Gelen y la historia de nuestro comercio
Reivindicar a Gelen y a don Jesús es un principio y una llamada de atención sobre lo que el comercio representa para nuestra ciudad y nuestra región
Los anónimos tripulantes del barco fenicio de Mazarrón ensancharon el mundo mediante las rutas comerciales. Luego vinieron la de la seda, el Galeón de Manila ... o los convoyes del Atlántico, pero ellos navegaron hace 2.600 años desde Sidón o Tiro para cambiar abalorios egipcios por minerales valiosos. Saltando de la Antigüedad a la Edad Media, uno de los orgullos del Reino de Murcia fue la cerámica de reflejos metálicos, o loza dorada. Elaborada en la Murcia andalusí, llegó a Pisa, Ravena y Córcega merced al comercio y, tal vez, al saqueo, lo que prueba la fascinación que ejercía como tesoro. Pero nos interesa su exportación por un comerciante andalusí, entre otras cosas porque el comercio es progreso mientras la guerra es solo dolor. En 1478 el concejo murciano estaba arruinado. Fue el comerciante genovés Tadeo de Negro el que prestó los 16.445 maravedíes que salvaron a nuestro ayuntamiento. Miguel Turón y sus sobrinos exportaban lana en el siglo XVIII, Juan Borja fue un comerciante maltés activo en Lorca durante la primera mitad del siglo XIX, como ese personaje tan singular que fue Pío Wandosell o Tomás Erades. Hay una historia del comercio murciano, fascinante, por escribir, que se pierde día a día. Es lamentable, porque si algo ha hecho grande nuestra economía en los siglos pasados es la industria textil que propició la seda.
El relato que conforman las ciudades no es solo el de sus edificios memorables, las batallas y hambrunas; es el de la gente que las ha habitado a lo largo de los tiempos y de la forma en que se han relacionado; las ciudades son el comercio que las mantiene y que crea intercambios, riqueza y cultura. Pero saliendo de la historia con mayúsculas, el comercio es también nuestra historia íntima; el Bazar Murciano y el sueño infantil de Reyes, Medina y el material de dibujo en septiembre, La Carmelitana y los zapatos de charol con calcetines blancos, Ramón Jiménez y las Vacaciones Santillana, Pedreño y el salchichón de Vich y el Gouda. Gelen y el traje de nochevieja.
El pasado 6 de febrero tuve el privilegio de recibir a sus majestades los Reyes en la Iglesia de la Compañía de Caravaca como comisario de la exposición 'El siglo de Tegeo', el gran evento del año jubilar promovido por la Fundación Camino de la Cruz. Lo hice con un traje negro recto de Gelen, una tienda y una marca que no son solo eso, son parte del paisaje de la ciudad de Murcia y de la Región.
Gelen es una tienda que define el devenir de la ciudad y su estructura económica y social, incluso su evolución urbanística. Fue fundada por don Jesús Egea Ruiz a principios de los 60 bajo el nombre de María de los Ángeles Garre, su esposa y compañera en esta aventura, a la que después se incorporaría el hijo de ambos, Jesús Egea Garre. Lo hacen en San Julián, una zona comercial histórica en la que el foco del mercado de Verónicas y la calle del Pilar configuran aún hoy un núcleo de gran vivacidad. Los textiles de Gelen tuvieron éxito y la marca se fue consolidando en momentos de crecimiento de la ciudad. Las sucesivas ampliaciones y movimientos a través de la plaza de las Flores hasta la calle Platería, acaban en el actual local en la plaza Fuensanta, en el arranque de la Gran Vía. Si lo analizamos, esta evolución dibuja la historia urbanística de la ciudad en la contemporaneidad. El Corte Inglés (que traspasa el antiguo límite de la vieja ciudad) se inauguró en 1973, una década después de Gelen en su primera ubicación y cerca de cuando abrieron en la actual.
Novias Gelen es un sello que está en la biografía de miles de parejas, claro, pero además es un paso más allá en el crecimiento industrial de la ciudad hacia Espinardo. Pero hay algo más, don Jesús fue uno de los grandes mecenas del arte murciano. Durante décadas hemos visto sus escaparates convertidos en una informal galería de arte murciano, siguiendo la estela de las pioneras tiendas de la Trapería y Platería donde expusieron, en los años 30, Garay, Flores, Gaya o Planes. No fue solo un coleccionista de arte, no solo atesoró las obras que le interesaban, acompañó al arte de nuestra tierra con sus recursos hasta donde pudo, ayudó e incluso financió exposiciones, como 'Artistas murcianos' en la Stads Galerie de Gouda, Holanda, a mediados de los años 90.
Sería un acto de justicia dar el nombre de Don Jesús Egea a una calle de la capital. Sería un reconocimiento al comercio histórico de la ciudad justo y necesario. Un homenaje a lo que Gelen representa y al comercio regional.
Mi poder para conseguir algo así es mínimo, así que aprovecharé este artículo para llamar a los artistas, galeristas y amantes del arte murcianos a un acto de reivindicación en forma de petición de firmas al Ayuntamiento. También aprovecho para invitar a esta iniciativa a los empresarios y comerciantes murcianos, empezando por mi amigo Miguel López Abad, presidente de Croem, y a Myriam Fuentes Quintanilla, presidenta de la Cámara de Comercio. Reivindicar a Gelen y a don Jesús es un principio y una llamada de atención sobre lo que el comercio representa para nuestra ciudad y nuestra región.
Si alguna vez hemos sido grandes ha sido por nuestra capacidad emprendedora. No lo olvidemos.
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