan de ir en contra de la empresa», insistió el delegado de CCOO en presencia del presidente del Comité, Mario Piqueras (también de CCOO), y sus compañeros de UGT, Antonio Escamilla, y CSIF, Raúl Baños. Asimismo, Bear indicó que, fruto de sus denuncias, la inspección de trabajo requirió un test psicosocial a la plantilla, el cual fue realizado por una empresa externa. Bear valoró el resultado como de «insatisfacción general».

Las centrales sindicales mostraron una de las páginas del documento con los resultados del test en la que se expresaba en porcentajes si consideraban diferentes aspectos como desfavorables o favorables para la salud de los trabajadores. Así, el 78% veía desfavorable el ritmo de trabajo. Más del 50% de los empleados consultados también veían desfavorable, entre otras cuestiones, la previsibilidad, el conflicto de rol o las exigencias emocionales.

Del mismo modo, el portavoz de CCOO criticó los últimos anuncios hechos desde la empresa y el Ayuntamiento. El líder sindical señaló, por ejemplo, que hay parte de la nueva maquinaria de playas que, desde que se presentó antes de las elecciones, lleva, dijo, «guardada en una nave». Asimismo, aseguró que la nueva brigada para perseguir vertidos ilegales está integrada por afines a los «tránsfugas» de USOCV y que, de los más de 10 operarios que se dijo que habrían, «apenas hay trabajando dos o tres».

Especialmente llamativas fueron las fotos que mostraron del interior de las nuevas plataformas soterradas recién instaladas por Acciona en varios puntos del centro de la ciudad. Bear mostró imágenes en las que se podía ver que contenían contenedores muy antiguos, sucios y, en algunos casos, rotulados con nombres de otras empresas privadas e incluso con el logotipo del Ayuntamiento de Molina de Segura.

Por contra, reconocieron que, «aunque tarde», ya empiezan a disponer de nuevos camiones y manifiestan que hasta ahora era común recurrir a vehículos en mal estado, sin aire acondicionado y «matriculados en 2004».

Para Bear la planificación de la puesta en marcha de la nueva -o más bien renovada- contrata no ha sido bien planificada. Aseguró que, al frente de la misma, la empresa situó a personas «que no son de Torrevieja» a trabajar «desde un despacho con Google Maps». A este respecto, el sindicalista manifestó que los conductores después se encontraban con problemas para hacer la recogida por el cambio en las ubicaciones de las islas de contenedores, las cuales se le trasladaban a los trabajadores, contó, a través de un mapa que les compartían en el móvil.

Los sindicatos volvieron a incidir sobre la supuesta «falta de personal». En este sentido, el representante de UGT indicó que se está recurriendo a los fijos discontinuos para el refuerzo en temporada alta, pero no para cubrir bajas. Asimismo, aseguró que, mientras esperan la construcción del nuevo centro de trabajo en la avenida de las Cortes Valencianas, cuentan con unas casetas prefabricadas «que ya estaban en las antiguas instalaciones de La Marquesa» y, ilustró, presentan multitud de desperfectos en baños y vestuarios. Y a menudo, incidió el sindicalista, «están sin aire acondicionado».

El representante de CCOO, aun así, concedió al equipo de gobierno, con el alcalde, Eduardo Dolón, y la edil de Aseo Urbano, María José Ruiz, a la cabeza, que hayan mostrado interés por sus problemas, aunque aseguró que ellos también han sido víctimas de la escasa información ofrecida por la empresa, tal y como reflejó la auditoría externa respecto, por ejemplo, de la plantilla de trabajadores. En esta línea, les acusó de «haber traido y alimentado al monstruo», dijo al tiempo que incidía en que el Consistorio es el cliente del servicio y que, a su juicio, no está siendo todo lo exigente que debería.

Por su parte, el portavoz de UGT, Antonio Escamilla, trasladó su agradecimiento por la atención prestada a los trabajadores por parte de la portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, Bárbara Soler. Acto seguido, el representante de CCOO quiso recalcar que su voluntad ha sido siempre la de solucionar sus problemas «de manera interna» y que, durante el periodo electoral, decidieron no intervenir «para que no nos acusaran de politizar».

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