El Mar Menor somos todos, ¿o hay dudas?
Teresa Vicente no entiende por qué la administración sigue poniendo trabas
Teresa Vicente Giménez, catedrática de Filosofía del Derecho de la Universidad de Murcia y ganadora del Nobel del Ecologismo, el Goldman Environmental Prize, por su ... lucha por los derechos legales del Mar Menor, no esperaba que fuera la propia administración la que no entendiera qué es eso de la participación ciudadana.
«Nosotros somos la voz del Mar Menor», proclama la abogada lorquina. Ella es uno de los tres tutores legales de uno de los espacios naturales más vulnerables de Europa, por eso no acepta que en las reuniones del Comité de Representantes, uno de los órganos de gobernanza encargados de velar por los derechos de la laguna costera, que desde 2022 cuenta con personalidad jurídica propia, sean las propias administraciones [Estado y Comunidad Autónoma] las que estén bloqueando el avance de las acciones.
La lucha por la positivación y el reconocimiento de la ley natural ha durado muchos años. Desde la década de los 80, al menos. ¿Por qué se da esta situación? ¿Cómo es que la administración pone en duda lo que el propio Tribunal Constitucional avala?
Según Vicente, la gran victoria de la Región de Murcia, tantas veces en el ojo del huracán por estereotipos, clichés o vulgaridades, por su lado grotesco y canallesco, es que se ha convertido en un ejemplo mundial por la ley que otorgó al Mar Menor personalidad jurídica, convirtiéndolo en el primero de Europa en ser reconocido como sujeto de derechos. ¡Qué orgullosos deben sentirse los profesores Mariano Hurtado y Luis Ramírez al guiarla en sus progresos hacia una justicia ecológica!
Ahora bien, ese reconocimiento ganado también ha conllevado para ella un silencio inaceptable desde la propia Comunidad Autónoma hacia la profesora Vicente. Nadie del gobierno de López Miras, que había sido alumno suyo en la UMU, la felicitó por el Nobel Verde. El Gobierno central sí lo hizo, como la propia institución universitaria y sus compañeros. Esto es lo que hay... No podemos tener mejor ejemplo de que la ciudadanía decide.
Que no se entienda todavía que el Mar Menor tiene derechos, que la naturaleza tiene derechos, denota lo mucho que hay que trabajar todavía incluso desde dentro del ámbito de la abogacía.
Dice Vicente que el último gran enemigo del capital es este, y es un movimiento que va muy rápido en otros países, aunque encuentra todavía resistencia porque las propias administraciones aún siguen al servicio del sistema capitalista en vez de a estos derechos. Pero esto no tiene marcha atrás. «Es cuestión de que nos despertemos. Los derechos hay que conquistarlos, y hay que luchar por ellos».
Desde luego, lo ya conseguido, es extraordinario.
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