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París no vale una misa

Las sedas y el oro nacieron en Lorca para transmitir el mensaje de la Pasión de Cristo y la esperanza de nuestra salvación en su Resurrección

Domingo, 20 de abril 2025, 07:24

Cada época crea sus Olimpos, las alturas donde el ser humano aspira a llegar. Antes de que la tradición se convirtiese en burocracia, de que ... el arte del bordado se codificara hasta tal punto de depender para su éxito internacional de oscuros administradores más que de las sedas y el oro, en Lorca ya se cristalizaba esa forma de entender la vida a través del color y los matices. Ocurrió hace mucho tiempo. Tanto que ninguno de los que están leyendo esta columna estaba en el mundo para vivirlo. Como los viajeros que observan las pirámides de Egipto y se asombran de su envergadura y grandeza, el que se asoma al Manto Azul de Cayuela o al Paño de las Flores de Felices también siente una sensación de orfandad placentera. Algo les susurra que ese arte es insuperable, que ha estado ahí siempre, como los mármoles más antiguos, como los templos que resisten en lo alto de las colinas. Son nuestros vestigios. La prueba de que la historia existe y nos ha hecho grandes.

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