Al rico petrodólar
Sobre el 'lavado de imagen' saudí a base de comprar deportistas
Al finalizar la II Guerra Mundial, el dólar americano se erigió en moneda reserva del mundo, respaldada por el valor oro. Luego resultó que circulaban ... más dólares que oro existente para respaldarlo, así que los americanos tuvieron que inventárselas para no perder su ventajosa posición monetaria. Y vaya que se las inventaron: los países productores de petróleo acordaron vender su 'oro negro' solo en dólares, con lo cual Estados Unidos ya no tuvo que respaldar su moneda con sus reservas de oro. Había nacido el petrodólar, que vino a consolidar la hegemonía de la moneda estadounidense, ya que todos los países necesitados de petróleo necesitan dólares para comprarlo.
Y como poderoso caballero es don dinero, los países árabes lo compran todo, incluso la investigación científica. Muchos investigadores de todo el mundo –algunos de universidades de la Región– han vinculado su nombre a universidades de Arabia Saudí con las que no tienen más vínculo real que el cobro de dinero por decir que trabajan allí. En los últimos años el petrodólar ha puesto el foco en el deporte en general y el fútbol en particular, hasta el punto de que, por ejemplo, la Supercopa de España se juega en Arabia, previo pago de sustanciosos millones de euros. Una incongruencia.
Se dice que todos los deportistas que ceden al poder del dinero de los grandes ricos de Oriente Medio están colaborando a 'blanquear' el régimen autoritario y retrógrado saudí. Futbolistas como Cristiano Ronaldo, Benzema o Neymar están dando lustre al país árabe y su ristra de milmillonarios. Y no solo el fútbol, ahora también captan a golfistas como Rham (500 millones tuvieron la culpa), la Fórmula 1 y por último el tenis con el fichaje de Nadal.
La lista es larga y no faltan las críticas contra quienes han aceptado los millones de petrodólares, pero en la mayoría de casos se trata de una batalla perdida. Dinero y ética o dinero y moral son una combinación peligrosa porque el dinero es el bien material más codiciado. Es verdad que no trae la felicidad (de traerla, todos los ricos serían felices y sabemos que no es así), pero es preferible tenerlo a carecer totalmente de él. Constato, además, que las críticas a los deportistas que 'blanquean' tienen un punto hipócrita ya que deberían extenderse a los gobiernos de las naciones que también buscan que sus empresas hagan negocios con los dueños de los petrodólares.
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