La bella historia de un dinar de oro del siglo XII
Celebremos la donación ejemplar de SOS Legado Humano y Primafrío
En Murcia no se conservaba ningún dinar de oro acuñado en tiempos de Muḥammad ibn Sa'd ibn Mardanīš, emir de Levante y Murcia durante ... la etapa de descomposición del imperio almorávide en al-Andalus, más conocido como el Rey Lobo. Con esas monedas, los reinos de taifas hacían el pago de parias a los reyes cristianos a cambio de un cese de hostilidades o para el mantenimiento de una situación de paz. Había que pagar mercenarios para protegerse. No eran monedas de uso diario, como las de cobre o de plata. Raúl García Fernández, presidente de la Fundación SOS Legado Humano y organizador del Festival de Cine y Medio Ambiente Distopía, estaba al tanto de esta cuestión. Hasta el punto de que tiene conocimiento de que un coleccionista japonés empezó a deshacerse de algunas piezas [de la Al-Andalus Tonegawa Collection], y algunos anticuarios especialistas en numismática, por su parte, las compran. Al menos dos hasta que llega a España. Cuando se enteran de que una de esas monedas de oro acuñada en Murcia está en el mercado, inmediatamente lo ponen en conocimiento de la Comunidad Autónoma. Y qué pasa, al principio la respuesta no es muy esperanzadora. Mejor echarse a dormir que esperar que la administración se lance la primera a por esa pieza de valor...
De modo que la Fundación SOS Legado Humano acaba haciéndose con ella, con la colaboración de José Esteban Conesa y la Fundación Primafrío, planteando una donación condicionada por cinco años, y, en función de cómo fueran las cosas, hacer una donación definitiva. Nueve meses costó simplemente dar el sí a la operación. Que si se hace un convenio, que si el convenio inicial no sirve, que si un protocolo de actuación... Salvo colecciones de expolios arqueológicos que acaban intervenidas por la policía, lo cierto es que no había antecedentes en la Comunidad de una donación de este tipo.
Sabemos que esa moneda que se acuñó en Las Claras en el siglo XII sale de Murcia y pudo ir a Génova, puerto italiano con el que había relaciones comerciales por la seda, o a algún reino cristiano del norte. El rastro se pierde. Pudo pasar por Roma... Todo son probabilidades, pero seguramente esa moneda fue utilizada para el pago de parias. El caso es que en el siglo XX acaba en Japón, y en el siglo XXI vuelve a España, y, concretamente a Murcia, donde fue acuñada.
La historia es bonita. Basta con entrar hoy, gratuitamente, además, al Museo de Santa Clara, uno de los espacios más apacibles de Murcia, que este año celebra su XX aniversario, para volver la mirada a esta cosa tan valiosa y a aquel momento insólito. Sirva el ejemplo para otras empresas que quieran enriquecer colecciones de museos.
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