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Elogio de la elegancia

Celebro que durante esta semana haya dos puntos en Occidente que se esfuercen por rendir culto a la belleza

Domingo, 11 de mayo 2025, 07:33

Son días confusos, lo reconozco. No es fácil estar pendiente del humito negro o blanco mientras sostengo un catavinos y suena de fondo no los ... acordes de un Jordi Savall, sino la enésima sevillana que nunca podré bailar en mi vida. Uno sabe que ha nacido para momentos como este, para vivir el cónclave desde la distancia, a la espera de que algún periódico o radio me envíe de corresponsal al albero de Piazza San Pietro para comentar, como hacen todos los demás, lo poco que sabemos del mundo celestial, para convertir la elección divina en una quiniela deportiva. Me consuelo, sin embargo, en este fragmento de barra enjaezada, con la botella de manzanilla haciendo un requiebro triste cuando choca con los hielos de la cubitera. No es mal lugar para hablar del nuevo Papa, para pensar sus decepciones y aciertos. No es mal lugar, me digo en el quinto trago, con el meñique rígido, para darme cuenta de que quedan pocos hechos objetivamente elegantes en el mundo. Y la muerte y nacimiento de un Papa lo son. Y beber en la Feria de Abril, en mayo, también.

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