Adiós al último vestigio del boom inmobiliario en Pilar de la Horadada
La Paloma. ·
La pala termina este miércoles de echar abajo el esqueleto del gran proyecto de casa cultural tras 21 años de abandono y 8,8 millones sin fruto
No son pocos, por desgracia, los esqueletos del boom de la construcción que nunca llegaron a lucir su vistosa y millonaria piel. En todos los municipios de la Vega Baja no faltaron en aquellos años de la abundancia proyectos megalómanos, desde la nueva plaza de toros de Orihuela, la caracola de Toyo Ito en Torrevieja o, en el caso de Pilar de la Horadada, la conocida por todos como La Paloma, el sueño de centro cultural del que fuera alcalde socialista del municipio desde 1995 hasta 2011 y, de nuevo, entre 2015 y 2019, Ignacio Ramos.
21 años han pasado en los que este gran complejo en forma de gran anfiteatro abierto y rematado por una estructura (ya demolida) en forma de ave lució como una amalgama de pilares de hormigón y ladrillo, en los últimos años, ciertamente inestable. Casi nueve millones invertidos sin fruto que el pasado mayo empezaban a quedar reducidos a escombro y que este miércoles terminaban ya por completo de caer al suelo pulverizados por la pala y la excavadora.
Toca ahora pensar en el futuro. Por lo pronto, el plan del actual gobierno municipal del PP, que ha hecho bandera en campaña del derribo de esta majestuosa obra inconclusa, es recuperar parte del parking subterráneo que se edificó bajo el edificio recién demolido. El conjunto de las actuaciones ya adjudicadas están valoradas en 2,9 millones. Solo el derribo de lo que iba a ser el Centro Cultural Mariana Baches ha costado 390.000 euros y 418.000 serán los necesarios para recuperar 7.700 metros cuadrados de sótano para habilitar 252 plazas de aparcamiento. El resto será para adecuar la plaza resultante en superficie.
El pasado diciembre el Pleno aprobaba junto a estas actuaciones este proyecto (la fase 1) junto a otro que se realizaría en una segunda fase valorada en 2,4 millones de euros y que consistiría en levantar un nuevo edificio de usos múltiples de 1.498 metros cuadrados. De momento, esta otra pata del proyecto ahora impulsado por el alcalde, José María Pérez (PP), no ha salido todavía a licitación.
En aquella sesión plenaria, que se tornó bronca tras el abandono de los socialistas de la sala por la inclusión del punto por vía de urgencia, el Ayuntamiento proyectó que este nuevo edificio que vendría a sustituir a La Paloma albergaría, entre otros, dos aulas de formación para 50 puestos, dos aulas de informática para 25 usuarios, un salón de actos con capacidad para 200 personas o una sala multiusos para 70 personas, así como nueve puestos de atención al ciudadano para Juventud y otros 30 puestos de atención ciudadana para el área de Servicios Sociales. Ahora, el Ayuntamiento asegura que está inmerso en un estudio de las necesidades dotacionales del municipio.
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La Paloma, paralizada desde 2008, fue pasando por alcaldes sin que nadie le metiera mano hasta que, apenas un año más tarde de la entrada del actual regidor, en 2020, el Ayuntamiento recibía el varapalo judicial que le obligaba a endeudarse para hacer frente al pago de 2,7 millones a la UTE Urdemasa-Intersa en concepto de lucro cesante por no haber podido explotar finalmente el parking de La Paloma. Una cifra astronómica a la que reclamaban sumar otros 2,5 millones por no haberles dejado concluir el megalómano proyecto. Fue entonces cuando todo se reactivó.
El actual regidor, José María Pérez, según aseguró, logró alcanzar un acuerdo amistoso con la UTE que ahorró a los pilareños 1,2 millones de euros correspondientes a la renuncia de la empresa al lucro cesante. Después, impulsó entre 2020 y 2021 una comisión de investigación a la que el exalcalde socialista mismo acudió a declarar, no así la concejala de Cultura que impulsó La Paloma en primera instancia allá por el 2001, Pepa Meroño.
Los socialistas tildaron siempre esta iniciativa como «un juicio político» contra la gestión del ejecutivo del PSOE y cargaron las culpas de los sobrecostes del proyecto sobre Meroño, que acabó integrada en las filas del PP tras apoyar una moción de censura contra el alcalde Ignacio Ramos y tras una breve experiencia como líder de su propio partido, Unión Pilareña. Años después la antigua edil acabaría abandonando las filas populares tras ser condenada por prevaricación a siete años de inhabilitación.
Edificio «obsoleto»
Con todo, en el ánimo del PSOE siempre ha estado la voluntad de acabar el proyecto de La Paloma tal cual se pensó originalmente. Sin ir más lejos, durante el último mandato de Ignacio Ramos, en 2019, el entonces equipo de gobierno socialista presentó un proyecto para finalizar y poner en marcha el edificio que rondaba los 3,7 millones de euros. 'A posteriori', los mismos han puesto en duda que el derribo y proyecto ahora impulsado por el actual alcalde del PP sea menos costoso que concluir lo ya hecho acusándole de querer borrar todo vestigio de los gobiernos del PSOE en Pilar de la Horadada. Del mismo modo, sostienen que no había informes que avalen que el edificio estaba en estado ruinoso, mientras que el PP defiende que los técnicos municipales señalaban que había quedado «obsoleto».
Desde el pleno que dio luz verde en diciembre a las obras impulsadas por el alcalde, José María Pérez, los reproches cruzados han sido continuos. El último fue a cuenta de que la demolición se iniciara a apenas unos días de las pasadas elecciones del 28-M. Así también, los socialistas reprocharon que, entonces, el curso escolar todavía no había concluido cuando la intención expresada por el PP era que los trabajos se hicieran en verano para evitar molestias al colindante Colegio Virgen del Pilar.
