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Auschwitz: 80 años después

Mapas sin mundo ·

Rememorar la Shoah es un deber ético que no es incompatible con denunciar los desmanes de Israel

Domingo, 2 de febrero 2025, 07:21

Visité Auschwitz una gélida mañana de noviembre. El frío espantaba a los turistas y podías pasear por el epicentro de la Shoah casi en solitario. ... Supongo que cada persona tiene su manera de vivir Auschwitz. En mi caso, recuerdo que guardé silencio durante toda la mañana. Igual que proyectamos imágenes en nuestra mente, también proyectamos olores: yo olía a quemado –como si los hornos crematorios acabaran de hacer su trabajo–. Por algún motivo que desconozco, sentí una cierta familiaridad en aquel lugar, como si me encontrara con algo que nos pertenece a todos, que de alguna manera hemos sufrido e interiorizado con el paso de los años. Lo impactante de Auschwitz es que no te deja imaginar, no te permite añadir nada: la realidad es tan excesiva en su literalidad, que lo único que puedes es limitarte a deslizarte por su superficie. Solo cabe estar 'ahí', presente, compareciendo enteramente en aquel espacio. Probablemente sea el único lugar del mundo en el que el tiempo se condensa en un 'ahora' radical del que resulta imposible escapar. Auschwitz no es pasado; al contrario, es todo presente.

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