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Rascándole un poco a Marte

Se habla de que podría haber allí algún que otro acuífero

Viernes, 30 de noviembre 2018, 01:24

InSight' es una sonda. Será espacial y todo lo que usted quiera, pero sonda. A mí es que me gusta decir las cosas como son. Hombre, más o menos, porque tampoco hay que pasarse. La sonda que digo es en realidad un chisme de avanzadísima tecnología, que acaba de tomar marte en Marte.

-¿Cómo 'marte en Marte'?

Pues claro. Igual que decimos tomar tierra en la Tierra. El chisme va informando a los de la NASA. Les comunica por escrito lo que va ocurriendo, como si fuera una persona. Llegar hasta esa bola roja no es fácil, ¿eh? Está lejísimos. Hasta el punto de que se tarda en llegar (y eso echando leches) medio año. Posarse en la corteza tampoco es sencillo.

-¡Joder! ¡Pues sí que me lo pone usted bien!

Bueno. Piense el lector que esto no es como ir de Murcia a Las Lumbreras a saludar a Valverde. Entonces, justo antes de aterrizar -vamos a decirlo así para entendernos-, hubo que superar los llamados 'siete minutos de terror'. Porque, durante ese tiempo, el proyecto pudo irse a tomar por saco. 'InSight' tiene que reducir la velocidad de veinte mil a solo cinco kilómetros por hora. Una frenada brutal, vaya.

Por eso, cuando todo salió bien, los técnicos de Houston empezaron a dar saltos, que parecían chiquillos. La sonda está ya haciendo su trabajo que, dicho a la pata la llana, consiste en rascarle un poco a Marte. Usando una excavadora, 'InSight' perfora hasta los cinco metros de profundidad. No es que sea mucho, pero, dadas las circunstancias, es para quitarse la boina. Eso bastará para medir la temperatura interna y detectar, con un sismógrafo, cualquier movimiento del terreno.

El chisme tiene asignada otra misión muy importante: ver si hay agua subterránea -lo cual, y más ahora mismo con la que tenemos liada, sería de mucho interés para Murcia-, pues se sabe que alguna vez fluyó. Tocante a si hay habitantes, parece descartado que los haya. En todo caso, serían pequeñísimos. Como hormigas de las más menudas.

Creo, por tanto, que deberíamos dejar de hablar de los marcianos. Y centrar las atenciones en los murcianos, sobre todo por parte de la autoridad competente.

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