Tomás Zamora, una vida bien aprovechada
No es habitual que la excelencia transite entre nosotros con tanta naturalidad, sin alardes, sin necesidad de que nadie la anuncie. Pero en el caso ... de Tomás Zamora Ros, esa presencia serena, tan vinculada al mérito como al compromiso, ha ido dejando una estela tan profunda como luminosa, no solo en los escenarios empresariales y sociales de la Región de Murcia, sino también, y, sobre todo, en el corazón de quienes tenemos el privilegio de contar con su amistad en el grupo Los Espectadores.
Porque si algo podemos afirmar sin temor a exagerar es que, entre los muchos hombres valiosos que conformamos este grupo, todos ellos con trayectorias admirables y con méritos más que suficientes para merecer el aplauso y el homenaje, hay uno cuya figura ha adquirido una proyección singular, no por afán de protagonismo, sino por la fuerza natural que tienen las vidas ejemplares. Ese hombre es Tomás. Un verdadero icono ante la sociedad murciana, y también, permítasenos decirlo con orgullo, el rostro más visible y respetado de nuestro querido grupo.
Ingeniero industrial de formación, emprendedor brillante en el sector de los ascensores, referente empresarial durante décadas, Tomás ha ocupado puestos de altísimo nivel en instituciones como la CROEM, el Consejo Social de la Universidad de Murcia o el Círculo de Economía, entre otros muchos. Su hoja de servicios es tan extensa como intachable. Y, sin embargo, incluso esta impresionante biografía profesional queda empequeñecida frente al que, probablemente, sea su mayor logro: su dedicación, generosa y constante, a la Fundación Proyecto Hombre.
Quienes conocemos la labor de esta institución, sabemos lo difícil que es acompañar a quienes luchan contra las adicciones, cómo se requiere una paciencia sin límites, una humanidad sin fisuras, una esperanza que no decae. Tomás ha volcado en esa causa lo mejor de sí mismo. Ha hecho de esa entrega su segunda vocación. Y lo ha hecho, además, impulsando una red de voluntarios que, como él, entienden que la verdadera nobleza está en servir. Esa obra, que transforma vidas, que restituye la dignidad, que salva, en definitiva, al ser humano del abismo, bastaría por sí sola para consagrarlo como un hombre imprescindible de nuestro tiempo.
Y no lo ha hecho solo. A su lado, con la misma firmeza que la raíz sostiene al árbol, ha estado siempre Pepita. Su esposa. Su compañera. Su fuerza silenciosa. Ella es, todos lo sabemos, la clave íntima de su equilibrio, su alegría cotidiana, su hogar en medio de tantas batallas. El amor que comparten es el fundamento último de esa energía serena con la que Tomás enfrenta cada reto.
En el seno de Los Espectadores, Tomás es mucho más que el decano. Es el guía prudente, el negociador hábil, el embajador natural de nuestro grupo ante las instituciones. Nos ha abierto puertas que, sin él, tal vez hubiesen permanecido cerradas. Y lo ha hecho siempre con una sonrisa, con elegancia, con el estilo que solo tienen los hombres buenos.
Por todo ello, este homenaje no solo es justo. Es necesario. Porque celebrar a Tomás Zamora Ros es también celebrar los valores que representan lo mejor de nosotros: el compromiso, la generosidad, la integridad, la sabiduría, la amistad. Y porque al reconocerlo, reconocemos también la dignidad del ser humano cuando se pone al servicio de los demás.
Gracias, Tomás, por tu ejemplo. Gracias, Pepita, por acompañarlo. Y gracias, vida, por habernos regalado la fortuna de compartir con él este trayecto lleno de sentido.
Los integrantes del Grupo de Opinión «Los Espectadores» son:
Jesús Fontes, Javier Jiménez, José L. Garcia de las Bayonas, José Izquierdo, Blas Marsilla, Luis Molina, Palmiro Molina, Bernardo Escribano, Francisco Moreno, Antonio Olmo, José Ortíz, Francisco Pedrero, Antonio Sánchez y Tomás Zamora.
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